Bloomberg — El gobierno de Estados Unidos dio un paso más hacia el procesamiento de Julian Assange por cargos de espionaje, después de que los jueces de Londres aceptaran que el jefe de WikiLeaks puede ser enviado a Estados Unidos de forma segura.
La decisión revierte el fallo de un tribunal inferior que había impedido que el fundador de WikiLeaks fuera extraditado a Estados Unidos para enfrentarse a cargos penales, por temor a que las condiciones de la prisión allí provocaran su suicidio. El caso se remitirá ahora al Ministerio del Interior del Reino Unido.
Los jueces aceptaron las garantías de Estados Unidos al Reino Unido de que no se enfrentará a un confinamiento solitario o a una prisión de máxima seguridad en Colorado si es encarcelado en Estados Unidos.
Assange, de 50 años, ha estado en prisión o en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012, mientras luchaba contra los intentos de enviarlo a enfrentar cargos primero en Suecia y luego en Estados Unidos.
El caso sueco contra él fue retirado, pero el gobierno de Estados Unidos en 2019 lo acusó de espionaje por su papel en la publicación de cientos de miles de páginas de documentos clasificados a través de WikiLeaks, con la ayuda de la analista de inteligencia del ejército estadounidense Chelsea Manning. Assange, nacido en Australia, está recluido en la prisión londinense de Belmarsh.
La prometida de Assange, Stella Moris, ha dicho que recurrirá la decisión “lo antes posible”. Tiene varias vías de apelación disponibles, lo que significa que es poco probable que sea enviado a Estados Unidos en un futuro próximo.
Moris describió el fallo del Alto Tribunal como “peligroso y equivocado” y un “grave error judicial”.
Los abogados de Assange han dicho que podría suicidarse en una cárcel de Estados Unidos, un argumento con el que una jueza de primera instancia estuvo de acuerdo en enero cuando bloqueó su extradición. Assange se enfrentaría a “condiciones de aislamiento significativo”, dictaminó entonces la jueza Vanessa Baraitser, citando la muerte de Jeffrey Epstein en 2019 como ejemplo de cuando las medidas preventivas no pudieron proteger a los reclusos de las autolesiones.
Sin embargo, los jueces dirigidos por el Lord Chief Justice Ian Burnett dictaminaron que podían aceptar las ofertas estadounidenses de que Assange recibiera un trato humano en custodia.
El redactor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, ha declarado: “La vida de Julian vuelve a estar gravemente amenazada, al igual que el derecho de los periodistas a publicar material que los gobiernos y las empresas consideran inconveniente”.
On UN Human Rights Day a UK court throws investigative journalism into darkness and continues the torture of #Assange. This fight will not end here.
— Kristinn Hrafnsson (@khrafnsson) December 10, 2021
--con la ayuda de Ellen Milligan.