Bogotá — “Aunque no quise el regreso siempre se vuelve al primer amor”, cantaba Carlos Gardel en Volver, uno de los tangos más icónicos del folklore argentino.
Medellín, donde murió el tanguero en 1935, es la sede de una historia de novela que involucra a una de las familias más poderosas de Colombia, los Gilinski, y a un conglomerado de compañías que por décadas ha sido representativo de la ciudad, el GEA.
Y aunque en varias entrevistas Gilinski manifestó que la oferta era por Nutresa, todo lo que ha sucedido después de muestras de que el interés real es dominar todo el Grupo Empresarial Antioqueño.
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Desde la primera Oferta Pública de Adquisición (OPA) el 10 de noviembre se viene especulando con la posibilidad de que el interés real de Gilinski sea recuperar el control de Bancolombia, entidad financiera que en la década de los 90 le perteneció bajo el nombre Banco de Colombia, y que el Sindicato Antioqueño le compró desatando una confrontación judicial que sólo se resolvió a mediados de 2010.
Hay que tener presente que la OPA por Sura le costará, mínimo, unos US$953 millones, y la de Nutresa al menos US$1.777 millones. Esto quiere decir que por los porcentajes mínimos que busca en cada una, pagaría US$2.730 millones. Con esto tendría el control del 50,1% de Nutresa y el 25% de Sura, y de paso, indirectamente, compraría participaciones en Grupo Argos, Cementos Argos, Bancolombia, Celsia, Protección, Cetsa, y Enka, entre otras.
Bloomberg Línea realizó un ejercicio aritmético para determinar cuál podría ser el precio que habría pagado Gilinski si su apuesta inicial hubiera sido por Bancolombia, es decir, asumiendo que su interés real es controlar la entidad financiera, pero que para llegar a ella decidió comprar sus dueños, lo cual le saldría, más económico.
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El 10 de noviembre, cuando lanzó la OPA por Nutresa, la acción ordinaria de Bancolombia (que son las acciones con derecho a voto y que por lo tanto dan puesto en Junta Directiva) cerraron en $32.210.
De este tipo de acciones Bancolombia tiene en circulación 509.704.584 títulos. Esto quiere decir que, si hubiera querido tener el control de la entidad financiera, habría tenido que lanzar una OPA por el 50,1% de estas acciones, es decir, por 255.361.997 acciones.
Teniendo en cuenta que para atraer a los inversionistas Gilinski ha tenido que ofrecer un precio mayor al de las acciones en bolsa, tomaremos como referencia la prima que ofreció por Nutresa, que a la TRM de $4.000, es de alrededor del 40%.
Teniendo entonces como referencia el precio de cierre del 10 de noviembre ($32.210) más una prima del 40%, cada acción ordinaria de Bancolombia habría tenido que ser pagada a $45.094, que con la tasa de cambio de $4.000 sería equivalente a US$11,27.
Si Gilinski hubiera querido lanzar la OPA por el 50,1% de Bancolombia, es decir, 255.361.997 acciones, con una prima del 40%, habría pagado US$2.877 millones, más de los US$2.730 millones que pagará por las participaciones mínimas que busca en Nutresa y Sura.
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Es por eso que la estrategia de Gilinski, por lo menos hasta ahora, parece perfecta, porque adquiriendo participaciones menores en las compañías dueñas de Bancolombia, podrá, de paso, tener el control de la entidad financiera, pagando menos que si hubiera querido directamente compra la mitad más una de las acciones del Grupo.
Vale recordar que este sólo es un ejercicio y que no corresponde a un plan público de la familia Gilinksi para presentar una OPA por Bancolombia.