Un fuerte tiroteo en Barrancas del Oriente, un pequeño pueblo en Monagas, al oriente de Venezuela dejó una cifra de 9 fallecidos, reconocida por las autoridades. Habitantes del lugar hablan de un número más elevado de muertes y atribuyen lo ocurrido a un enfrentamiento entre un grupo armado de la zona y la guerrilla, durante el primer día del nuevo año.
La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y otros componentes de la Fuerza Armada Nacional se desplegaron en esa zona, bajo disputa territorial protagonizada por el Sindicato de Barrancas, una banda criminal, y un grupo de guerrilleros afín al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia. Los militares venezolanos aunque no se han referido al segundo grupo con esa descripción, cientos de reportes han confirmado esta presencia en toda Venezuela durante los últimos años.
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Fundaredes, una organización dedicada a la promoción y defensa de los derechos humanos en Venezuela, con observatorio en los estados fronterizos del país, reveló en su último informe cómo tanto el ELN, como las FARC y otros similares habían avanzado en 18 entidades de Venezuela, incluyendo Monagas, a 1.929 kilómetros de Colombia. Entre las actividades delictivas encabezadas por estos grupos destacaba el reclutamiento de menores, la apropiación de tierras, la trata de personas, el adoctrinamiento y adiestramiento armado y la minería ilegal.
Javier Tarazona, director de Fundaredes, fue encarcelado hace más de 180 días, junto a otros dos miembros de la ONG, que denunciaban otros hechos violentos en Apure. No fueron los únicos en contabilizar lo ocurrido con la guerrilla en territorio venezolano. InSightCrime, un centro de investigación y análisis sobre el crimen organizado y la corrupción en América Latina y el Caribe también ha advertido sobre la presencia del ELN en más de 12 estados venezolanos, que si bien no ubica a Monagas, sí resalta entidades cercanas como Guárico y Anzoátegui.
Para Rocío San Miguel, presidenta de Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, lo acontecido en Barrancas del Orinoco el pasado 1 de enero, obedece a la entrega del control de armas por parte de la FANB al crimen organizado. “Es el retrato de la nueva frontera, una que ya no está al lado de los límites internacionales”, comentó en su cuenta oficial de Twitter.
El toque de queda se ha mantenido activo en las últimas 24 horas luego del intenso intercambio de fuego que se prolongó durante siete horas. Los más de 20 heridos fueron llevados al hospital principal en Tucupita, Delta Amacuro y hasta el momento se ha ofrecido la identificación de 8 de los fallecidos, entre ellos un menor de 15 años, todos con heridas de arma de fuego.
El alto mando político de la administración de Nicolás Maduro no se ha pronunciado al respecto. Tampoco ha confirmado o desmentido las informaciones que circulan sobre la guerrilla en Venezuela. En los últimos meses, tres miembros disidentes de las FARC, Jesús Santrich, alias “El Paisa” y Henry Castellanos Garzón, conocido como Romaña fueron asesinados en territorio venezolano. Mientras tanto, analistas han explicado que la misma suerte podría esperarle a Iván Márquez, a quien Maduro le ofreció públicamente estadía luego de que regresara a las armas hace más de un año.