Gabriel Boric es el nuevo presidente de Chile: ¿Cuáles son sus desafíos?

El exlíder estudiantil y militante del partido de izquierda Convergencia Social se convierte en el mandatario chileno más joven tras vencer al conservador José Antonio Kast.

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Gabriel Boric Font, del partido de izquierda Convergencia Social (CS), ha vencido al ultraconservador José Antonio Kast, representante del Frente Social Cristiano, en la segunda vuelta presidencial del domingo. Con el 99,96% de los votos escrutados, el exlíder estudiantil ha superado los 4.619.222 sufragios, equivalentes al 55,87%, frente a los 3.648.987 (44,13%) de su contrincante.

A sus 35 años y con una amplia trayectoria como diputado de la Cámara Baja, Boric tiene la misión de gobernar en el siguiente periodo presidencial (2022-2026). Para ello, tendrá que negociar con un Congreso fragmentado y mantener a aliados del centro para avanzar en su programa de gobierno que, en lo económico, pretende una reforma tributaria, con mayores impuestos para los denominados “super ricos” y a las rentas altas, para recaudar un 5% del PIB durante su gobierno. Boric, que basó su campaña en la eliminación de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), quiere construir un nuevo sistema previsional público.

Pero estos propósitos pueden encontrar varias barreras. El nuevo presidente enfrentará una situación política y económica “muy compleja”, según el analista político Robert Funk, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, a Bloomberg Línea.

En el ámbito político tendrá un Congreso equilibrado, lo que difícilmente le permitirá construir mayorías. “Va a tener que negociar, lidiar durante su primer año con la Convención Constitucional y después con la implementación de la Constitución que podría cambiar totalmente las reglas del juego”, explica.

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Boric ha hecho muchas promesas a nivel social, lo que pudiera ser especialmente complejo. Su misión será mantener relaciones solidas con su coalición de gobierno, explica el analista. “Las relaciones entre el Frente Amplio y el Partido Comunista no son especialmente buenas”, dice Funk.

Pero tal vez el mayor desafío para el próximo gobierno será retomar la senda de crecimiento económico. De acuerdo con estimaciones del Banco Central la economía chilena sufrirá una fuerte desaceleración en 2022 y 2023, entre 1,5 y 2,5% y entre 0,0 y 1,0%, respectivamente.

Francisco Simian, economista jefe de Altafid, explica que será más fácil una recuperación si puede garantizar el orden público. “Más allá de eso, vemos dos grandes retos más específicos. En primer lugar, establecer un plan creíble de consolidación fiscal, luego de un año donde el gasto se disparó muy por encima de lo que se había establecido en el presupuesto”.

La moderación fiscal no sería sencilla en un escenario de altas expectativas para la nueva gestión, de retiro de estímulos fiscales que inyectaban liquidez directamente a la inmensa mayoría de los hogares (Ingreso Familiar de Emergencia) y de un mercado laboral que está lejos todavía de recuperar todos los empleos perdidos en los dos últimos años.

El otro reto es la recuperación del empleo. “Se trata no sólo de disminuir el desempleo, sino también de reintegrar a la fuerza laboral a quienes la han abandonado durante la pandemia, principalmente mujeres. Asimismo, disminuir la informalidad, que también ayudaría a aliviar en el futuro el problema de las bajas pensiones”, agregó Simian.

¿Qué pasará con los mercados?

Aldo Morales, subgerente de renta fija local de BICE Inversiones, proyecta una reacción negativa en las acciones chilenas por la importante ventaja obtenida por Boric, superando ampliamente a lo esperado por las encuestas y sobre todo por la alta participación, una de las mayores de la historia reciente. “Todo esto le da un piso político superior para impulsar su agenda de cambios”, explicó.

La polarizada carrera presidencial había generado incertidumbre en el mercado durante meses. De acuerdo con Simian esta inquietud se debió a que en la elección se enfrentaron proyectos “muy distintos”, en un escenario que desde octubre de 2019 ya era percibido como riesgoso debido a las revueltas sociales. “Con el triunfo de Boric se abre la pregunta sobre cuánto cambiarán las políticas económicas respecto de los últimos 35 años. Por ejemplo, en aspectos como la focalización del gasto público, el nivel de deuda sobre el producto, la carga tributaria que deberá soportar la actividad y el grado de apertura comercial”, sostiene.

