Bloomberg — Un tribunal de Myanmar controlado por los militares declaró el lunes culpable a Aung San Suu Kyi en su primer juicio desde su destitución en un golpe de Estado en febrero, y la condenó a cuatro años de prisión, dijo el portavoz de la junta, Zaw Min Tun.
Suu Kyi fue declarada culpable de incitar a la disidencia contra los militares, una violación de la Sección 505(B) del código penal del país de la era colonial. También fue declarada culpable de infringir la Ley de Gestión de Desastres Naturales por incumplir las normas de Covid-19 mientras hacía campaña durante las elecciones nacionales de 2020, anuladas desde entonces por la Junta.
La líder civil ha sido detenida por el régimen militar desde que se hizo con el control del gobierno, lo que desencadenó protestas generalizadas en la nación que han provocado una devastación económica y un nuevo conflicto civil.
“La condena de Aung San Suu Kyi es otro intento atroz del régimen militar de Myanmar de sofocar la oposición y suprimir la libertad y la democracia”, declaró la ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, en un comunicado. Advirtió de que la “detención arbitraria de políticos elegidos sólo puede provocar más disturbios”.
El ejército ha intentado sofocar los disturbios de forma violenta, matando a más de 1.300 manifestantes y realizando más de 10.000 detenciones, lo que ha provocado la condena incluso de los países vecinos de Myanmar en el sudeste asiático. El domingo, la embajada de Estados Unidos se declaró “horrorizada” por los informes de que las fuerzas de seguridad abrieron fuego, atropellaron y mataron a varios manifestantes pacíficos en Yangon esa mañana.
Al ser preguntado por el veredicto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, dijo que Pekín espera que los partidos y las facciones de Myanmar trabajen “dentro del marco constitucional y legal, salven sus diferencias y mantengan la transición democrática en línea con los intereses del país que se han ganado a pulso”.
Los juicios representan un impulso de los militares para desacreditar a Suu Kyi, de 76 años, después de que su partido ganara más del 80% de los escaños en las elecciones de hace un año. Los militares declararon que las elecciones estaban marcadas por un fraude generalizado, aunque los observadores internacionales dijeron que fueron en su mayoría libres y justas.
El régimen del líder militar Min Aung Hlaing la ha acusado de al menos 12 cargos penales, como abuso de poder para ganar las elecciones, divulgación de secretos de Estado y posesión de walkie-talkies sin licencia. Queda por ver si Suu Kyi podrá apelar la decisión.
“Las duras condenas impuestas a Aung San Suu Kyi por estos cargos falsos son el último ejemplo de la determinación de los militares de eliminar toda oposición y asfixiar las libertades en Myanmar”, ha declarado el director regional adjunto de Campañas de Amnistía Internacional, Ming Yu Hah, en un comunicado.
Suu Kyi permaneció en arresto domiciliario durante casi 15 años antes de ser liberada en 2010, cuando el país adoptó reformas democráticas. Desde poco después del golpe de Estado ha estado recluida en un lugar desconocido en Naypyidaw, lejos de sus inquietos partidarios, y no se la ha visto públicamente fuera de las comparecencias ante los tribunales.