Buenos Aires — No será sencillo el recorrido de las dos principales coaliciones políticas del país en miras a las presidenciales del 2023. Menos para el Frente de Todos, que deberá, además, gobernar. Pero tampoco para Juntos por el Cambio, donde, tras el triunfo en las elecciones, reaparecieron las diferencias que amenazan la unidad opositora.
El resultado ─apenas─ más favorable para el Gobierno en las legislativas en comparación con las PASO fortaleció al presidente Alberto Fernández, quien logró despejar dudas sobre la continuidad de sus ministros más cercanos. Sin embargo, quedó lejos de haber calmado las diferencias que persisten en la coalición oficialista.
La distancia de La Cámpora en el acto por el día de la militancia, la ausencia de Máximo Kirchner en la reunión que ese día se realizó en la quinta presidencial de Olivos y los cruces esta semana entre Matías Kulfas y Roberto Feletti, son algunas de las evidencias que prueban la tensa calma que se sostiene en el Frente de Todos.
Algo similar ocurre en la provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof reunió a intendentes para relanzar su gestión y festejar que el peronismo recuperó el Senado bonaerense. Fue en un clima de cierta frialdad. Mientras ya hay sectores que impulsan su reelección, otros apuntan a darle impulso a los intendentes ─con dirección a Lomas de Zamora─ para continuar la posta en 2023.
Tampoco quedaron del todo conformes los jefes comunales, que buscaban un respaldo más claro del gobernador para la cruzada para derogar la ley que impide la reelección indefinida en los municipios. Deberán ser ellos los que se presenten a la Justicia para impugnar la norma.
Quien recuperó aire tras la elección es Sergio Massa. Confiado por los resultados en algunos de los municipios propios ─San Fernando, por caso─, retomó la iniciativa legislativa esta semana anticipando un debate para suspende la polémica Ley de Alquileres, mientras La Cámpora busca instalar debates que incomodan al tigrense, como la Ley de Envases. Será difícil sostener el equilibrio en la previa de lo que será un intenso diciembre en el Congreso, con incertidumbre respecto al plan plurianual ─que incluiría el acuerdo con el FMI─ y el Presupuesto 2022.
Ruido interno en la oposición
Mauricio Macri, que se mantuvo activo en la recta final de la campaña electoral, no frenó tras la elección. Esta semana dejó una frase que anticipa lo que será la interna opositora: “Está bueno que muchos curas quieran ser papas, pero sepan que van a tener que competir”. De esa forma, le dice a los socios de la coalición, y a Horacio Rodríguez Larreta en particular, que no hay impugnaciones para las candidaturas presidenciales, pero que deberán resolverse en internas abiertas.
Macri ya ha dicho que no piensa necesariamente en presentarse en el 2023. Pero que quiere ser él quien tome esa decisión. María Eugenia Vidal, aliada del jefe de Gobierno porteño, respondió este jueves en nombre del jefe de Gobierno porteño, señalando que no es tiempo de discutir candidaturas.
La UCR piensa en la misma sintonía. Creen, según lo narrado por un dirigente radical a Bloomberg Línea, que en la difícil coyuntura social y económica queda a destiempo hablar del 2023 y hasta puede ser perjudicial. La mención de Macri fue en parte un respaldo a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que desde el llano se metió en la interna amarilla por la renovación de autoridades en el Congreso.
En el Senado el interbloque de JxC seguiría en manos de la UCR. Pero no está claro que sea el formoseño Luis Naidenoff quien continúe en ese rol. El mendocino Alfredo Cornejo, titular del comité nacional, sería el reemplazante natural. Pero el porteño Martín Lousteau se metió en la compulsa.
Más complejo es el escenario en Diputados. Desde 2015 que el interbloque lo conduce Mario Negri, de la UCR. No está claro que eso se mantenga desde el 10 de diciembre. Pero más allá de quién conduzca la coalición, también se disputan los bloques partidarios. Lousteau también quiere que en Diputados sea Rodrigo de Loredo o Facundo Manes quien tome el mando.
“El nuevo radicalismo no persigue oficinas ni contratos. Dame el último sucucho, pero poneme a Rodrigo de Loredo que acaba de arrasar en Córdoba o a Facundo Manes que fue la revelación en PBA, a conducir el bloque”, tuiteó Martín Tetaz, que llega a Diputados de la mano de Lousteau.
En el PRO, Bullrich activó una maniobra para destronar a Cristian Ritondo. Duró poco. El exministro de Seguridad bonaerense recibió el respaldo de 33 diputados que motivaron la marcha atrás de la presidenta del PRO.
Hay también expectativa por lo que sucederá con los bloques federales, que serán la llave del quórum para el Gobierno en los años venideros. El senador rionegrino, Alberto Weretilneck, viajó a Misiones esta semana para afianzar la relación con el Frente Renovador por la Concordia. Ambas provincias, que no integran el Frente de Todos pero han sido aliados de Alberto Fernández, buscan unificar posiciones tanto en Diputados como en el Senado para fortalecer políticamente a sus jurisdicciones.
Florencio Randazzo finalmente ingresará a la Cámara de Diputados. Lo esperan en el interbloque Federal, pero le anticipan que en esa bancada no hay primus inter pares. Es el cordobés Juan Schiaretti quien pretende mayor protagonismo en ese bloque y ser árbitro de las negociaciones con el Gobierno.
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