Bloomberg — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó el jueves una ley que prohíbe los productos de la región de Sinkiang, a menos que las empresas puedan demostrar que no están fabricados con trabajo forzoso, una medida que aumentará las tensiones por el trato que da Pekín a la minoría uigur de China.
El proyecto de ley fue aprobado por unanimidad tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado a principios de este mes, mostrando cómo republicanos y demócratas están en gran medida alineados en la política hacia China a pesar de las profundas divisiones partidistas de Washington en la mayoría de los temas importantes.
La medida está motivada por la preocupación sobre la opresión a los uigures musulmanes en una región de China que ocupa un lugar importante en las cadenas de suministro mundiales. Xinjiang es una fuente del algodón utilizado en la ropa y es un lugar clave para la producción del polisilicio que se usa en los paneles solares, que a su vez se consideran cruciales en el cambio global de los combustibles fósiles.
La nueva ley podría representar un importante reto para las empresas estadounidenses y de otros países que se abastecen de artículos de Xinjiang para productos utilizados en Estados Unidos. Incluso antes de que Biden firmara el proyecto de ley, Intel Corp. se vio envuelto en una controversia después de que el fabricante de chips pidió a los proveedores que no utilizaran mano de obra o productos procedentes de Xinjiang y luego se disculpó por la medida.
El proyecto de ley exige al Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. que cree una lista de entidades que colaboran con el gobierno chino en la represión de los uigures, una minoría étnica predominantemente musulmana, así como de otros grupos. También contiene una “presunción refutable” que supone que todos los productos procedentes de la región están fabricados con trabajo forzoso, a menos que el comisario de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. conceda una excepción.
Los funcionarios de China niegan que se utilice trabajo forzoso en Xinjiang y califican la legislación como una injerencia en los asuntos internos del país, una línea reiterada recientemente por el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, en una rueda de prensa periódica en Pekín.
“Fabricando mentiras y creando problemas con estas cuestiones, algunos políticos estadounidenses pretenden contener a China”, dijo. “Su vil plan nunca tendrá éxito”.
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