Petro propone cerrar la llave a exploración petrolera en Colombia, ¿qué implica?

La industria de los hidrocarburos aportó en 2020 cerca del 5,5% del PIB en Colombia, país que sigue siendo altamente dependiente a ese negocio.

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Bogotá — El candidato de izquierda a la Presidencia colombiana Gustavo Petro manifestó en una entrevista con El Tiempo que si gana las elecciones de 2022 tiene previsto cesar la contratación de exploración de petróleo en Colombia con miras a que el país pase de una economía “extractivista” a una “productiva”. ¿Qué implicaciones tendría?

El candidato de Colombia Humana lidera ampliamente las intenciones de voto a la Presidencia en el país suramericano con el 22 %, según la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) y CM&.

En la entrevista, Gustavo Petro, también exalcalde de Bogotá (2012-2015), dijo que habrá “una transición tranquila, pero segura y seria, que empieza el primer día de Gobierno”, en referencia a su propuesta de cesar la contratación de exploración de petróleo en Colombia.

Además, Petro indicó que subiría “los impuestos a las importaciones de cuatro ramas agrarias e industriales para defender la economía nacional y generar millones de puestos de trabajo hacia adelante. Esos cuatro son: producción de alimentos en el agro colombiano, transformación industrial de alimentos, textiles y confecciones, y cueros y confecciones del cuero”.

La propuesta del líder de izquierda generó diversas reacciones en un país que sigue dependiendo de los recursos que genera la industria de los hidrocarburos, que en 2020 aportó cerca del 5,5 % del PIB o el equivalente a $51 billones, y que aún le cuesta mirar hacia nuevas fuentes de riqueza tras el pasado ‘boom’ de los commodities.

Precisamente, en Colombia la empresa número uno en ingresos operacionales es la estatal petrolera Ecopetrol con más de $47 billones en 2020 y $1,6 billones en ganancias, según cifras de la Superintendencia de Sociedades.

La compañía, cuya actividad es esencial para el tejido empresarial del país y la generación de empleo, también está mirando nuevas fuentes de energía. Recientemente, Ecopetrol informó a Bloomberg Línea que está estructurando pilotos industriales de hidrógeno verde con el objetivo de cerrar las brechas de conocimiento, establecer las variables críticas de desarrollo en las áreas de negocio que se están explorando en la estrategia, determinar el tipo de alianzas y explorar las opciones financiamiento climático o verde.

A la fecha, según la empresa, se ha logrado la aprobación de un piloto para producir H2 electrolítico (50KW), “el cual será inicialmente comisionado en la Refinería de Cartagena para capturar aprendizajes relacionados con el potencial uso de agua en el proceso de la refinería y la estabilidad en la producción”.

Cerrarle la llave al petróleo es una medida que están tomando varios Gobiernos en el mundo progresivamente y de hecho Colombia avanza hacia fuentes de energía más limpias con la reciente subasta de energías renovables no convencionales y la hoja de ruta del hidrógeno verde, aunque el camino aún es largo dada su dependencia a los hidrocarburos tradicionales y el debilitamiento de la industria local que le dificulta cambiar el paradigma hacia un modelo productivo más allá de los commodities. Hoy, el café ocupa hoy el primer lugar en exportaciones no minero-energéticas del país, seguido de las flores.

A propósito, la semana pasada el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, destacó que desde 2018 se han firmado “39 contratos de exploración y producción” de hidrocarburos, “luego de 5 años sin firmar un solo contrato”.

Estos contratos, indicó el funcionario, “representan inversiones en la etapa exploratoria por más de US$3,6 millones y la posibilidad de generar cerca de 4.000 empleos”, indicó el ministro, quien a la vez señaló que “1 de cada 3 dólares de exportaciones y casi el 30 % de la inversión extranjera directa viene del sector hidrocarburos”.

Aunque la propuesta de Petro generó críticas, países como Dinamarca, el mayor productor de petróleo en la Unión Europea, informó a finales de 2020 que suspendía las licencias de explotación de hidrocarburos que iba a conceder y fijó para el 2050 el fin de la extracción de petróleo y gas.

Por la misma vía, Groenlandia tomó la decisión este año de no otorgar más licencias petroleras ante los riesgos que supone la crisis climática en un territorio que podría tener un potencial petrolero de más de 17.000 millones de barriles sin descubrir, según el Servicio Geológico estadounidense.

“A pesar de las medidas cada vez más desesperadas para atraer a las compañías petroleras (reducción de impuestos, datos sísmicos gratuitos, etc.), últimamente no se han realizado perforaciones de exploración y voladuras sísmicas en Groenlandia. Las licencias emitidas a lo largo de los años han sido devueltas por las compañías petroleras debido a riesgos económicos, de reputación, etc.”, celebró la ONG ambientalista Greenpeace tras la medida.

Ya en el 2018 el candidato Gustavo Petro había sido criticado por defender un nuevo modelo agrícola basado en el aguacate, junto a una canasta de “300 productos más” y el turismo, para avanzar en lo que ha denominado la economía “productiva”.

Entre enero y julio del 2021, el crecimiento de las exportaciones de aguacate colombiano fue del 84 % en dólares (US$146.420.112) y del 55 % en toneladas (63.336), según CorpoHass.

El presidente colombiano, Iván Duque, manifestó recientemente en la IV Cumbre del Petróleo y Gas que “aquellos que vaticinan un futuro sin hidrocarburos se equivocan”.

“Lo que tenemos es que construir un futuro donde los hidrocarburos y las fuentes renovables y la propia conciencia del consumidor es lo que nos da a nosotros la vital armonía que se requiere para contener la crisis climática”, dijo.

En la COP26, en Glasgow, Colombia reafirmó su promesa de lograr la cero deforestación a 2030 y ser carbono-neutral en 2050.

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