Bloomberg — El mayor aumento del salario mínimo en Colombia en 50 años está sumando presión sobre el banco central para que aumente las tasas a una mayor velocidad y en mayor amplitud antes de que se produzca una espiral inflacionaria.
El alza salarial del 10% entrará en vigor a partir del 1 de enero, al tiempo que aumentan las preocupaciones entre los responsables de la política monetaria de que la inyección de dinero en la economía detone un aumento de los precios al consumidor que ya han estado por encima de la meta.
Al mismo tiempo, el Gobierno considera planes para retirar los subsidios que han mantenido los precios de la gasolina artificialmente bajos, lo que podría proporcionar un impulso adicional a la inflación.
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Desde que los sindicatos, el Gobierno y los grupos empresariales llegaron al acuerdo sobre salarios hace dos semanas, tanto operadores como economistas han aumentado rápidamente las apuestas sobre qué tan fuerte necesitará el banco central aumentar las tasas de interés para controlar la inflación.
Si bien pocos estarían en contra de salarios más generosos para algunos de los ciudadanos más pobres de Colombia (el aumento lleva el mínimo a solo US$250 por mes), el riesgo es que eventualmente lleve a tasas de interés tan altas que estrangulen el tan necesario crecimiento económico.
“Todo el mundo sabía que la subida del salario mínimo iba a ser alta porque este año la inflación ha venido subiendo, pero este 10% se sale de cualquier expectativa”, dijo Camilo Pérez, economista jefe de Banco de Bogotá. “La realidad es que hay muchos precios que se aumentarán con ese número en mente”.
Los políticos a favor del aumento del salario mínimo, que sería el mayor en cinco décadas si se tiene en cuenta la inflación del año anterior, sostienen que la medida era necesaria considerando el aumento del costo de vida, además de que brinda cierto alivio a la pandemia.
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Aun así, un gran porcentaje de la fuerza laboral de Colombia está empleada en puestos informales que no cuentan con reglas sobre salarios o prestaciones sociales, por lo que el aumento no le beneficiaría. Mientras tanto, el 46% de los trabajadores gana menos del mínimo, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, por lo que la inflación podría ser particularmente dolorosa para ellos.
El mercado de swaps señala las expectativas de que la tasa de interés de referencia se duplicará con creces durante el próximo año hasta 6,6%, un punto porcentual más alto de lo que mostraba el mercado hace apenas dos meses, en tanto que los responsables de la política monetaria buscan reducir la inflación a su meta de 3% de un 5,3% actual.
Por su parte, los miembros de la junta directiva dijeron en las minutas de su reunión de política de diciembre que los salarios más altos podrían contribuir a desanclar las expectativas de inflación.
El plan del salario mínimo “genera un reto particularmente fuerte para el Banco de la República y el cumplimiento de su mandato constitucional, que es mantener una inflación baja y estable”, dijo a los periodistas Leonardo Villar, gerente general del banco central el 17 de diciembre.
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En la misma conferencia de prensa del banco central, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, señaló que los precios del combustible deberán subir en los próximos meses para reducir la brecha con los costos internacionales, a medida que la nación retira los subsidios.
La gasolina en Colombia promedia alrededor de US$0,60 por litro (US$2,2 por galón), después de aumentar solo un 8% este año, mientras que el crudo Brent ha avanzado más de un 50%. El Ministerio de Minas y Energía dijo este mes que, de no existir los subsidios, los costos domésticos del combustible serían hasta un 35% más altos.
El combustible más barato ha ayudado a Colombia a registrar la tasa de inflación más baja entre las principales economías latinoamericanas, según los datos más recientes. La tasa de Brasil es el doble con 10,7%, mientras que la de México está en 7,4% y Chile en 6,7%. La ventaja de Colombia proviene de los precios de la gasolina, según Felipe Campos, analista de Alianza Valores.
“Hoy por hoy, el precio de la gasolina solo está comparable con la de Bolivia y la de Ecuador porque está supremamente subsidiada”, indicó Campos por teléfono.
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En la decisión de política más reciente, el directorio del banco central decidió en una votación, con 4 votos a favor y 3 en contra, aumentar el índice de referencia en medio punto porcentual a 3%, con la minoría a favor de un aumento de 75 puntos básicos.
Eso indicó a algunos analistas que es probable que los aumentos futuros se produzcan en incrementos de 75 puntos básicos. BTG Pactual prevé que para febrero los responsables de la formulación de políticas hayan generado alzas de tasa por 150 puntos básicos, al tiempo que la tasa alcanzará un nivel terminal de 5,5% el próximo año, por encima de su estimación anterior de 5%.
Bank of America, por su parte, también prevé que la tasa de interés clave finalizará el próximo año en 5,5%, por encima de un pronóstico anterior de 5%, pero con alzas mensuales de medio punto porcentual.
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“Es muy probable que el aumento del salario mínimo presione la inflación de manera significativa”, escribió Alexander Muller, economista andino del Bank of America, en un informe después de la reunión del banco central en diciembre. “La política del salario mínimo tiene un impacto importante”.
