Bogotá — Miembros de la realeza británica y española, la ex primera dama estadounidense Michelle Obama, las cantantes Lady Gaga y Kylie Minogue o la estrella del cine Emma Watson han usado los zapatos del diseñador colombiano Edgardo Osorio, quien luego de trabajar para algunas de las marcas de lujo más reconocidas del mundo fundó su propia empresa, Aquazzura.
“Las mujeres se enamoran de un zapato y el resto pasa automáticamente, yo no hago nada, solo los diseño”, dice a Bloomberg Línea desde EE.UU., donde atiende una videollamada para hablar sobre la historia de su negocio, los planes para expandirse en nuevos mercados y varias anécdotas de sus inicios.
Entre estas, cuando la actriz Emma Watson, quien interpretó al personaje de Hermione Granger en Harry Potter, llamó directamente a las oficinas de Aquazzura para comprar los zapatos que buscaba, o cuando el rapero Kanye West compró una colección entera (para sorpresa de todos) como regalo para Kim Kardashian, en la época en la que ambos estaban saliendo.
Fue algo bastante sudado los primeros dos años y medio, yo hacía el control de calidad de cada zapato, tocaba cada uno. Me iba a la fábrica en la mañana a las siete de la mañana, me regresaba a las diez de la noche, trabajaba sábados y domingo, todavía lo hago.
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O algunas más recientes como la que ocurrió este fin de semana cuando el diseñador fue a ver la película House of Gucci, protagonizada por Lady Gaga y Adam Driver, en la que aparecen cinco pares de zapatos de su marca Aquazzura. “Sabía que tenían algunos (zapatos de la marca en la producción), pero no sabía que tenían tantos”, dice entre risas Edgardo Osorio, quien no pierde del todo su acento del Caribe colombiano a pesar de vivir hace un buen tiempo fuera del país.
Además de la reina Letizia de España, entre sus clientas está Meghan Markle, exactriz estadounidense y esposa del príncipe Harry, quien usa la marca desde su época en Suits. “Después nos conocimos y bueno... desde entonces le empecé a hacer más cosas, le hice los zapatos del matrimonio”.
“Si estoy en la calle o en un restaurante y veo a una mujer con mis zapatos me hace superfeliz, no necesariamente las famosas. Hemos vestido casi que a todas las famosas que me hubiera soñado con vestir algún día. Desde las modelos, hasta las actrices de cine, hasta las princesas, reinas, primeras damas, ha sido algo maravilloso”.
Sus comienzos
Edgardo Osorio dice que desde muy chico tuvo la suerte de saber lo que quería y cuando tenía solo 14 años se fue a hacer unos cursos de verano en Londres. Cuando regresó a Colombia con su portafolio consiguió pasantías en donde una diseñadora local y empezó a trabajar desde los 15 años hasta que se graduó a los 16.
Luego se fue a estudiar a Londres y estando en Europa comenzó a viajar por algunos de los hubs de la moda como Milán y París, en donde las ferias y el ambiente le llevaron a convencerse de que se quería dedicar a los accesorios.
“Eso me ayudó mucho porque después en uno de esos viajes de trabajo conocí a alguien que trabajaba en Ferragamo y a los 19 años me ofrecieron un puesto y me mudé de Londres a Florencia, donde terminé mi universidad y al mismo tiempo fundé una empresa de consulting para diseño de accesorios”, recordó.
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Empezó con Ferragamo pero luego pasó por otras de las marcas más reconocidas de la industria como Rene Caovilla o Roberto Cavalli, lo que le permitió seguir viajando y enriqueciendo sus experiencias en ese momento. “A los 25 años cuando terminé mi contrato con Cavalli me di cuenta que era el momento de hacer algo mio, y bueno, aunque fuera muy joven ya tenía casi 10 años de trabajar en la moda”, comentó.
