Bogotá — Colombia recuperará su capacidad de producir vacunas luego de más de 20 años fuera del mercado tras la firma de un memorando de entendimiento entre el Gobierno, la firma canadiense Providence y la colombiana VaxThera.
El país producía hace más de dos décadas vacunas contra la poliomielitis, la difteria, el tétano, la fiebre amarilla o el sarampión, pero la desactualización de las plantas y una vocación hacia la importación lo sacaron del mercado.
El presidente Iván Duque manifestó que en febrero de 2022 se iniciará la construcción de una planta de producción de vacunas en Rionegro (Antioquia) con inversión de la colombiana VaxThera, una empresa de Sura.
VaxThera, el anclaje colombiano de la estrategia, se dedica a la investigación y desarrollo de vacunas para la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas emergentes, y tuvo una inyección de US$54 millones para la puesta en marcha de su planta.
En junio, Grupo Sura resaltó que “entre las gestiones relevantes de este primer semestre se encuentran proyectos que contribuyen al objetivo de rentabilidad sostenible desde las filiales como la creación de VaxThera, empresa experta en biotecnología que contribuirá a la independencia de biológicos para Colombia y América Latina”.
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La canadiense “Providence Therapeutics espera tener, desde febrero, pruebas clínicas del desarrollo de sus vacunas contra distintas variantes del Covid-19, permitiéndonos así hacer una apuesta en la que la producción de biológicos no solamente surta a nuestro país sino también a Latinoamérica”, detalló en Twitter el presidente.
Providence Therapeutics, con sede en Calgary, Alberta y Toronto, es la compañía de biotecnología canadiense detrás de la vacuna ARNm contra Covid-19 PTX-COVID19-B, que según el fabricante puede “inducir una fuerte neutralización contra las variantes originales, Alfa, Beta y Delta”.
En septiembre la empresa había informado que estaba avanzando “en las discusiones de desarrollo comercial con socios a nivel mundial para garantizar el acceso a vacunas asequibles de alta calidad en los países donde la necesidad es mayor”.
La empresa originalmente estaba enfocada en las terapias oncológicas, pero a raíz de la crisis global del coronavirus dedicó grandes esfuerzos también para desarrollar una vacuna de ARNm para combatir la pandemia.
“Providence se centra en atender las necesidades de Canadá y otros países que pueden estar desatendidos por los grandes programas farmacéuticos”, según indica.
La empresa es presidida desde diciembre de 2020 por Jared Davis, graduado de la Universidad Brigham Young con una licenciatura en bioquímica, quien tiene el reto de avanzar en la comercialización de la vacuna contra el coronavirus.
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“Además, supervisará los planes de implementación de la empresa para establecer una nueva capacidad de fabricación de vacunas en Canadá en colaboración con un socio de fabricación de ARNm”, indicó la empresa en su momento.
En junio, Providence Therapeutics acordó la venta de hasta 30 millones de dosis de la vacuna de ARN mensajero patentada a Biological E, con sede en India, y a otros compradores.
Providence también definió que proporcionará “la transferencia de tecnología necesaria para que Biological E fabrique vacunas de ARNm en India, con una capacidad de producción mínima de 600 millones de dosis en 2022 y una capacidad objetivo de mil millones”.
Ya en septiembre suscribió acuerdos con Everest Medicines para promover en los mercados emergentes de Asia vacunas y terapias de ARNm, incluidas las vacunas contra Covid-19.
En ese mismo mes firmó un contrato con Emergent Biosolutions para “respaldar el desarrollo de la vacuna de ARN mensajero” en aquellos territorios que las requerían ante el repunte de casos en el mundo.
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Colombia producía hace más de dos décadas vacunas contra la poliomielitis, la difteria, el tétano, la fiebre amarilla o el sarampión, pero “las plantas no se actualizaron en su momento y se optó por importar vacunas; por esto hay un rezago de 25 a 30 años”, manifestó recientemente el infectólogo Carlos Álvarez a Radio UNAL.
Al respecto, el jefe de gabinete del Ministerio de Salud, Germán Escobar, explicó en una entrevista con Bloomberg Línea que el declive de la producción de vacunas a nivel local “fue una situación que se presentó de forma generalizada en la región y en muchos países de economías en desarrollo”.
“Obedeció a un salto tecnológico de grandes compañías farmacéuticas y rezago de las producciones locales o nacionales, lo que las hizo menos competitivas. En ese sentido, Colombia se encuentra formulando una nueva política de seguridad sanitaria que implica recuperar estas capacidades y estar mejor preparados para futuros retos en salud pública”.
Durante su visita a Corea del Sur, el presidente colombiano, Iván Duque, también firmó un acuerdo en salud pública para que Colombia avance en el desarrollo de inmunizantes. Además, el país suramericano oficializó su adhesión al Instituto Internacional de Vacunas (IVI).
Duque destacó en esa gira la posibilidad de “invitar a las empresas surcoreanas a envasar y distribuir vacunas producidas en este territorio” de cara al mercado de Latinoamérica y firmó un memorando con SK Bioscience.
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