Buenos Aires — Alberto Fernández asumió esta tarde la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), una institución regional que, sin la participación de Estados Unidos y Canadá, nació en 2010 como contrapeso de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Argentina reemplaza a México tras el paso de Andrés Manuel López Obrador.
Elegido por unanimidad, Fernández pidió que “América Latina y el Caribe no sean solo una expresión geográfica, sino también una expresión política, económica y social”, y agradeció el respaldo en las negociaciones que el país atraviesa con el Fondo Monetario Internacional (FMI): “De verdad lo agradezco porque uno se siente mucho más fuerte sabiendo que los hermanos latinoamericanos y caribeños lo están acompañando”.
- ¿Qué es la CELAC? Es un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política que incluye a los treinta y tres países de América Latina y el Caribe.
- Estrategia: Distintas abstenciones de Argentina en votaciones de la OEA respecto al escenario político que se atraviesa en Venezuela, Nicaragua y Cuba, se han visto como una estrategia del Gobierno para alcanzar los votos y evitar vetos para lograr la presidencia pro tempore de la CELAC.
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Respecto a lo que representa este organismo, y en el marco de la XXI cumbre de cancilleres, realizada en Argentina, Fernández aseguró que “la CELAC no nació para oponerse a alguien, para enfrentarse contra alguna institución existente ni para inmiscuirse en la vida política o económica de algún país”.
“Surgió como un foro en favor de nosotros mismos, que siempre promovió el consenso y la pluralidad en un marco de convivencia democrática sin ningún tipo de exclusiones”, agregó.
De esta forma, Argentina logra ganar peso como líder regional, tras más de una batalla perdida: por caso, la frustrada nominación en 2020 de Gustavo Beliz al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), puesto que finalmente quedó para Mauricio Claver-Carone, candidato de Donald Trump.
- Desafíos: Argentina se propuso trabajar sobre 15 objetivos vinculados a la estrategia sanitaria, la recuperación económica, la gestión de riesgos en situaciones de desastre y la seguridad alimentaria, entre otros puntos.
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