Los negocios
Edgardo Osorio recuerda que decidió fundar Aquazzura porque vio que “había un espacio en el mercado para algo nuevo” y que se estaba dando un “cambio de generación de los diseñadores que hacían zapatos” y “que habían llegado a la cumbre de lo mejor que se podía hacer”.
“Siendo latino me gusta bailar y me invitaron a 12 matrimonios ese hace año, fui a 11, en los que todas las mujeres se quejaban de que les dolían los pies y me di cuenta de que había una oportunidad para hacer zapatos cómodos que fueran sexys y bonitos”, manifestó.
Hemos tenido la fortuna de que desde el inicio hemos vestido a mujeres increíbles, maravillosas, de todas las edades, de todas las partes del mundo, de todos los colores, de todo tipo, pero mujeres con mucho estilo, con mucha clase, con mucho carisma, es un honor poder ser parte de la vida de esas mujeres.
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La marca nace en 2011, aunque la primera colección se da a conocer en el 2012, un período en el que estaban en pleno despegue varias de las más poderosas redes sociales de estilo de vida como Instagram, entre otros innumerables blogs especializados, que contribuyeron a la visibilidad de la marca en ese momento.
“Me acuerdo que esa primera temporada también que vendimos en Harvey Nichols en Londres fui a ver los zapatos y estábamos entre Yves Saint Laurent y no me acuerdo que otra marca, era Gucci o algo así, y yo decía: ‘Dios mío, cómo vamos a hacer, somos tres personas y aquí estamos al lado de los zapatos de una marca que tiene 15.000 personas que trabajan para ellos’. Competir con eso no es la cosa más sencilla pero bueno, hay que echar para adelante”.
Hoy, Aquazzura es conocida mundialmente pues vende a más de 70 países, tiene 15 tiendas y está abriendo tres más, una en Doha (Catar) para completar dos, así como en París y Madrid. También tienen planes de abrir tres tiendas más en Arabia Saudita, a la vez que están explorando el mercado chino, aunque van “en orden de prioridad y tipo de proyecto”.
Todas las empresas tienen momentos difíciles, yo cuando surgió la pandemia honestamente pensé que no íbamos a sobrevivir (…) fue un momento bastante difícil y honestamente puedo decir que no solamente salimos de eso, sino que salimos más fuertes que nunca.
El futuro
Los zapatos de Aquazzura, cuyo precio medio se ubica entre los 500 euros y los 1.500 euros (aunque han vendido modelos de hasta 10.000 euros), se fabrican en Toscana y con materiales de ese territorio europeo dados los altos estándares con los que trabajan, por lo que por ahora no está en sus planes realizar el proceso de manufactura fuera de ese país.
“Hasta las marcas francesas producen en Italia, es el único lugar en el mundo que tiene esa calidad del zapato y la calidad para mí es importante, es algo que no puedo cambiar. Por el zapato y la manufactura que nosotros hacemos la maquila fuera de Italia no es posible, pero sí me encantaría trabajar mucho más con artesanos en Colombia”, dice el empresario, que en colecciones anteriores ha exaltado la artesanía de ese país suramericano.
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Destaca que le gusta mucho trabajar con los artesanos y promover la artesanía en general, no solo la italiana sino también la colombiana, la mexicana y de cualquier lugar. “La artesanía es algo único, es muy especial, es algo que nos hace seres humanos, es nuestra cultura y nuestra riqueza, es algo que no quiero que se pierda”.
De hecho, tuvo la oportunidad de trabajar con las mujeres wayuu hace unos años, pues diseñó unas alpargatas con las telas de las mochilas de esa comunidad índigena del norte de Colombia “que fueron todo un éxito”.
En la actualidad, la compañía tiene presencia en Sao Paulo, en donde tiene dos tiendas, mientras explora la posibilidad de expandirse bajo el modelo de franquicia en más paísas de la región como México, Panamá o Colombia. “Veo un futuro, me encantaría abrir tiendas, porque la clientela está ahí”.