Sergi Lanau: ‘Es muy improbable que el FMI exija medidas de shock y un tipo de cambio flotante’

El economista jefe adjunto del Instituto de Finanzas Internacionales, que trabajó en el Fondo Monetario Internacional, conversó en exclusiva con Bloomberg Línea acerca de las negociaciones entre Argentina y el organismo multilateral.

Economista jefe adjunto del Instituto de Finanzas Internacionales
24 de diciembre, 2021 | 05:00 AM

Buenos Aires — Antes de convertirse en economista jefe adjunto en el Instituto de Finanzas Internacionales, una asociación de la industria financiera global compuesta por bancos, gestores de fondos y aseguradoras, Sergi Lanau trabajó en el Fondo Monetario Internacional, cubriendo primero a países europeos y luego a latinoamericanos.

En su rol actual, sigue de cerca el devenir de la macroeconomía en Argentina, un país que, en sus palabras, genera mucho interés en sus clientes por “todo lo que ha pasado en los últimos años y el panorama a partir de ahora que sigue siendo complicado”.

Aunque confía que Argentina y el FMI lograrán un acuerdo que cierre para ambas partes, sostiene que el cumplimiento al 100% del mismo por parte del soberano resultará “muy complicado”.

“Ver grandes cantidades de inversión en Argentina costará: Hay que hacer mucho trabajo porque van más de tres años donde no se consiguió arreglar de forma duradera los problemas que hay”, concluye en una conversación exclusiva con Bloomberg Línea.

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La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad.

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¿Qué tipo de acuerdo ven que se logre entre Argentina y el FMI?

Creemos que habrá un acuerdo. Hay miedo en el mercado que no lo haya. No creemos que al final sea el interés de ninguna de las dos partes de irse a un default. Entonces incluso dadas las diferencias de opinión habrá un acuerdo. Creemos que tocará todos los puntos importantes como son el ajuste fiscal, reducir la impresión de dinero, que el tipo de cambio oficial se ajuste un poco más rápido siguiendo la inflación. Se hablará seguramente de temas estructurales del crecimiento. Lo que no esperamos es que en todos estos frentes el progreso sea enorme, pero sí que habrá algunas mejoras. Y creemos que serán suficientes para calmar un poco al mercado en lo que se refiere a los bonos internacionales que están a precios muy, muy deprimidos al día de hoy.

¿Cuándo se podría lograr ese acuerdo?

Nosotros creemos que para marzo a mucho tardar habrá acuerdo. Sobre todo en base a cálculos que cuando acabe febrero quedarán reservas internacionales, pero si uno asume que no se gastarán los encajes bancarios en dólares para pagarle al Fondo, que activar el swap con China es complicado, para cuando llegue marzo no quedará mucha cash para usar. Entonces creemos que por aquel entonces las circunstancias obligarán a que las diferencias se cierren de algún modo y ahí haya un acuerdo y empiece el Fondo prestarle a Argentina más o menos las mismas cantidades que Argentina tiene que pagarle al Fondo. O sea que el Fondo mantenga su exposición a Argentina a cambio de reformas.

¿En cuánto ven las reservas netas del Banco Central de Argentina?

Creemos que estamos alrededor de los US$10.000 millones aproximadamente y que van a escasear inevitablemente porque hasta que haya un acuerdo se pagarán las cantidades que se deben de estas reservas. Lo que para mí probablemente hará el Banco Central es cuando quede menos efectivo manejar menos intensamente el tipo de cambio oficial e intervenir un poco menos en los paralelos para preservar esas cantidades. No sobran los dólares, esto lo sabe todo el mundo.

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¿Estamos ante la posibilidad de que el FMI busque otorgarle a la Argentina más concesiones de lo que normalmente haría?

Sí, yo creo que siendo realistas el poder de negociación a día de hoy no es todo del Fondo porque ya tienen una exposición muy grande, y ellos no quieren que esa exposición se vaya a un default. Entonces pedirle a Argentina medidas de shock, tipo, que el cambio sea flotante y vaya donde tengo que ir, creo que es muy, muy improbable. Pero es que incluso la negociación de qué tanto más rápido se debe depreciar en sí ya será muy complicada. La idea de que el cambio se mueva libremente no es realista al día de hoy.

