La economía de Brasil cayó en una recesión poco profunda este año arrastrada por la sequía, una alta tasa de interés y la inflación, lo que supone un golpe para el presidente Jair Bolsonaro justo cuando se prepara para su campaña de reelección.
El producto interior bruto cayó un 0,1% en el periodo julio-septiembre, tras registrar un descenso revisado del 0,4% en el segundo trimestre. Desde hace un año, la economía se expandió un 4%, dijo el jueves la agencia nacional de estadísticas.
La desaceleración muestra los crecientes desafíos para la mayor economía de América Latina. El desempleo supera el 12%, la inflación anual es la más alta de los últimos cinco años y el banco central lleva adelante la campaña de ajuste monetario más agresiva del mundo este año. Mientras que la mayoría de los países están disfrutando de un fuerte crecimiento tras la pandemia, la actividad está perdiendo impulso en Brasil a pesar del levantamiento de las restricciones por el Covid-19 y de una amplia campaña de vacunación.
El enorme sector agrícola de Brasil descendió un 8% en el trimestre debido a la sequía, mientras que la industria se mantuvo estable. Por otro lado, los servicios y el consumo familiar crecieron un 1,1% y un 0,9%, respectivamente, dijo la agencia de estadísticas.
Las tasas de los swaps de contratos con vencimiento en enero de 2023, que indican las expectativas de los inversores sobre la tasa Selic a finales de 2022, cayeron 11 puntos básicos hasta el 11,71% en las operaciones matinales tras la publicación de los datos. El real ganó un 0,2%, hasta 5,6686 por dólar estadounidense.
Lo que dice Bloomberg Economics
“Una segunda contracción consecutiva en el tercer trimestre situó a la economía brasileña en una recesión técnica y dejó el crecimiento ligeramente por debajo de su nivel prepandémico. Las difíciles condiciones externas, el fuerte endurecimiento monetario y las crecientes incertidumbres fiscales sugieren un margen limitado para un repunte significativo en los próximos trimestres. Esperamos que la economía crezca un 4,5% este año y un mediocre 0,6% en 2022″.
-- Adriana Dupita, economista para América Latina
Los retos de Brasil
Muchos de los problemas que afectan a la economía brasileña son de naturaleza global: las interrupciones en la cadena de suministro mundial, la sequía que ha diezmado las tierras de cultivo y el aumento de los precios de las materias primas están contribuyendo a alimentar la inflación, lo que se traducirá en un aumento de los costes de los emitir deuda. Los operadores apuestan por una subida de las tasas de interés de al menos 150 puntos básicos en la reunión de política monetaria de la próxima semana, lo que llevaría la Selic al 9,25%.
Sin embargo, parte del dolor es autoinfligido. Los inversores están cada vez más preocupados por las finanzas públicas a medida que el gobierno presiona para cambiar una ley de austeridad clave para permitir a Bolsonaro impulsar el gasto social antes de las elecciones de 2022. Estas preocupaciones han hecho que el real pierda cerca de un 8% de su valor frente al dólar este año, a pesar del aumento de las tasas de interés.
Los analistas encuestados por el banco central han recortado sus previsiones del PIB en los últimos dos meses, a medida que aumentan las dudas sobre la trayectoria fiscal de Brasil. Ahora esperan que el crecimiento económico se ralentice a menos del 0,6% el próximo año desde el 4,8% de 2021.
--Con la ayuda de Rafael Mendes y Rafael Gayol.
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