Ministro de Finanzas: Ecuador no descarta volver a los mercados internacionales

En una entrevista con Bloomberg Línea, el ministro Simón Cueva aseguró que una nueva colocación de bonos se daría de forma ordenada y previsible, acorde a la mejor situación fiscal del país.

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QUITO — Recuperar la sostenibilidad fiscal y mostrar al país como un destino confiable para los inversionistas son los principales objetivos del Gobierno del Ecuador respecto a sus finanzas. Para ello se han concretado temas importantes: una renegociación del acuerdo con el FMI, una reforma tributaria que dejará USD$ 1.900 millones en dos años y un plan de vacunación que continúa en plena marcha.

El ministro de Economía y Finanzas, Simón Cueva, explicó a Bloomberg Línea que el Ecuador está encaminado hacia la sostenibilidad y cree que si todo marcha bien, el crecimiento para 2022 será mayor al 2,54% previsto. Asimismo, no descarta una salida a los mercados internacionales, pero afirma que deberá hacerse de forma ordenada y previsible.

El grueso de los ingresos del país para el siguiente año estará apalancado en los impuestos, los ingresos petroleros y también la venta o concesión de algunos activos del Estado, entre los que figura el Banco del Pacífico, uno de los más grandes del país.

La proforma presupuestaria del 2022 prevé un PIB de US$ 109.618 millones, con un déficit de US$ 3.783 millones (que podría ser menor) y unas necesidades de financiamiento por US$ 9.768 millones.

A continuación la entrevista completa al ministro de Economía y Finanzas.

- Ministro, la cuarta revisión del FMI al país ya no será en diciembre sino en enero, ¿por qué se dio este cambio?

El fondo hace revisiones cada cierto tiempo. Varios temas pueden haber demorado el proceso, no hay temas estructurales de fondo, pero estamos en una economía post- COVID, con una nueva variante de por medio, la inflación internacional, el impacto de las tasas de interés… casa adentro también han habido procesos importantes, como la aprobación de la reforma tributaria que en el programa (con el FMI) estaba prevista para inicios de octubre y se aprobó en noviembre.

El cambio en la fecha de revisión ha sido la combinación de todo eso, pero las relaciones con la comunidad internacional son excelentes, como prueba de ello el BID acaba de aprobar US$ 500 millones además de una garantía por US$ 400 millones, la CAF acaba de firmar US$ 325 millones, el Banco Mundial está en proceso para créditos. Dados los tiempos, es más eficiente y más cómodo que la misión se haga en enero.

- Pero eso significa que el desembolso del FMI de US$ 700 millones previsto para este mes ya no va a llegar…

Así es.

- ¿Hay que preocuparse por el desajuste en la agenda con el FMI?

No, es parte normal de lo que estamos haciendo y deberíamos pasar el fin de año tranquilos. Es sano que el país esté con menos urgencias y que podamos verlo con un poco de margen. Después del COVID, pese a todo, el panorama está positivo.

- Pero el país aún tiene necesidades de financiamiento por US$ 3.389 millones para este año, ¿cómo van a cubrirse?

Ha habido una evolución favorable de la economía, no solo en ventas e ingresos tributarios, ha habido un precio del petróleo favorable, un esfuerzo importante del Gobierno en el control del gasto, de eficiencia, de austeridad, además, el sistema financiero local está muy líquido. Hay espacio en el mercado local para eventuales colocaciones de deuda doméstica. Tenemos una fila opciones. Varias entidades públicas han tenido liquidez excedentaria. Creo que estamos razonablemente bien para pasar (el año).

- Entonces, ¿no afecta tanto que no lleguen los US$ 700 millones?

Creo que podemos pasar.

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- Pero alguien resultará perjudicado por esa falta de ingresos…

Más bien se van a acumular menos depósitos (en las reservas internacionales) de los que estaban previstos como parte del programa.

- ¿Cómo van los atrasos con los gobiernos seccionales, las universidades… que hasta noviembre ascendían a US$ 1.274 millones?

Ha habido un esfuerzo importante de reducción de atrasos. Hemos sido muy cuidadosos en el gasto y eso nos está permitiendo hacer frente a atrasos. Hemos anunciado US$ 150 millones para cubrir atrasos con prestadores de salud. Estamos en ese camino, parte del trabajo ha sido cómo ordenamos la casa, cómo transparentamos los números. La verdad es que estamos saliendo de manera ordenada, nunca hemos dejado de pagar sueldos, bonos y estamos acelerando el pago del IVA a los gobiernos seccionales (GAD: municipios, parroquias, etc.) Si estamos haciendo eso es porque estamos encontrando la liquidez, lo cual es sano.