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El mercado y los analistas políticos percibían esta segunda vuelta como una elección muy cerrada, por lo que la diferencia de 11 puntos con que ganó Boric superó las expectativas. “Esto probablemente magnificará los efectos que veremos este lunes en el mercado accionario y cambiario”, agregó.

¿Los resultados despejarán las dudas?

Los resultados no despejarían todas las dudas. “Una fuente muy importante de incertidumbre que persistirá está dada por la nueva Constitución que se escribe en este momento. Todavía no sabemos cuáles serán las propuestas que saldrán de la Convención Constitucional. Dado que habrá un plebiscito para aprobar o rechazar la propuesta constitucional, volveremos a experimentar un escenario de alta incertidumbre, quizás mayor al vivido previo a esta elección”, dijo Simian, que lo atribuye a que no hay claridad respecto de qué ocurrirá con sectores de la economía como la administración de fondos de jubilación, la salud y la minería.

“La Convención podría cambiar drásticamente el marco en que operan esas y otras industrias en Chile”, añadió el economista en jefe de Altafid. Esta inquietud se reflejaría no sólo en la fluctuación de los índices accionarios, sino también en la volatilidad del dólar y en el interés de inversionistas minoristas por seguir invirtiendo fuera del país o escapando del peso chileno, diversificando así su exposición al mercado local, acota.

Morales coincide con que se puede producir un fuerte aumento de la incertidumbre los próximos meses, donde el foco del mercado estaría puesto en los primeros anuncios que haga el nuevo presidente respecto a su gabinete, las prioridades en torno a su programa de gobierno y, sobre todo, sus declaraciones respecto al sistema previsional. “Esperamos una reacción negativa principalmente en sectores regulados y ligados al sistema previsional y salud, donde si bien el mercado internalizaba un escenario bastante negativo, se podrían confirmar parte de los riesgos”.

También explica que, por otro lado, se debería ver una reversión de flujos pasivos tanto a nivel de índices como de cuotas del ETF chileno, donde las compañías más afectadas serían las que tengan mayor peso en los índices: “A nivel de múltiplos, Chile transaba en torno a 10x P/U previo a la elección y creemos que en el corto plazo podría converger a niveles más cercanos a Brasil que transa a 8x como piso”.

Evitar las sobrerreacciones

La recomendación de Morales es no tener sobrerreacciones ante los resultados electorales, mantener un bajo porcentaje de los portafolios en acciones chilenas y tener un alto grado de diversificación en compañías menos expuestas a Chile como Enel Américas y Concha y Toro.

Simian, igualmente, recomienda no enfocarse en las reacciones inmediatas después de la elección, sino mirar los acontecimientos dentro de un plazo más largo. “Las variaciones del IPSA y la depreciación del peso chileno simplemente reflejan que a los inversionistas no les gusta la incertidumbre y que, en presencia de ella, exigen un premio que hoy no se ve en Chile. Las preferencias de riesgo-retorno de los inversionistas no han cambiado, lo que ha cambiado es la percepción de riesgo de invertir en el país”, asegura.

El economista recordó que esto se agravó en octubre de 2019, momento a partir del cual muchos inversionistas locales “cayeron en cuenta del error que habían cometido al no diversificar suficientemente” y habrían quedado “excesivamente expuestos” a los vaivenes de un país y de una moneda en particular. “Si miramos los retornos en dólares, el mercado estadounidense exhibe sólo este año un retorno superior al 25%, mientras el retorno del mercado local en dólares es negativo. Este cambio de mentalidad no tiene vuelta atrás, al menos no dentro del próximo período presidencial. Hay un daño al prestigio del país que ya está hecho, por lo que la sensación de incertidumbre y la tendencia a buscar refugio fuera de Chile persistirán. Esto obviamente repercutirá negativamente sobre el peso chileno y el mercado accionario local”, detalla.

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