Bloomberg — La decisión más importante del Banco Central Europeo (BCE) esta semana es decidir si puede seguir calificando de “transitoria” la actual subida de la inflación.
La respuesta tendrá una enorme repercusión en la economía de la zona euro, que ya está lidiando con un resurgimiento de las infecciones por Covid-19, nuevas restricciones y confinamientos, e incertidumbre sobre la variante ómicron.
Una decisión equivocada tendría graves consecuencias. Mantener una política monetaria expansiva durante demasiado tiempo podría permitir que la inflación se salga de control, obligando a un endurecimiento más abrupto después que ahogue el crecimiento. Sin embargo, eliminar el término “transitorio” podría indicar un fin más rápido de las medidas de estímulo, lo que provocaría una posible venta de bonos periféricos y un endurecimiento de las condiciones financieras que podría afectar a la economía en este momento.
En su decisión del jueves, el Consejo de Gobierno podrá apoyarse en nuevas previsiones hasta 2024. Su presidenta, Christine Lagarde, está convencida de que el crecimiento de los precios al consumo, actualmente en un récord del 4,9%, volverá a situarse por debajo del objetivo del 2% del BCE. A su adjunto, Luis de Guindos, le preocupa que la inflación “no baje tan rápido y tanto” como se había previsto, y la miembro de la junta ejecutiva Isabel Schnabel ve riesgos al alza.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ya ha descartado el uso de la palabra transitoria, y muchos otros han cuestionado la validez del término. El BCE puede tener razones para mantenerlo, más allá del temor a que un cambio de tono pueda provocar una reacción perjudicial en el mercado.
He aquí un vistazo a lo que está impulsando la inflación en la región de 19 países y cómo evolucionarán estos factores.
Cadenas de suministros
La escasez mundial de piezas y materias primas está durando más de lo previsto, aunque las empresas esperan que disminuya “gradualmente” durante 2022. Los economistas de JPMorgan Chase & Co. están de acuerdo. Han citado pruebas como el descenso de los precios de los envíos, que muestran que los problemas “están disminuyendo en una amplia gama de indicadores”.
Según encuestas recientes, son menos las empresas que luchan contra plazos de entrega más largos, aunque la situación sigue siendo tensa en la zona euro y en EE.UU. El Banco de Pagos Internacionales ha dicho que algunas tendencias de los precios “podrían incluso invertirse” cuando las empresas dejen de acumular pedidos por precaución.
La pandemia sigue siendo un riesgo. Por ejemplo, los países asiáticos tienden a tener una baja tolerancia a las tasas de infección más altas, lo que significa que un nuevo aumento de casos podría provocar nuevas interrupciones de la producción que se extenderían por la economía mundial.
Efectos de la energía
El repunte de los precios de las materias primas ha sido un motor clave de la inflación, siendo la energía responsable de más de la mitad de la última cifra. Los precios del petróleo en Europa han subido un 48% este año, mientras que el coste del gas natural se ha quintuplicado.
Bank of America Corp. afirma que los precios tienen aún más recorrido por delante, ya que se prevé que el crudo estándar suba a US$85 el barril el año que viene, frente a los US$70 de este año. En el caso del gas natural, la transición energética hacia el cero neto podría significar que los precios sigan siendo altos y volátiles.
La mayoría de las previsiones sobre los precios de la energía sólo se hacen con uno o dos años de antelación. El panorama europeo se ve enturbiado por un cóctel de factores globales, la tensión con el presidente ruso Vladimir Putin por Ucrania, la liberación de reservas de petróleo en EE.UU. o un clima más frío que podría afectar a los precios.
Crecimiento salarial
El mercado laboral europeo se está recuperando, y economistas como Anna Titareva, de UBS AG, ven que el crecimiento salarial volverá a situarse en torno al 2,5% a finales de 2023. Ella y sus colegas calculan que cada aumento del 1% aumenta el índice básico en unos 0,3 puntos porcentuales.
En Alemania, el salario mínimo aumentará un 25%, un ajuste de una vez que, según UBS, podría generar presiones salariales más amplias en la economía. En Francia, la remuneración se verá probablemente frenada por la importante atonía del mercado laboral y por la preocupación por la competitividad. En España, el crecimiento salarial podría situarse en torno al 2% el próximo año y al 3% en 2023.
Bloomberg Economics afirma que no hay pruebas de sobrecalentamiento. Y aunque una mayor inflación y un mercado laboral más ajustado podrían llevar a un crecimiento salarial anual de hasta el 3%, eso “no es de una escala que preocupe al BCE”, según Philippe Gudin, de Barclays.
Demanda del consumidor
El repunte de la inflación se ha atribuido en parte a un cambio en el gasto de los consumidores, que han pasado de los servicios (cerrados durante largos periodos de tiempo durante los cierres) a los bienes. La demanda ha desbordado a las fábricas, que han tenido que hacer frente a sus propias restricciones.
Los hogares todavía tienen cientos de miles de millones de euros en exceso de ahorros que podrían derrochar, aunque un análisis del BCE ha concluido que hay una probabilidad “limitada” de que todo ese dinero vuelva a fluir rápidamente en la economía. Además, el resurgimiento de las infecciones y la presión inflacioniaria están haciendo mella en el ánimo de los consumidores.
Curiosidades de las estadísticas
El mayor alivio para la inflación de la zona euro vendrá de Alemania, cuando el impacto de la reducción de los impuestos sobre el valor añadido en el segundo semestre de 2020 y el aumento de los impuestos sobre el carbono desaparezcan de la ecuación. El Bundesbank estima que sólo el primero ha impulsado los precios al consumo en el país en más de un punto porcentual, mientras que Berenberg prevé que la expiración de ambos efectos podría reducir la inflación de la zona del euro en 0,4 puntos porcentuales en enero.
Sin embargo, los cambios en la cesta de bienes y servicios que se utiliza para calcular la inflación (importan los patrones de gasto del año anterior) podrían retrasar una desaceleración de los precios en el segundo semestre, según la economista de Bloomberg Maeva Cousin.
Que dice Bloomberg Economics…
Si las ideas del Harmonised Index of Consumer Prices (Índice de Precios de Consumo Armonizado en español, o HICP por sus siglas en inglés) vuelven en cierto modo a su patrón de 2020, el efecto estadístico se invertiría en relación con este año, impulsando la inflación general durante el verano de 2022 y retrasando el descenso del crecimiento de los precios a partir de mediados de 2022.
La inflación de la zona euro alcanzará un mínimo de alrededor del 1,5% el próximo mes de noviembre, según Holger Schmieding, de Berenberg. “A partir de entonces, un repunte de los costos salariales, los costos de la transición ecológica, una reestructuración de las cadenas de suministro mundiales y un aumento de las intervenciones gubernamentales en la economía podrían apuntalar una tendencia alcista lenta pero sostenida de la inflación durante los próximos años”.
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Este artículo fue traducido por Andrea González