Bloomberg — El banco central de Uruguay continuará subiendo las tasas de interés en los próximos meses, pudiendo incluso implementar una política monetaria contractiva para llevar las expectativas de inflación al objetivo, de entre 3% y 6%, según su presidente.
Liderado por Diego Labat, exejecutivo de Banco Santander, el banco subió el 5 de enero su tasa clave en 75 puntos básicos a 6,5%, convirtiéndose en el primero en la región en endurecer la política monetaria este año. Adicionalmente, el banco central señaló que podría llevarla a un nivel neutral de 8% a principios de abril. Labat no descartó adoptar una postura restrictiva de ser necesario.
“La idea es lograr converger las expectativas de inflación al rango meta. Para eso vamos a ir endureciendo la política monetaria, subiendo las tasas lo que sea necesario para asegurar esa convergencia”, dijo en entrevista desde Montevideo.
El año pasado, Latinoamérica experimentó algunas de las tasas de inflación más altas del mundo debido a la debilidad de las monedas y al alza de los precios de los alimentos y la energía. Se espera que los precios al consumidor se mantengan por encima del objetivo en muchas de las principales economías de la región hasta bien entrado 2022 y más allá, incluso al tiempo que los bancos centrales siguen retirando el estímulo.
Uruguay fue un valor atípico de inflación en la región mucho antes de que la pandemia trastornara la economía mundial con precios al consumidor que promediaban el 8,3% en la última década. En los últimos tres meses, la inflación anual se mantuvo obstinadamente cerca del 8%, mientras que los economistas encuestados por el banco central prevén que solo se desacelerará a aproximadamente un 6,6% a fines de 2023.
El objetivo de Labat de reducir la inflación sin ahogar la recuperación se vio beneficiado con un crecimiento inesperadamente fuerte en el tercer trimestre, que llevó a los analistas a elevar sus previsiones de crecimiento. Ahora, después de un estimado de 4% en 2021, los economistas prevén que la economía se expanda un 3,3% este año.
El crecimiento probablemente será “importante” en 2022, lo que le ha dado al banco central espacio para “aumentar el ritmo” del ajuste monetario, dijo.
Labat descartó que las conversaciones de Argentina sobre su deuda con el FMI, las elecciones en Brasil este año y la propagación de la variante ómicron sean riesgos importantes para la economía en este momento.
Una mayor visibilidad sobre la trayectoria de la economía también significa que el banco central continuará brindando orientación detallada sobre la dirección de las tasas de interés, como lo hizo por primera vez en su comunicado de política más reciente, indicó.
“Dar guía hacia adelante es notoriamente bueno para el funcionamiento de la política monetaria”, dijo Labat. “Estamos en un momento en el cual el nivel de actividad nos permite ser más asertivos” con orientación.
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