Ciudad de México — Las remesas que envían los mexicanos desde Estados Unidos cerrarán con un monto récord este año, pero en 2022 el músculo monetario que representan esos recursos para el país perderá fuerza.
Las “benditas” remesas, como suele llamarles el presidente Andrés Manuel López Obrador, terminarán el año en alrededor de US$50,000 millones, según estimaciones del Gobierno de México. BBVA México prevé que cierren en US$50,600 millones, mientras que el subgobernador de Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, calcula que podrían terminar por encima de los US$51,000 millones.
Un crecimiento en los niveles que se pronostican implicaría que en 2021 las remesas estarían aumentando en alrededor de 20 a 25% respecto de un año antes, lo que pinta como buen balance para las remesas este año, aunque tampoco sería un fenómeno propio de México, si bien es uno de los países más favorecidos por el número de connacionales en EE.UU.
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En América Latina ha habido un crecimiento de las remesas, pero México es el que ha tenido un crecimiento más dinámico.
Sin embargo, en 2022 las remesas podrían perder músculo, principalmente, ante la suspensión de EE.UU. de los apoyos que otorgó para apoyar el gasto de las familias durante la pandemia y la recuperación económica.
El economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano, dijo a Bloomberg Línea que proyecta que en 2022 las remesas seguirán creciendo de manera importante y el pronóstico del banco es que asciendan a US$56,700 millones, lo que implica una cantidad importante que, no obstante, representaría un menor crecimiento respecto de 2021.
“Este año vamos a crecer 25% en remesas, el año que viene seguimos estando con un crecimiento potente, pero bastante menor, estamos estimando un crecimiento de 12%. Será buen año, pero con crecimientos menos dinámicos a los que vimos en 2021, que fueron crecimientos récord”.
Carlos Serrano, BBVA
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Serrano dijo que la llegada de remesas en 2021 se explica, principalmente, porque el mercado laboral se recuperó fuerte en EE.UU., en particular el sector servicios donde se emplean muchos mexicanos, incluso, en algunos casos obtuvieron trabajos mejor remunerados porque está habiendo presiones salariales hacia arriba.
Otro factor que explica el buen año para las remesas es que el gobierno de EE.UU. dio ayudas importantes a las familias para mitigar el efecto de la crisis. Había personas que llegaron a recibir hasta US$600 a la semana.
Ambos factores, la recuperación del mercado laboral y las ayudas gubernamentales no estarán en 2022 y eso explicaría el menor dinamismo de las remesas.
“La tasa de desempleo cuando estalló la crisis se fue casi al 13% en EE.UU., ahora está en 4,5%, entonces la mayoría de los empleos se han recuperado, me parece que va a seguir bajando el año que viene y posiblemente se ubique debajo de 4%, ya no hay tanto espacio para tener las ganancias (en remesas) que se vieron este año”.
Carlos Serrano, BBVA
¿Remesas generan crecimiento?
El presidente López Obrador afirma que parte de la recuperación económica del país se debe en parte a la llegada de las remesas a los estados del país porque con esos recursos se dinamiza el consumo en las ciudades y en los poblados, sin embargo, los datos muestran que en los últimos meses en los que han ingresado más remesas, la actividad económica ha perdido ritmo.
El Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) indica que desde final de mayo la actividad económica comenzó a desacelerar su ritmo, la tercera ola de Covid-19 que se registró de mayo a julio frenó el ritmo de la recuperación.
En contraste, en ese mismo periodo las remesas comenzaron a marcar récords: mayo (US$4,526 millones), julio (US$4,545 millones), agosto (US$4,749 millones) y octubre (US$4,819 millones).
Serrano explica que las remesas no fueron a crear infraestructura en los poblados, a inversión en proyectos de emprendimiento o para aperturar negocios, lo que podría impulsar en el agregado a diversos sectores económicos y animar la recuperación económica.
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“Las remesas fueron al consumo de necesidades muy básicas como alimentos y medicamentos, la realidad es que hubo un aumento en la pobreza y lo triste es que de no haber sido por las remesas esto debió haber sido peor. Las remesas apoyaron el consumo de subsistencia, no motivos de inversión en la mayoría de los casos”.
Carlos Serrano, BBVA
En Michoacán, el segundo estado mayor receptor de remesas, las familias que viven en los poblados de la zona conocida como “Tierra Caliente”, están integradas en su mayoría por personas adultas mayores que destinan su gasto a la compra de alimentos y medicinas en la misma comunidad o en las ciudades más cercanas.
Aunque se trata de poblados que carecen de pavimentación, drenaje o servicios de telecomunicaciones, las remesas que llegan a esas localidades no se destinan a mejora urbana que pudiera implicar demanda de cemento o generación de empleos en el sector de la construcción.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan dio a conocer otro uso de las remesas. Con sede en la montaña de Guerrero denunció en octubre que las familias indígenas jornaleras buscan mejorar sus condiciones de vida y migran a los estados del norte del país o EE.UU., pero en la travesía, los connacionales atraviesan situaciones que les quita la vida.
Acusó que en septiembre murieron cinco migrantes de la montaña guerrerense en Nueva York y las autoridades mexicanas no asisten a las familias en los gastos funerarios para el retorno de los cuerpos. “Las remesas también se destinan para pagar de seis a US$10.000 dólares el viaje en avión de quienes truncaron sus sueños en la frontera de la muerte”.
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