Santiago — La inflación comenzó a rugir en el bolsillo de los chilenos desde hace unos meses, encareciendo la vida de un país que ya figura como uno de los más costosos de Latinoamérica. Fue de 7,2% en todo el año pasado y de 0,8% en diciembre, superando las expectativas del mercado.
La mayoría de las 12 divisiones que componen la canasta del Índice de Precios al Consumidor (IPC) subieron en 2021, aunque los sectores que mostraron un mayor incremento a doce meses fue el transporte (18,9%), la recreación y cultura (14,4%), los restaurantes y hoteles (10,1%), la vivienda y servicios básicos (6,7%), bienes y servicios diversos (6,4%) y los alimentos y bebidas no alcohólicas (5,5%).
Entre los productos más se elevaron en Chile destacaron los paquetes turísticos (82,5%), el transporte en bus interurbano (37%), la gasolina (33,7%), los automóviles nuevos (19,5%), y de los alimentos: las carnes (1,5%) y el pan y cereales (1,2%). Para el coordinador del área macroeconómica de Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica, Hermann González, la explicación está en una combinación de factores internos y externos.
Fue determinante el alza del tipo de cambio, el cual estuvo empujado por la incertidumbre provocada principalmente por las elecciones presidenciales, la redacción de una nueva Constitución que podría cambiar el modelo económico chileno, y los retiros de fondos de pensiones.
La presión del dólar alcista y de la subida de los precios de algunos insumos internacionalmente se reflejó en los tanques de gasolina. Chile, como importador neto del combustible, modificó parámetros nacionales de estabilización de las tarifas para reducir el impacto, pero aun así no consiguió su propósito.
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La liquidez en la economía chilena estuvo detrás de la explosión de los paquetes turísticos. La industria del turismo, en proceso de normalización después prolongados confinamientos, está recibiendo una mayor demanda y recursos. “Eso permite que las agencias de viajes, las empresas de buses interurbanos, y los pasajes aéreos puedan subir los precios”, comentó González a Bloomberg Línea.
Deshacer los desequilibrios
El Banco Central subió en 350 puntos base la tasa de interés de referencia desde julio para frenar la creciente inflación, llevándola al 4% en su última reunión de Política Monetaria en diciembre. Pero los últimos datos del IPC están allanando el camino para un nuevo ajuste, que analistas consideran podría ser de hasta 125 puntos base para dar una fuerte señal al mercado.
Para Andrés Pérez, economista jefe de Itaú, las sorpresivas cifras registradas durante 2021, especialmente de inflación y actividad económica, reflejan la acumulación de desequilibrios macroeconómicos. “Tomará un tiempo deshacer estos desequilibrios, mientras que proyectamos que altos niveles de inflación persistan este año”, explicó.
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Los analistas creen que será clave que la política fiscal mantenga la senda del presupuesto aprobado. “Reducir la incertidumbre de política económica también podría contribuir a un menor apremio sobre los activos chilenos, especialmente el peso, reduciendo la presión sobre la inflación local en bienes transables”, recomendó el economista.
La mayor incertidumbre del mercado recae sobre la composición del gabinete del presidente electo Gabriel Boric. A tres meses para asumir el nuevo gobierno de Chile, no se conocen quiénes encabezarán carteras como finanzas, economía y trabajo. El viernes, el mismo día que se conoció la alta inflación, el mandatario electo se reunió con el jefe del Banco Central, Mario Marcel, quien dijo que será necesario que el próximo gobierno recupere la estabilidad inflacionaria y potencie el crecimiento económico.