Bogotá — Los economistas dicen que la inflación es el peor impuesto para los pobres, pues estos destinan una mayor proporción de sus ingresos para comprar productos o bienes esenciales, por ejemplo. Aunque la inflación le está pegando a todos los colombianos, lo hace en mayor proporción con los más vulnerables.
Tras la crisis de Covid-19 que hizo que Colombia reportara en 2020 su inflación más baja (1,61%) desde que el Dane mide el indicador (1954), este ha ido subiendo a medida que se reactiva la economía. En noviembre la inflación se disparó al 5,26% anual, dato que no se veía desde enero de 2017 (5,47%).
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Los alimentos son uno de los rubros que más están impactando a la inflación. El aumento en los precios de este renglón tiene mayor peso en los hogares pobres que en los de mayores ingresos.
Según el Dane, la división alimentos y bebidas no alcohólicas registró una variación anual de 15,34%, siendo esta la mayor variación anual. En noviembre de 2021 los mayores incrementos de precio se registraron en: papas (69,85%), aceites comestibles (45,78%) y tomate de árbol (36,17%).
De acuerdo con la entidad estadística, en noviembre de 2021 la inflación anual de los hogares pobres fue de 6,38%, es decir, estuvo 1,12 puntos porcentuales (pps) por encima del dato registrado para el total nacional (5,26%). Mientras tanto, la inflación de los hogares de ingresos altos estuvo 1,15 pps por debajo del promedio nacional al registrar 4,11% en el mes de referencia.
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En enero de este año, la inflación seguía a la baja tras la crisis del 2020 y reportó un dato anualizado de 1,60% en el total nacional. En ese mes, la inflación de los hogares pobres fue de 2,30%, es decir, 0,7 puntos por encima del promedio del país, sin embargo, la de los colombianos de ingresos altos estuvo 0,6 puntos por debajo del total nacional (1,01%).
Lo anterior expone que la inflación de los hogares pobres es ahora tres veces mayor que la que reportaban en enero, pues pasó de 2,30% en el primer mes del año al 6,38% en noviembre.
¿Se avecina la calma en la inflación?
La verdad es que no, anticipan los analistas. “El pico de la inflación podría llegar aproximadamente entre marzo y abril de 2022. Ese pico lo proyectamos en 5,4% aproximadamente y de ahí descendería hacia el 3,5% que tenemos estimado para el cierre de 2022″, comentó Camilo Durán a Bloomberg Línea hace unos días.
El experto de Credicorp alertó que “de todos modos hay una alta incertidumbre en este frente, uno no puede descartar que la inflación sea más persistente, pero como la inflación ha sido provocada principalmente por choques de oferta, la situación del comercio internacional, la depreciación cambiaria, en su momento el choque del paro nacional, todo ese tipo de efectos suelen corregirse rápidamente a la baja si es que no están acompañados de una presión de demanda interna”.
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Desde la visión de Gustavo Acero, del Banco de Bogotá, la inflación seguiría presionada al alza en el primer trimestre de 2022. A partir de allí retomaría una senda bajista y solo hasta el tercer trimestre del año volvería a ubicarse en el rango objetivo del Banco de la República (entre 2% y 4%), “mientras que, para todo 2022 proyectamos una inflación de 3,6%. Una corrección en los precios de los alimentos sería la explicación principal al descenso que se esperan en el indicador”.