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¿Cómo impactan en las negociaciones las declaraciones sobre el FMI que hacen algunas facciones del Frente de Todos, específicamente la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y Máximo Kirchner?

Yo creo que se toman como una señal de que políticamente en el peronismo es muy difícil al día de hoy acordar un conjunto de medidas y reformas que sean aceptables para las diferentes facciones y que entonces se puedan llevar a Washington para discutirlas. Y cuantas más de estas declaraciones hay, más señal tienes de que las cosas en Buenos Aires son complicadas. El contenido exacto de lo que digan creo que importa un poco menos porque hay un gran componente que es la audiencia doméstica y ahí, bueno, siempre puedes decir cosas que tú mismo sabes que no son realistas en el contexto de una negociación internacional pero que domésticamente para la política y para convencer al votante puede que funcionen. Después a puerta cerrada seguramente tú dices otras cosas, o ya ajusta su lenguaje la realidad de lo que es negociar sobre muchos miles de millones.

¿Cómo perciben ustedes la vocación de Argentina de cumplir un eventual acuerdo?

El cumplimiento al 100% es muy complicado. Es muy habitual en programas del Fondo en cualquier país que se cumpla, pero haya áreas donde no es al 100%. En el caso de la Argentina con una situación tan complicada económicamente, socialmente, políticamente, será muy difícil el cumplimiento de las metas fiscales porque serán unas metas que seguramente serán exigentes e implican reducir seguramente bastante rápido la cantidad de dinero que se imprime y se da al Tesoro para gastar. Entonces sí, será la parte más complicada del programa. Pero respecto a no tener ninguna obligación escrita y firmada en papel es una mejora de cara a empezar a estabilizar un poco la economía. Y ahora que estamos lejos, bueno, lo más lejos posible de las elecciones hay un poco más de margen para tomar medidas duras a corto plazo pero que posiblemente ayuden a la economía a mediano plazo.

¿El componente de ajuste en el que más tiene margen el Gobierno para ajustar son las tarifas de los servicios públicos?

Sí, ahí es uno de los elementos donde se puede trabajar. Seguramente como cualquier gobierno verán si hay alguna medida impositiva que no sea muy impopular que se pueda usar. Pero como tú dices la realidad es que si no quieres tocar las tensiones, y este gobierno ha sido bastante claro que es algo que no quieren hacer, el siguiente elemento grande a discutir son los subsidios.

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Mirando los primeros dos años del mandato de Alberto Fernández, ¿qué evaluación hacen de su política económica en términos generales?

Ha sido un gobierno que ha sido muy lento en empezar a arreglar las cosas. Que no es fácil, seamos honestos, y sin alinearme políticamente con nadie. Argentina desde el 2018 aún no ha conseguido una estabilidad económica más o menos duradera y ha habido dos gobiernos muy diferentes. Han pasado un montón de cosas en cada gobierno, ha habido una crisis global, pero no se ha conseguido. Este Gobierno al principio malgastó una oportunidad de hacer un poco más. Cuando vino la pandemia ya ahí honestamente es muy difícil pedirle a nadie que haga mucho. Pero bueno, es un gobierno que ha tenido un poco de inacción pero aún tiene tiempo, ahora tiene tiempo para demostrar que quiere que puede empezar a ajustar algo y mejorar un poco la situación económica. Hasta ahora yo creo que no lo intentaron con todas sus fuerzas, eso me parece claro.

¿Qué nivel de crecimiento económico espera para 2022 y 2023?

