Bloomberg — Con una inflación que aumenta en Estados Unidos más rápido que en cualquier otro momento de las últimas cuatro décadas, los economistas debaten qué grupo sufre más por la inflación, los pobres o los ricos. Este tipo de pregunta abarcativa no es fácil de responder, especialmente cuando las tasas de inflación han sido tan bajas en los últimos tiempos y los datos sólidos son escasos. Tampoco es obvio cómo comparar exactamente las pérdidas de los pobres con las pérdidas de los grupos más ricos. No obstante, los argumentos sugieren que es probable que los pobres son particularmente afectados.
Un factor importante: los pobres son el grupo socioeconómico que tiene más dificultades para comprar una casa y los bienes raíces parecen ser una de las mejores coberturas contra la inflación. Los precios de las propiedades inmobiliarias en EE. UU. llevan un tiempo en alza, incluso durante el reciente período inflacionario.
Los alquileres están aumentando a un ritmo acelerado debido a la combinación de una demanda creciente y una oferta estancada. Los mayores perdedores serán los pobres. Y si las personas más pobres están tratando de vivir en un lugar relativamente próspero, tal vez para disfrutar de una futura movilidad económica para ellos y sus hijos, el aumento de la renta consumirá una parte enorme de sus ingresos.
Otra clase de activos que ha aumentado de valor recientemente son las criptomonedas. No hay buenos datos sobre quién está comprando criptos, pero parece probable que los pobres también estén subrepresentados aquí, aunque solo sea porque tienen menos ingresos disponibles.
El aumento de los precios de las criptomonedas se debe principalmente a factores que no están estrechamente relacionados a la inflación actual de los precios minoristas, pero aplica un concepto general: los pobres tienen una parte desproporcionada de sus activos en efectivo puro, que no tiene potencial para la apreciación y se ve fuertemente afectado por la inflación.
Los pobres también ahorran menos, en cuanto al porcentaje de sus ingresos, porque tienen que gastar un porcentaje relativamente grande de sus ingresos en necesidades. Eso significa que tienen poca amortiguación contra muchos cambios e incertidumbres, incluidos los de la inflación.
Algunos investigadores se han referido a la inflación como un “impuesto al consumo regresivo”, porque los saldos de efectivo son a menudo el camino hacia el consumo para los grupos de ingresos más pobres. Las personas más pobres también tienen menos probabilidades de tener cuentas de manejo de efectivo y otras tenencias de activos que podrían aislarlas parcialmente de las pérdidas de la inflación.
Hay algunos factores compensatorios que indican que los pobres pueden tener protección contra el aumento actual de la inflación. Por ejemplo, las habitaciones de hotel, los autos nuevos y usados, los autos de alquiler y la gasolina han experimentado aumentos especialmente altos en sus precios, y es menos probable que los pobres gasten en esos artículos.
Incluso aquí, sin embargo, hay ambigüedad. Los pobres compran menos automóviles que los ricos, pero también compran automóviles de menor calidad y les resulta más difícil posponer la compra de un automóvil durante algunos años si no desean pagar un precio más alto. Este es otro ejemplo más del hecho de que los pobres pueden tener más dificultades para hacer ajustes en un entorno inflacionario.
Probablemente el argumento más fuerte a favor de la noción de que los pobres se ven menos afectados por la inflación es que la inflación puede, en algunas circunstancias, reducir el valor real de la deuda. Si los precios suben un 7% y sus ingresos aumentan un 7%, de repente sus deudas, que normalmente se fijan en valor nominal, valen un 7% menos.
Este mecanismo es potente, pero supone que los salarios reales se mantienen a la par con la inflación. En este momento, los salarios reales están cayendo y, con una inflación más alta, es posible que continúen haciéndolo. Además, muchas personas pobres refinancian sus deudas durante períodos de tiempo más prolongados. Pagar esas deudas eventualmente será más barato en términos ajustados a la inflación, pero no en el corto plazo.
He estado centrado en los EE.UU., pero en otras partes del mundo la correlación general es que la alta inflación y la desigualdad de ingresos van juntos . La correlación no es causalidad, pero esos números no son útiles para cualquiera que desee argumentar que la inflación es un camino hacia una mayor igualdad de ingresos. ¿Los niveles muy altos de inflación han hecho mucho por los pobres en Venezuela y Zimbabwe? Y si pregunta qué grupo se beneficiaría de una mejora en los niveles de vida impulsada por tasas de inversión más altas, como podría resultar de un período de estabilidad, serían los pobres, no los ricos.
Los efectos de la inflación son numerosos y complejos. No se puede decir definitivamente que la inflación perjudique a algunos grupos de ingresos más que a otros. Sin embargo, está claro que, para los pobres, la inflación no es un asunto trivial.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.
Este artículo fue traducido por: Miriam Salazar