Bloomberg — Tesla Inc. va a abrir una nueva sala de exhibición en la región china de Xinjiang, donde el país ha sido acusado de abusos contra los derechos humanos de la población musulmana uigur de la región.
Beijing ha negado estas acusaciones, llamando a los campos de allí “centros de educación profesional”.
Tesla anunció la sala de exhibición el 31 de diciembre con un post en la popular plataforma de medios sociales china Weibo.
“Al ser el primer centro de Tesla en Xinjiang, la tienda integra servicios de venta, posventa y entrega, ofreciendo a los usuarios de Xinjiang un servicio único y acompañando el viaje de los propietarios de Tesla en el oeste de China”, se lee.
La sala de exhibición, situada en Urumqi, en la región autónoma uigur de Xinjiang, es la más occidental de Tesla en China, pero no es el inicio de su presencia allí. Como señala CNevPost, Tesla ha instalado dos de sus estaciones de recarga en Urumqi y siete en todo Xinjiang. Presentó la primera de esas estaciones en junio de 2021.
Tesla no respondió inmediatamente a solicitudes de comentarios. La apertura de la sala de exhibición se produce poco más de una semana después de que el presidente Joe Biden firmara (el 23 de diciembre) un proyecto de ley bipartidista que prohíbe las importaciones procedentes de la región a menos que las empresas puedan demostrar que los materiales no se han fabricado con trabajo forzado. Estados Unidos y otros países también han anunciado un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Beijing 2022.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo en un comunicado que la nueva ley estadounidense “denigra maliciosamente la situación de los derechos humanos en Xinjiang, ignorando los hechos y la verdad”. Los funcionarios chinos dijeron que EE. UU. debe “corregir el error inmediatamente” y que “China dará una respuesta adicional a la luz del desarrollo de la situación”.
El CEO del Consorcio para los Derechos de los Trabajadores, Scott Nova, que apoya la nueva ley estadounidense y la ha calificado como “un gran paso adelante”, pidió que las empresas mundiales rindan cuentas por beneficiarse de una zona que es el “epicentro mundial del trabajo forzoso”.
“No se trata sólo de un desacuerdo o un conflicto entre Estados Unidos y el gobierno chino”, dijo Nova en una entrevista. “Se trata de la obligación de las empresas de cumplir con las normas de derechos humanos y laborales reconocidas internacionalmente y de no ser cómplices activos de graves abusos de los derechos laborales”.
Tesla se adentra en una región que ha sido un dolor de cabeza en materia de relaciones públicas para otras empresas que intentan posicionarse contra lo que EE. UU. ha calificado de “genocidio”. Corporaciones desde Walt Disney Co. hasta Walmart Inc. han sido criticadas tanto por tener presencia en Xinjiang como por distanciarse de ella. En 2020, la directora financiera de Disney, Christine McCarthy, dijo que la decisión de filmar partes de su película live action “Mulan” en la región “generó muchos problemas”. En un post de WeChat del 22 de diciembre, Intel Corp. se disculpó después de que su oposición a la mano de obra de Xinjiang provocara una reacción en China.
La Alianza para la Fabricación Estadounidense (AAM por sus siglas en inglés)) criticó este último movimiento de Tesla.
“Seré franco: cualquier empresa que haga negocios en Xinjiang es cómplice del genocidio cultural que tiene lugar allí. Pero las acciones de Tesla son especialmente despreciables”, dijo el presidente de la AAM, Scott Paul, en un comunicado enviado por correo electrónico.
Con la asistencia de Crystal Chui y Chester Dawson.
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Este artículo fue traducido por Andrea González