El dinero sale precipitadamente de Chile a medida que se profundizan las fisuras en el modelo económico

Sea cual sea el resultado de las elecciones del domingo, la estabilidad financiera del país sudamericano ya se ha resentido.

Por

Bloomberg — Durante décadas, los chilenos observaron desde lejos cómo sus vecinos sudamericanos se enfrentaban a una inflación galopante, desplomes financieros y fuertes oscilaciones políticas, fuerzas desestabilizadoras que obligaban a los ricos a enviar cientos de miles de millones de dólares a refugios en Suiza, las Islas Caimán o Estados Unidos.

Pero ahora, el país andino que gozó de estabilidad por muchos años, está probando el sabor de esas turbulencias. Una mezcla de agitación social, planes de una nueva Constitución y las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos están minando la confianza de los chilenos en su moneda.

El ritmo de salida de capitales extranjeros de hogares y empresas no financieras se ha acelerado en los últimos seis meses hasta agosto, alcanzando los US$8.800 millones en ese período y los US$24.300 millones en los últimos dos años, según datos del Banco Central. Eso equivale a más del 9% del producto interno bruto.

E incluso cuando el dinero no sale del país, los ahorrantes están convirtiendo sus pesos en depósitos en dólares a un ritmo vertiginoso. Los saldos de las cuentas corrientes en moneda extranjera casi se han triplicado en 24 meses hasta alcanzar un récord de US$1.600 millones en septiembre.

Si los flujos de salida se aceleran o disminuyen en los próximos años puede estar determinado en parte por las elecciones presidenciales del domingo. Una victoria del candidato de izquierda Gabriel Boric, que ha prometido subir los impuestos, aumentar el gasto para mejorar los servicios sociales y acabar con el sistema privado de pensiones, podría provocar más salidas. O los ricos podrían consolarse con una victoria del candidato conservador José Antonio Kast, quien ha prometido reforzar la confianza de los inversores y el estado de derecho.

VER MÁS: Asesor de Kast: “Los chilenos no estarán mejor porque empeoremos a los que están arriba”

Sea cual sea el resultado, la estabilidad financiera de Chile ya se ha resentido, según un puñado de administradores de patrimonio entrevistados en Santiago. Y la nueva Constitución que se está redactando y que se votará el próximo año, es un riesgo tan grande como las propias elecciones.

“Sin duda, ha habido un daño institucional en los últimos dos años y la incertidumbre generada se mantendrá por los próximos años, independiente del resultado de las elecciones”, dijo Klaus Kaempfe, director de Portfolio Solutions de Credicorp Capital. “La creciente fuga de capitales es un reflejo de todo esto”.

Además de las crecientes demandas de gasto social para aliviar la pobreza, la polarización de las elecciones y una nueva Carta Magna que podría socavar el modelo de libre mercado de Chile, los legisladores han aprobado el retiro de unos US$50.000 millones de los ahorros de pensiones durante la pandemia, lo que ha obligado a los administradores de activos a liquidar grandes posiciones en bonos del Gobierno y corporativos y ha hecho que el banco central intervenga como comprador para apuntalar el mercado.

Se trata de un cambio radical con respecto a las políticas económicas liberales que se iniciaron bajo la dictadura de Augusto Pinochet, quien facultó a una generación de economistas chilenos formados en la Universidad de Chicago para hacer política. Las recetas de los llamados “Chicago Boys” perduraron durante el regreso a la democracia, creando finalmente la nación más rica de América Latina.

Pero esa estabilidad ahora parece amenazada. Las acciones han caído un 11% desde que estallaron las violentas protestas sociales hace dos años, en las que los ciudadanos exigían mejores condiciones económicas para todos. La moneda se ha debilitado casi un 13% solo este año, agravado por la salida de capitales.

Los ricos han sacado sus ahorros del país, han creado nuevas estructuras de tenencia en el extranjero y están invirtiendo mucho más en activos globales que en nacionales. Las empresas familiares ahora se plantean hacer caja, mientras que algunos en la clase alta están considerando la posibilidad de trabajar en el extranjero por primera vez. Otros están comprando autos o propiedades para protegerse de la turbulencia.

VER MÁS: En la pujante economía chilena, hay que esperar 13 meses por un auto nuevo

“La gente dice que si me van a expropiar, aumentar los impuestos, aumentar las auditorías, hoy estoy a un clic de llevar mis recursos al exterior”, dijo Kast en una entrevista con los medios locales este mes. “No hay ninguna regla que lo prohíba”.

Para los administradores de patrimonio locales, un negocio atractivo en este momento es tener una filial en EE.UU. que pueda recibir dinero de los clientes chilenos. Una empresa financiera dijo que en tres meses su negocio en EE.UU. había crecido a un tamaño que esperaban que tardara tres años. Otra señaló que las participaciones en el extranjero, que solían representar un promedio del 12% de las carteras de los inversionistas, ahora se acercan al 40%.

Quest Capital se prepara para abrir una oficina en Miami durante el primer semestre de 2022. La firma ya creó tres nuevos fondos en EE.UU. y está en busca de más oportunidades.

“Nuestro proceso natural de crecimiento es en el extranjero. En Chile todas las inversiones están paralizadas y nos falta seguridad jurídica”, dijo Gonzalo Trejos, socio y gerente de estrategia de Quest. “Gran parte del daño al sistema financiero ya está hecho”.

El cambio también se puede ver en terreno en EE.UU.

Los chilenos representaron cerca del 3% de los compradores de vivienda extranjeros de Florida en los 12 meses hasta julio de 2021, la mayor proporción desde al menos 2007, según un informe de Florida Realtors del mes pasado. Los datos muestran que han estado gravitando hacia áreas que incluyen Miami y Orlando. Eso representa unas 675 viviendas compradas en ese periodo, o el doble que en los 12 meses anteriores.

Quienquiera que dirija el próximo Gobierno de Chile tendrá que trabajar para reforzar la confianza tanto de los inversionistas internacionales como de la clase alta que trata de averiguar qué hacer con sus ahorros, según Jaime Achondo, gerente general de la empresa de corretaje Fynsa.

La confianza en Chile se vio truncada por una bandada de cisnes negros”, dijo Achondo. “Será un largo camino y un gran desafío recobrar la confianza que hizo brillar a Chile. Nuestra apuesta es que así será, pero antes de eso transcurrirán varios años”.

( Nota actualizada el 15 de diciembre, a las 13:59 horas de Santiago, agregando la cita del candidato presidencial en el duodécimo párrafo )

--Con la ayuda de Jonathan Levin .

Le puede interesar: