Santiago — El economista Franco Parisi se ha convertido en un personaje central en la recta final de la carrera presidencial. Luego de ocupar el tercer puesto en la primera vuelta del 21 de noviembre, con casi 900 mil votos y desde Estados Unidos, invitó a los candidatos José Antonio Kast y Gabriel Boric a su programa transmitido en redes sociales para entrevistarles y desglosar sus propuestas gubernamentales. El conservador aceptó de inmediato y acudió a la instancia, mientras que el diputado de izquierda desistió luego de evaluarlo durante unos días.
“Sé que electoralmente sería rentable ir porque hay mucha expectación, lo vería mucha gente, podría tener un espacio para desarrollar nuestras propuestas. Sin embargo, creo que en elecciones y en la vida, en general, uno tiene que guiarse por principios”, argumentó Boric. Parisi, controversial por mantener una millonaria deuda de pensión alimentaria en Chile, ahora está jugando un rol clave a pocos días del balotaje del 19 de diciembre. Para Octavio Avendaño, académico del departamento de Sociología de la Universidad de Chile, su electorado, de alguna forma, sigue manifestando totalmente distante de los partidos tradicionales.
Según el académico, los votantes del Partido de la Gente (PDG), liderado por el economista, tienen un perfil definido: jóvenes, algunos profesionales o emprendedores con un fuerte distanciamiento, no solamente de la política tradicional, sino de “fórmulas de intervención del Estado” o mayores medidas de regulación frente a la actividad económica. “Es un sector que no cree en proyectos políticos, sino individuales y, por eso, el discurso de Parisi suele ser muy atractivo para esta franja del electorado”, comenta a Bloomberg Línea.
El excandidato, entrevistado por este mismo medio, los calificó como los “ninguneados”, en referencia a personas supuestamente “menospreciadas” por el Estado chileno.
VER MÁS: ENTREVISTA: Franco Parisi define a su electorado chileno: “Los ninguneados”
Para Ricardo González, director del Laboratorio de Encuestas y Análisis Social de la Universidad Adolfo Ibáñez, este electorado tendría poco peso en el balotaje. “Las encuestas chilenas, que fueron relativamente precisas al estimar las votaciones en la primera vuelta, muestran que cerca de la mitad de los votantes de Parisi no sufragaría en segunda vuelta. El resto que sí votaría se repartiría entre Kast y Boric en partes iguales”, explica.
De ahí que sostiene que el apoyo que el economista pudiera dar a uno u otro candidato sería decisivo. “Esa opinión radica en la creencia de que las personas que votan son siempre las mismas, y eso no es cierto. Desde que se implementó el régimen de inscripción automática y voto voluntario en Chile hemos observado que hay cambios importantes en la participación electoral entre la primera y la segunda vuelta”.
This browser does not support the video element.
En 2017, el entonces candidato y hoy presidente Sebastián Piñera sumó cerca de 1,4 millones de votos más en el balotaje que en la primera vuelta. El otro aspirante de derecha, Kast (en su primera candidatura), obtuvo más de 500 mil en la primera vuelta de ese año. “Si los votantes fueran exactamente los mismos, entonces debería ser cierto que muchos electores de izquierda sufragaron por Piñera, lo que no es cierto. El éxito de Piñera estuvo en su capacidad de convocar a nuevos votantes en la segunda vuelta. Un fenómeno similar podría observarse en la segunda vuelta de este año”, detalla.
En la actual carrera electoral, Avendaño proyecta que una parte importante del electorado del PDG se iría a la candidatura de Kast porque sintonizaría con ese discurso de crítica al “intervencionismo del Estado en materia económica”, pero que no más de un tercio podría votar por Boric el próximo domingo. “Muchos estimamos que ese es un electorado que se puede restar de la segunda vuelta, y se puede transformar en irrelevante porque son votantes distantes en una disputa polarizada”, indica.
Un extraño fenómeno político
Para Avendaño es llamativa la relevancia tomada por Parisi en la recta final de las votaciones. “Esta podría ser parte de la anomalía del sistema político chileno, que un candidato o figura política como Parisi, con los problemas judiciales que tenía, haya sido aceptada su candidatura y luego se haya transformado en un referente y en este momento se transforme en una suerte de juez que puede dirimir respecto de los destinos de aquellos electores que lo respaldaron con miras a la segunda vuelta”.
Explica que se ha erigido una “suerte de anomalía” teniendo en cuenta que los chilenos están frente a dos candidaturas que se presentan con debilidades, especialmente porque Kast y Boric no obtuvieron más del 30% en los comicios del 21 de noviembre. “Necesitan de un apoyo electoral bastante importante para poder triunfar en el balotaje y eso genera una situación con anomalías. Son candidatos que ya se transforman en minoritarios, que van a generar gobiernos de minorías, que no van a tener un gran respaldo ciudadano y la anomalía se complementa con estos otros antecedentes que tiene que ver con la figura de Franco”, concluye.
Le puede interesar: Un economista, que es una celebridad, sorprende con rol clave en elección chilena
El reto de Kast y Boric: moderar programas para atrapar al centro