Creemos que un crecimiento de más o menos el 3% es factible el año que viene sobre todo porque se ha recuperado lo que se perdió en la pandemia pero toda la crisis que ha habido desde el 2018 acumulativamente es una pérdida muy grande de ingreso y que seguramente es factible un poco de recuperación. Y ya de cara al 2023 y un poco más a medio plazo, digamos que sin reformas, sin que se miren temas, el mercado laboral, sin que haya un período un poco largo de estabilidad es difícil argumentar que Argentina pueda crecer mucho más del 2% de media o incluso algo menos. O sea, no se va mágicamente a convertir en un Perú que crece al 3-4%. La inflación yo creo que va a ser complicado que se reduzca mucho el año que viene. Incluso con medidas adecuadas las expectativas de la gente se han adaptado a la realidad que han vivido en los últimos años. Entonces muy fácilmente se quedará la inflación por arriba del 40% aún si hay progreso en términos de monetizar menos el déficit, etcétera.

¿Cuánto pesa la inercia inflacionaria en esa dinámica?

Sí, porque cualquier persona racional dada la historia de Argentina aunque empiecen a haber reformas por qué yo debería asumir que en los próximos doce meses la inflación bajará al 30%. ¿Para qué yo tendría que negociar mis salarios y fijar mis precios en base a algo tan optimista? No lo harás. Y que ahí de hecho es otro aspecto donde el trabajo con fondos importantes, de intentar trabajar en algún acuerdo social digámosle donde los incrementos de salarios que se acuerden empiecen a internalizar de algún modo que habrá una mejora en términos de inflación y las políticas económicas van por donde toca. Lento pero que hay que empezar a de algún modo romper el link tan directo entre salario este año he inflación el año pasado.

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¿Argentina debe subir su tasa de referencia como está sucediendo en el resto de la región?

Es algo necesario. Y te diría que dada la situación tan especial en la que está Argentina, incluso si los vecinos y los Estados Unidos no estuvieran subiendo tasas, Argentina parte de unas tasas ajustadas por inflación tan negativas, la inflación es más alta que la tasa de interés, que se hace muy complicado de este modo convencer a la gente de que tiene sentido ahorrar en pesos. Ya es una tarea muy complicada convencer a la gente que no tienen que comprar dólares tan rápido como puedan y es una condición casi necesaria que la tasa de interés por lo menos refleje la realidad del nivel de inflación que hay. Entonces me imagino que será uno de los elementos donde el Fondo pues va a insistir.

Y qué tipo de impacto podría tener en cuanto al crédito, que en los últimos dos años se ha contraído bastante en términos reales.

Lo que está claro es que cuanto más suben las tasas en términos reales la demanda de crédito baja. Pero yo creo que en Argentina lo que realmente ha dañado el crédito es el entorno económico general. En un país donde la inflación es muy impredecible, donde no puedo obtener dólares para importar los insumos que yo quiero. ¿invertiría más si la tasa de interés fuera más baja? Quizás no mucho más porque, bueno, el dinero me cuesta menos para hacer mi inversión, pero las posibilidades que a mi empresa le vaya bien y pueda vender lo que he producido con esta inversión no son muy grandes. Entonces la ganancia neta de subir las tasas si se hace como parte de un conjunto de políticas que tiene sentido la ganancia es muy clara.

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¿Hay potencial de que, cuando se resuelva la incertidumbre de la macro y se logre un acuerdo con el Fondo, se produzca un mayor flujo de inversiones hacia la Argentina?

Sí más a medio plazo. Yo creo que la fase inicial es más una compresión de los spreads y que las tasas de interés en bonos en dólares bajen un poco y empiecen a converger a unos niveles que sean más razonables y que permitan, de cara al 2024, 2025, emitir bonos nuevos. Ese sería el paso. Después lo que es la inversión ya más directa en negocios en Argentina esta parte creo yo depende mucho de que la gente vaya viendo que el gobierno hace reformas y tiene una actitud más o menos clara en lo que es el tratamiento de inversores extranjeros en la minería y demás, que es el primer sector [commodities] que siendo realistas puede empezar a crecer. Pero ver grandes cantidades de inversión en Argentina costará, hay que hacer mucho trabajo porque van más de tres años donde no se consiguió arreglar de forma duradera los problemas que hay.

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