Bloomberg — La búsqueda de vacunas de segunda generación contra el Covid-19, incluidas vacunas que puedan ofrecer una protección más amplia contra una serie de posibles nuevas variantes del coronavirus, se está intensificando ante el avance de ómicron.
La Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés), un grupo que trabaja para impulsar el desarrollo de vacunas, espera destinar pronto más fondos a investigadores enfocadas en futuras vacunas contra el Covid-19, dijo Richard Hatchett, su CEO. CEPI, lanzado en 2017 con el respaldo de la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otros, proporcionó los primeros fondos el mes pasado a los desarrolladores de posibles inyecciones “a prueba de variantes”. El monto del programa asciende a US$200 millones.
Independientemente de que las vacunas actuales mantengan o no la eficacia contra ómicron, es fundamental invertir en una variedad de enfoques, incluidas las inoculaciones que podrían apuntar a múltiples versiones del patógeno con una sola inyección, según Hatchett, un exasesor de la Casa Blanca. El trabajo también se está expandiendo más allá de los programas que se centran en la distintiva proteína espiga, que el virus usa para invadir las células humanas.
“No sabemos cuáles son los límites de hasta dónde puede evolucionar y si puede evolucionar a partir de nuestras vacunas, y no invertir ahora en vacunas para protegernos contra esa posibilidad sería imprudente”, dijo. “Es fantástico que tengamos esta lista de vacunas, pero debemos buscar mejorarlas a través de la investigación y el desarrollo”.
Los científicos deben responder una pregunta crucial sobre qué tan bien funcionarán las vacunas contra la variante. Pfizer Inc. espera que su vacuna se mantenga firme contra ella, dijo un ejecutivo, y los datos deberían estar disponibles dentro de dos o tres semanas. Mientras tanto, el CEO de Moderna Inc., Stephane Bancel, ha dicho que la sorprendente cantidad de mutaciones en ómicron sugiere que se necesitarían nuevas inyecciones para evitar infecciones.
“Aunque es posible que ómicron resulte no ser una gran amenaza, tal vez la próxima variante lo sea”, dijo Hatchett. “Deberíamos utilizar esta experiencia del mundo real para ver qué tan lejos y qué tan rápido podemos hacer esto”.
Las vacunas antigripales multivalentes dirigidas a tres o cuatro versiones del patógeno han brindado protección contra múltiples cepas que circulan por todo el mundo. GlaxoSmithKline Plc y CureVac tienen como objetivo desarrollar un producto que aborde múltiples variantes en una vacuna Covid-19, basándose en la tecnología de ARNm.
CEPI ya acordó financiar a MigVax Ltd., de Israel, para apoyar el desarrollo inicial de una vacuna oral, y a la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Saskatchewan para impulsar su trabajo en la denominada vacuna de subunidad proteica. La organización también respalda a los investigadores que buscan desarrollar vacunas contra diferentes coronavirus.
Los investigadores canadienses se están enfocando en desarrollar una vacuna que se pueda usar en países de ingresos bajos y medianos, que han quedado rezagados con respecto a los gobiernos ricos en cuanto al acceso a las vacunas. Están comenzando estudios en etapa intermedia en África en personas no vacunadas y están planeando un estudio de refuerzo en Canadá a principios del próximo año, dijo Volker Gerdts, director de la organización de vacunas.
“Esta nueva variante es otro ejemplo de la preocupación que tenemos todos”, dijo. “Cuanta más gente no esté vacunada, más caldo de cultivo habrá para que surjan estas nuevas variantes”.
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Este artículo fue traducido por: Miriam Salazar