Bloomberg — El sólido desempeño económico de Perú está apuntalando la posición del ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, antes de posibles cambios en el gabinete, según la primera ministra.
“El Ministerio de Economía es uno de los cargos más sólidos en este momento porque los datos muestran que nuestra economía ha tenido un buen desempeño, a pesar de las circunstancias”, dijo el martes la primera ministra, Mirtha Vásquez, en una entrevista en el palacio presidencial. “No he visto en el presidente ninguna intención de cambiar al ministro de Economía”.
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Francke, un execonomista del Banco Mundial, es popular entre los inversionistas, aunque no tanto entre los miembros del partido Perú Libre del presidente Pedro Castillo. En las últimas semanas, asesores de Castillo han buscado candidatos para reemplazar a Francke, en medio de pedidos de la oposición y altas personalidades del partido de Castillo de una importante reestructuración del gabinete, según tres personas familiarizadas con el tema.
Vásquez dijo que no descarta cambios en el gabinete, aunque es probable que los ajustes sean mínimos, y que Castillo valora mucho la estabilidad.
Vásquez es la segunda primera ministra de Castillo, a quien nombró en octubre en un intento por mejorar las relaciones de su Gobierno con el Congreso en una nación políticamente volátil. Al igual que Francke, Vásquez se encuentra entre los miembros del gabinete de los que los radicales de Perú Libre querrían deshacerse.
La economía de Perú creció un 12,6% el año pasado, la mayor expansión de América Latina, según estimaciones de analistas encuestados por Bloomberg. Francke, Vásquez y el presidente del banco central, Julio Velarde, han contribuido a calmar el nerviosismo de los inversionistas, preocupados por el rumbo del país bajo el mandato de Castillo.
Vásquez dijo que Castillo no ha abandonado las propuestas del partido Perú Libre y que cambiar la Constitución sigue siendo una de sus metas a largo plazo.
Vásquez encabezó el mes pasado un equipo de negociadores que convenció a una comunidad local para que pusiera fin al bloqueo de una importante mina de cobre en el sur de Perú, resolviendo así una de las mayores crisis industriales que ha sufrido el país desde que Castillo asumió el cargo.