Bloomberg — Hace un año, los expertos de Wall Street tenían la sensación de que la entrada de Tesla Inc. al índice S&P 500 calmaría a la acción. Por supuesto que seguiría teniendo momentos esporádicos de oscilaciones impulsadas por Elon Musk (subió un 5% el martes, bajó un 5% el miércoles), pero en general se comportaría como un miembro adecuado y estable de la comunidad de sangre azul a la que se estaba uniendo.
Pero se equivocaron.
En los 12 meses transcurridos desde que se sumó al índice, las acciones de Tesla han sido tan volátiles como en 2018 y 2019 (el inicio de la pandemia, y las salvajes oscilaciones que desató, hace que las comparaciones con 2020 no tengan sentido).
En un día típico, las oscilaciones del precio de las acciones del fabricante de vehículos eléctricos son más de cuatro veces mayores que las del S&P 500. Esto es notable para la quinta acción más valiosa del índice. Sus pares de gran tamaño (Nvdia, Meta, Berkshire Hathaway) son notablemente menos, no más, volátiles que Tesla.
Todas ellas han dado al S&P 500 un poco del sabor de la fiebre de las acciones meme que se ha convertido en la representación de la manía bursátil que recorrió el país el año pasado.
“Cuando las empresas se vuelven más grandes, tendemos a pensar que la volatilidad disminuye, ya que más grande significa más estable. Pero eso no ha sucedido con Tesla”, dijo Nicholas Colas, cofundador de DataTrek Research, que comparó los giros de la compañía con los del bitcoin. “Tesla, bitcoin (...) siguen siendo opciones de compra sobre un futuro determinado” que aún no ha llegado, lo que contribuye a las fluctuaciones.
En el camino, Tesla ha dado a los inversores una rentabilidad del 29% hasta el lunes, superando al índice en 6 puntos porcentuales en los últimos 12 meses. Las acciones subían un 1,3% a las 9:50 a.m. del martes, tras una fuerte caída el lunes.
Hay poco consenso sobre si ese rendimiento superior continuará en 2022 (la empresa se enfrenta a muchos retos y su valoración está por las nubes), pero hay una cosa en la que casi todos parecen estar de acuerdo ahora: La volatilidad ha llegado para quedarse.
“Vivimos cada vez más en un mundo de operadores que en un mundo de inversores, y Tesla es un ejemplo de ello”, dijo David Trainer, fundador de la empresa de investigación New Constructs.
La devoción de los inversores minoristas por Tesla es anterior a la llegada de la empresa al S&P 500, con miles de sus primeros seguidores que comprometieron sus cuentas de ahorro a la visión de Musk de un mundo de vehículos totalmente eléctricos.
El entusiasmo en torno a la acción se manifiesta a diario en las plataformas de las redes sociales y en las salas de chat. El propio Musk acudió a Twitter el 6 de noviembre, antes de embarcarse en una venta de acciones, para preguntar a los usuarios si debería deshacerse de parte de su participación en el fabricante de automóviles. ¿La respuesta? “Sí”.
El portavoz de Tesla no devolvió una solicitud de comentarios sobre la volatilidad de las acciones de la compañía.
Mientras que las locuras de Musk suelen ser acogidas por el público minorista, esos movimientos impredecibles son nuevos para los administradores institucionales y los inversores que compran acciones selectas. Aun así, algunos analistas ven un beneficio en la persistente volatilidad de Tesla, que actualmente es la quinta acción más grande del S&P y el mayor fabricante de automóviles del mundo por capitalización bursátil.
Su inclusión en el índice provocó una mayor “mentalidad abierta” entre los operadores sobre las acciones volátiles que ofrecen un crecimiento más rápido y altos retornos, dijo Matt Weller, jefe global de investigación de mercado de Forex.com.
Índice del futuro
Los analistas esperan que la volatilidad de Tesla continúe. Después de todo, un indicador de la volatilidad esperada a un mes del fabricante de vehículos eléctricos se sitúa en el percentil 83 de sus lecturas desde hace una década.
Aunque en Wall Street hay diferentes opiniones sobre si las acciones son para comprar, mantener o vender, en promedio los analistas esperan que la acción cotice en US$845 dentro de 12 meses, un descenso del 6% desde su cierre del lunes.
Tesla registró su noveno trimestre consecutivo de beneficios en los tres meses transcurridos hasta septiembre, lo que consolidó la subida de la acción y la impulsó a nuevos máximos. El avance de las acciones también ha dejado a algunos analistas del lado de las ventas preguntándose si el repunte ha dejado las acciones sobrevaluadas.
Pero los inversores minoristas, que han demostrado su apetito por el riesgo y su capacidad para capear los cambios de valuación, probablemente ampliarán sus vínculos con la empresa y sus acciones, independientemente de lo que piense Wall Street.
“Al fin y al cabo, el hecho de que los valores se muevan de forma diferente en respuesta a distintos catalizadores es lo que realmente aporta la diversidad que los índices pretenden ofrecer”, afirma Weller de Forex.com. “Los índices del futuro no consistirán exclusivamente en los CEOs conservadores de la vieja escuela”.
Con la asistencia de Bailey Lipschultz y Matt Turner.
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Este artículo fue traducido por Andrea González