Bloomberg — Es posible que los casos de Covid-19 en Nueva York hayan alcanzado su punto máximo, aproximadamente un mes después de que se identificara el primer caso de la variante ómicron en la ciudad.
El promedio de siete días de visitas a los servicios de urgencias de Nueva York con enfermedades similares al Covid-19 ha disminuido significativamente en los cinco distritos desde finales de diciembre, según datos del Departamento de Salud e Higiene Mental de la ciudad. En el Bronx se produjo el mayor descenso, ya que la media de siete días se redujo un 35% en la semana hasta el viernes.
En toda la ciudad, la tasa de pruebas positivas también parece estar disminuyendo, ya que la media de siete días bajó al 31% el jueves, desde un máximo del 34% el 2 de enero.
Funcionarios de Nueva York advirtieron que los datos recientes están sujetos a revisiones y se ven afectados en cierta medida por el efecto de las vacaciones, que puede reducir artificialmente las líneas de tendencia debido a los retrasos o a la falta de información. Las reuniones durante la fiesta de Nochevieja también podrían prolongar un repunte de Covid-19.
“Lo que estamos buscando es una desaceleración en el ritmo de crecimiento y todavía no lo estamos viendo, pero eso es lo que estoy buscando en los datos para decir que podemos estar acercándonos al máximo en las próximas semanas”, dijo el Comisionado de Salud de la ciudad de Nueva York, Dave Chokshi, en una reunión informativa el 5 de enero.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo el viernes que era demasiado pronto para hablar de una tasa máxima de Covid-19, pero que los datos de los últimos días le daban “esperanzas” de que “las hospitalizaciones deberían empezar a ver el comienzo de una meseta”. La Comisionada de Salud del estado, Mary Bassett, dijo a los neoyorquinos que esperasen un mes de enero difícil y que “las cosas deberían mejorar mucho para febrero”.
Aun así, está claro que el crecimiento exponencial de los casos de ómicron en la capital financiera de EE.UU. se ha moderado drásticamente, haciéndose eco del retroceso observado en Sudáfrica, donde se identificó por primera vez la variante. Esto tiene grandes implicaciones para la recuperación económica de la ciudad, que depende de los trabajadores públicos, cuyas filas se han visto mermadas en los hospitales, las escuelas y el metro debido a la ola de Covid-19. Un descenso de los casos también podría incitar a los bancos y otras empresas privadas a regresar a sus empleados a los edificios de oficinas, lo que ayuda a estimular el gasto a nivel local.
Bajo presión
Los casos y las hospitalizaciones suelen seguir siendo elevados durante semanas después de un máximo y eso también se espera con ómicron. En EE.UU., muchos gobiernos y escuelas vinculan las decisiones políticas sobre Covid-19 a la escala de “transmisión comunitaria” codificada por colores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), y es probable que Nueva York permanezca en la categoría de transmisión “alta” durante algún tiempo, incluso si los datos posteriores siguen confirmando una tendencia positiva.
Los hospitales también permanecerán bajo presión. Las olas suelen llegar primero a las personas jóvenes y socialmente más activas, antes de llegar a la parte más mayor y más vulnerable de la población. Ómicron no está demostrando ser diferente, y cualquier sugerencia de un repunte es mucho más tenue entre los neoyorquinos mayores.
Entre los mayores de 75 años, el promedio de siete días de visitas a los servicios de urgencias con enfermedades similares al Covid-19 aumentó el viernes en Brooklyn, Queens y Staten Island con respecto a la semana anterior y se mantuvo prácticamente estable en los demás distritos.
Asimismo, el número de pacientes de la unidad de cuidados intensivos con Covid-19 que están intubados sigue aumentando en la ciudad, con un incremento del 61% en la semana hasta el 6 de enero, según datos del Departamento de Salud del estado de Nueva York.
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Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.
