Bloomberg — Lo que antes parecía demasiado entusiasta ahora parece prudente. Los bancos centrales que se movieron temprano para recortar los estímulos y subir las tasas de interés pueden haber tomado la decisión correcta después de todo. Mientras esperamos que los científicos y las autoridades médicas determinen qué tan grande es el riesgo que puede representar la variante ómicron para la salud pública, la inflación es algo seguro. La recuperación mundial no ha perdido todavía un impulso significativo.
Los formuladores de políticas deben responder a lo que está frente a ellos. Seguro, podían esperar y esperar. Pero la pandemia nunca ofreció opciones fáciles. Esto ayuda a explicar por qué las declaraciones del martes por parte presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de que el banco central podría acelerar la reducción de las compras de activos, fueron sorpresivas . Después de meses de tratar de convencer a los mercados de que este episodio de alta inflación pasaría, abandonó por completo la palabra “transitoria”. Puede que no haya claridad sobre ómicron, pero ahora existe la convicción, posiblemente por primera vez en décadas, de que la inflación debe abordarse.
Otros se dieron cuenta de esto mucho más rápido. El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda (RBNZ, por sus siglas en inlgés) y el Banco de Corea, aumentaron las tasas dos veces en los últimos meses y señalaron que habrá más en el futuro. La Autoridad Monetaria de Singapur ha endurecido su política y el Banco de la Reserva de la India suspendió su propia versión de flexibilización cuantitativa.
En ese momento, era escéptico sobre algunos de estos movimientos. El RBNZ tiene un historial de movimientos agresivos, solo para revertir rápidamente el curso luego. Desde entonces he llegado a apreciar su razonamiento. El economista jefe del banco, Yuong Ha, expuso el caso de la gestión de riesgos en una entrevista el martes con Matthew Brockett de Bloomberg News: “Desde nuestro punto de vista, la perspectiva es que la demanda podría ser un poco más débil, podría ser un poco más fuerte dependiendo de cómo los hogares se comporten en este nuevo mundo “, dijo Ha. “Pero todavía es un mundo donde las presiones inflacionarias están aumentando, las presiones sobre la capacidad se mantendrán por un tiempo y, por lo tanto, probablemente uno deba eliminar el estímulo monetario en lugar de mantenerlo”.
Por razonable que parezca, no todo el mundo tiene un pensamiento tan evolucionado. El Banco de Inglaterra (BOE, por sus siglas en inglés), que fue criticado fuertemente el mes pasado por titubear luego de presagiar una subida, aún continúa luchando con su postura. El mismo día que Powell enterró la palabra “transitoria”, un respetado legislador del BOE se mostró reacio a apresurarse a emitir un juicio. “Todavía hay mucha información que debemos recibir, especialmente con respecto a ómicron, por lo que es prematuro incluso hablar sobre el tiempo y mucho menos sobre cuánto” al pensar en aumentos de tasas, dijo Catherine Mann a una audiencia en un evento organizado en la web por Barclays Plc.
Incluso para aquellos bancos centrales que han retrasado el desmantelamiento del estímulo, es notable que pocos estén hablando de una flexibilización adicional. Durante gran parte de los últimos 18 meses, los costos potenciales de moverse demasiado lento, ya sea para ajustar o relajar, fueron tolerables. Pero la inflación ya no está inactiva. La capacidad de los bancos centrales para apuntalar las expansiones sin disparar los precios se ve disminuida. La medida preferida de la Fed, por ejemplo, ha estado por encima de su objetivo del 2% desde marzo y se aceleró al 5% en octubre.
Ómicron plantea preguntas sobre la fuerza de la demanda en caso de que se renueven los cierres y la gente tenga que esperar a que se despliegue una vacuna completamente nueva antes de atreverse a soñar con la normalidad. Aún así, hay menos interrogantes sobre su impacto sobre la inflación. Los problemas de las cadenas de suministro que han contribuido a elevar los precios no se disiparan de la noche a la mañana. Ómicron podría agravarlos.
El panorama de las políticas públicas puedrá aclararse durante tres días a mediados de este mes. Los funcionarios de la Fed, el BOE, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón fijaran las tasas del 15 al 17 de diciembre. Esa es la línea de tiempo que los expertos en salud pública ofrecieron para evalúar el riesgo de ómicron. En lo que a las tasas de interés se refiere, no cuente con que la variante sea un cambio completo de juego. La estrategia viaja en una sola dirección, aunque a ritmos diferentes.
Puede no haber premios por ser el primero en fijar las tasas de interés. Pero si parece que no habrá castigo.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar