QUITO — Ecuador, que produce alrededor de 490 mil barriles diarios de petróleo, levantó este miércoles 5 de enero el estado de fuerza mayor declarado el pasado 12 de diciembre por la paralización de los oleoductos de transporte de petróleo, afectados por la erosión regresiva en el río Piedra Fina, en la provincia de Napo (noreste).
La “fuerza mayor” es una cláusula establecida en los contratos petroleros que permite suspender ciertos compromisos adquiridos por el país “cuando se produce una circunstancia imposible de resistir, imprevisible, o que no pueda ser evitada, que ocasione la obstrucción o demora, total o parcial del cumplimiento de las obligaciones entre las partes”, como es el caso del fenómeno natural de erosión registrado en la infraestructura petrolera.
La resolución se expidió una vez que los sistemas de transporte del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) se encuentran técnicamente operativos para la recepción y transporte de crudo, desde las estaciones ubicadas en Lago Agrio hasta los terminales de exportación en Esmeraldas.
Según un comunicado del Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables, EP Petroecuador y OCP Ecuador S.A. notificaron oficialmente que se ha superado la emergencia con “la presentación de informes técnicos que detallan la recuperación paulatina de los volúmenes de producción de crudo y el restablecimiento de las operaciones de la cadena de valor de los hidrocarburos”.
De acuerdo con las autoridades, esta decisión permitirá retomar la programación de entrega de petróleo desde la Amazonia hasta las terminales marítimas de Balao y Punta Gorda en Esmeraldas, con el objetivo de reiniciar los procesos de exportación y cumplir con las cláusulas contractuales garantizando la seguridad jurídica.