- ¿Hay un reajuste en la previsión del déficit de US$ 4.000 para 2021?

Por ahora seguimos con la proyección cercana a 4% del PIB. Diciembre siempre es lleno de mucho gasto, por el tema corriente (salarios) y gasto de inversión. En unos días sabremos mejor cómo vamos cerrando.

- Para 2022, las necesidades del financiamiento del Ecuador ascienden a US$ 9.768 millones, ¿de dónde vendrá el dinero?

Una parte se cubre con los ingresos de la reforma tributaria. Eso mejora la situación fiscal, estaríamos con 2,5% del PIB de déficit del Estado, lo que reduciría las necesidades de financiamiento. Una parte de los vencimientos corresponde a deuda doméstica que se puede ir renovando, recolocando. Además, el sistema financiero tiene bastante liquidez. Ha habido interés también de inversionistas nacionales, regionales para inversiones en el mercado doméstico local. Tenemos además a los multilaterales. Las cosas están estables.

- ¿Entonces usted no esperaría que tengamos necesidad de salir a los mercados internacionales a colocar bonos?

El Ecuador tiene vocación de volver a salir a los mercados, creo que sería sano que el Ecuador poco a poco recupere su vocación de salir a los mercados internacionales, pero esta salida debe ordenada, planificada. Hay opciones: la garantía BID, por ejemplo, puede ayudar a levantar más recursos. Yo no lo descartaría, pero tiene que hacerse de manera ordenada, tranquila, en buenas condiciones. No al apuro ni con el riesgo país muy alto, sino de manera ordenada, pensando a mediano plazo. También hemos tenido contacto con bancos internacionales de desarrollo, con Europa, Japón China, Francia… hay espacio para financiamiento internacional. Queremos que el Ecuador sea menos “oportunístico” en los mercados internacionales y más previsivo, es lo sano. En economía no se puede descartar ninguna opción, pero estamos en un camino ordenado.

- ¿Por qué era tan importante para el Gobierno la aprobación de la ley tributaria?

Es importante para asegurar que el país se encamine en una senda de sostenibilidad fiscal. Es una reforma que ayudará a fortalecer los ingresos de forma permanente porque el país necesita destinar gasto fiscal a temas sociales, a proteger a los más vulnerables. Es importante que los sectores más afectados por la pandemia perciban parte de esta solidaridad nacional que significa la ley tributaria.

La reforma es una oportunidad para el país para mirar adelante, para tener un esquema tributario más alineado a estándares internacionales. Hay un esfuerzo temporal que se ha pedido a empresas y personas de alto patrimonio, pero forma parte de esta lógica de salir de una crisis tan complicada como la del COVID, una crisis a la cual el Ecuador entró sin ahorro fiscal, sin fondos de estabilización, sin espacio para hacer política contracíclica y con las restricciones propias de la dolarización. Es una reforma que ayuda a mostrar un horizonte sano a mediano plazo.

- La preocupación es el mensaje hacia afuera. Si las empresas ven que cada vez les imponen nuevos tributos, ¿no se las está ahuyentando?

Yo puedo entender esa preocupación, pero la crisis del COVID no es una crisis normal, no es una situación estándar. Muchos países del mundo están haciendo reformas similares, no somos una excepción. La reforma incluye otros temas que son relevantes para la recuperación económica, como ir reduciendo impuestos distorsivos, crea incentivos más transparentes y horizontales para nuevas inversiones, en lugar de incentivos selectivos. Además, permite contratos para inversiones relevantes con estabilidad tributaria. Parte de la atracción de inversiones es que el país sea serio a mediano plazo porque eso va a contribuir a reducir el riesgo país, a avanzar en el buen camino…

- Pero el inversionista busca estabilidad jurídica…

El inversionista lo que quiere es claridad y tranquilidad para el futuro y eso se está haciendo, la ley permite darle al país un buen horizonte fiscal, eso es lo que un inversionista serio está esperando de un país creíble. Es una ley bastante equilibrada porque muestra sostenibilidad fiscal y apertura para las inversiones.

- Quienes más tienen aportarán más, está claro, ¿pero cuál es el esfuerzo del Gobierno respecto al gasto si en el presupuesto para 2022 sube 1%?

