El bolívar digital cumplirá tres meses de su entrada en vigencia el próximo 1 de enero y junto al nuevo cono monetario, el único logro alcanzado, de acuerdo al economista Ronald Balza, ha sido facilitar el uso de la contabilidad, un mérito que solo puede atribuírsele a la banca y a los comercios.
Restarle seis ceros a la moneda nacional no representa ninguna novedad para el venezolano, que acostumbrado a la falta de efectivo en bolívares como consecuencia de la hiperinflación, se había adaptado a las transacciones digitales y al proceso de dolarización.
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“El éxito de la reconversión fue un mérito de los bancos que lograron adaptar sus sistemas para trabajar con seis ceros menos, en un país donde ya habían dos precios, uno en bolívares y otro en dólares, siendo el de dólares una referencia mientras que el de bolívares se utilizaba con un cambio paralelo”, expresa el profesor Balza, de la Universidad Católica Andrés Bello, al ser consultado por Bloomberg Línea.
La redenominación nominal que se hizo efectiva a partir del 1 de octubre por órdenes de la administración de Nicolás Maduro, en medio de una serie de medidas que han logrado disminuir las cifras de inflación este año, aunque considera un impacto en relación al peso de las transacciones en bolívares, todavía resulta bajo y se traduce realmente en una mejora de carácter coyuntural.
Así lo interpreta Jesús Palacios, economista senior de Ecoanalítica, quien además ve complicado una reversión del proceso de dolarización luego del avance tan importante que ha tenido en el país suramericano.
Palacios considera que si bien este 2021 cerrará con un registro de menor inflación en comparación con los 5 años anteriores, se trata de una dinámica que continuará así en 2022, y que resulta como consecuencia de las políticas chavistas, entre ellas el paso hacia la dolarización, que lleva al anclaje de precios.
“Hablamos de una dolarización que ya está por más de 2/3 de las transacciones en el país, el bolívar digital ha conseguido disminuir en apenas un 3% o 4% el uso del dólar en los últimos meses, justamente cuando coincidió con la misión del bolívar digital y la promoción de fiscalizaciones a los comercios que no hicieran referencia a los bolívares en sus precios”, agrega al resaltar un efecto, detrás de esa campaña, que al final es marginal.
El profesor Balza explica que la estabilidad del tipo de cambio en dólares también podría relacionarse con la velocidad del gasto en bolívares, que una reconversión monetaria no podría detener.
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“Los bolívares circulan muy rápido para hacer transacciones, para compra de alimentos o para pago de trabajadores. Se pueden estar moviendo muy rápido y ya no hay excedentes en bolívares para ahorrar y esa podría ser una razón por la que el dólar no está subiendo tan rápido. Los bolívares se están gastando, no están siendo ahorrados, y eso no lo detiene una reconversión, solo facilita el uso de la contabilidad”, sostiene.
Apenas en camino
Dentro de las campañas por parte del Ejecutivo para seguir promocionando el éxito del bolívar digital se hace referencia principalmente al rumbo que este tomará el próximo año, lo que a juicio del profesor Balza, hace entender que no existe una moneda digital en la actualidad, que permita la sustitución del efectivo.
El economista considera que el mal diseñor de las reconversiones previos y la desaparición de los pagos en efectivo, hizo más fácil el camino hacia la dolarización y su uso público, cuyas transacciones digitales también incrementaron, sin que ello estuviera relacionado con la activación de la nueva moneda emitida por el Banco Central de Venezuela (BCV).
“El poder utilizar cuentas en el exterior y hacer sus transacciones en Zelle, que en otros momentos habrían sido sancionados, aquella parte digital de las transacciones no tiene que ver con una moneda emitida por el BCV, las transferencias que se hacen en bolívares o en dólares, o en pesos, no significa ningún avance que uno pudiera esperar de eliminarle 6 ceros al bolívar”, añade Blaza.