Hay muchas obligaciones legales, la masa salarial tiende inercialmente a incrementarse en 3%, entonces, cuando se ve el detalle de la proforma, los rubros de salarios, de gastos en bienes y servicios sí están reduciéndose. Los rubros que están creciendo son los asociados a inversión pública. En ese sentido, la proforma va en el buen camino. Hay un esfuerzo importante pero hay cambios que toman tiempo, que no son tan inmediatos.

- ¿La masa salarial se va a seguir ajustando?

Se seguirá haciendo un esfuerzo para ajustar, pero de manera ordenada, predecible, que asegure temas legales.

- ¿Cuánto se espera recaudar con la reforma tributaria?

Los dos primeros años se espera US$ 1.900 millones.

- ¿La concesión o venta de activos del Estado cuentan como ingresos para 2022?

En la proforma están previstos US$ 900 millones por esa línea, pero es muy difícil detallarlo. Se pretende avanzar con la venta del Banco del Pacífico relativamente rápido. Ha habido interés de varios países de la región. Creemos que habrá buenas sorpresas por ese lado, pero creo que es sano ser prudente y más bien tener espacio para que las buenas noticias ayuden a la reactivación económica.

- El grueso de los ingresos del próximo año serán los impuestos…

Ingresos tributarios y petroleros, que siguen siendo relevantes para el país, además que se está haciendo esfuerzos de recuperación de la producción petrolera con participación privada.

- La previsión de crecimiento del Ecuador para este año es de 3,55% y de 2,54% para el próximo, pero si todo marcha bien, ¿podría ser mayor?

Debería ser mayor. La última proyección del Banco Central es bastante modesta, el propio BCE ha señalado que está en proceso de revisión por varios aspectos. Yo pensaría que con la posibilidad de crear nuevas inversiones, de atraer nuevos proyectos, el crecimiento sería mayor.

- El BCE dice la recuperación estará impulsada por el consumo de los hogares, pero si quienes ganan más de US$ 2.000 van a tener que pagar más impuestos, ¿no se está quitando precisamente ese movimiento a la economía?

Cuando el Estado transfiere recursos vía transferencias sociales, vía bonos… ese dinero está llegando a una buena parte de la población y probablemente está llegando a una parte de la población que consumirá su ingreso más que otros sectores. Esto más bien debería ayudar a la recuperación económica.

- Entonces no se va a afectar el consumo…

Más bien la reforma ayuda a una percepción seria a mediano plazo de sostenibilidad fiscal, de un Estado más sólido financieramente y todo eso debería ayudar a dar mayor credibilidad y confianza. Hay una recuperación interesante del crédito, hay una caída de las tasa de interés, todo esto ayuda al sector productivo.

- De lo que me dice, la idea del Gobierno es mostrar al Ecuador como un Estado sostenible para que las inversiones de afuera lleguen…

Exactamente. Más importante para las empresas a largo plazo es tener un país con menor riesgo, con mayor sostenibilidad, con menor necesidad de recursos de emergencia, con mayor posibilidad de liberar liquidez de la economía y mayor previsibilidad a largo plazo. Eso es más importante. Cuando uno habla empresarios serios, más allá del discurso público que a veces la política obliga, muchos entienden muy bien la necesidad de algo sostenible a mediano plazo.

- ¿Cuáles han sido los principales logros de estos casi siete meses de administración?

En seis meses de administración se han logrado varias cosas. Primero, una campaña de vacunación muy exitosa y rápida que ayudó a ver indicadores reales de reactivación económica, más allá de la protección de la salud de los ecuatorianos. Lo segundo es una renegociación del acuerdo con el FMI bastante alienada con las prioridades del Gobierno Nacional, lo que nos parece más sano a largo plazo para el país, porque implica además más esfuerzo en reducción del gasto público.

Hay esfuerzos importantes en recaudación tributaria para un sinceramiento patrimonial de recursos en el exterior. Se ha aprobado una reforma tributaria que más allá de los vaivenes políticos muestra un sendero claro de sostenibilidad fiscal del país, se ha ido reduciendo el riesgo país y mejorando las relación con la comunidad internacional volviéndonos más atractivos para el mundo. Esto muestra una recuperación de muchos indicadores económicos. Todavía falta mucho por hacer pero el país está empezando a mostrar que puede ser sostenible.