Bloomberg — Los venezolanos acuden a las urnas el domingo en unas elecciones regionales que podrían fortalecer al presidente Nicolás Maduro, mientras la oposición política del país se desestabiliza aún más.
El país de 28 millones de habitantes elegirá alcaldes, gobernadores y funcionarios locales entre unos 70.000 candidatos en las primeras elecciones en las que participan los partidos de la oposición desde 2017 y que son supervisadas por la Unión Europea en 15 años. Después de apilar la baraja electoral a su favor, el Partido Socialista de Maduro no se arriesga a perder el control. Sin embargo, en medio de una recesión de siete años, una industria petrolera paralizada y una investigación abierta de la Corte Penal Internacional, el gobierno quiere utilizar las elecciones para ayudar a reclamar legitimidad en el escenario internacional.
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¿Qué está en juego?
Casi 3.000 cargos, incluidos los gobernadores de los 23 estados, están en juego en un país cada vez más desilusionado con la política. La desunión de la oposición, la devoción de los votantes chavistas y el impacto de dos décadas de control institucional darán la victoria al Partido Socialista en la mayoría de las elecciones. La oposición, que inicialmente criticó las elecciones por considerarlas injustas e ilegítimas, se concentra en un puñado de carreras, incluyendo las gobernaciones en cinco estados. Incluso un resultado mejor de lo esperado de la oposición tendría poco impacto en el control de Maduro en el país.
Más importante es que la comunidad internacional -incluidos los observadores de la UE- bendiga las elecciones como legítimas. Este sello de aprobación situaría a Venezuela en una mejor posición para celebrar elecciones libres y justas en el futuro, un punto clave en las negociaciones políticas entre la oposición y el gobierno. Maduro podría utilizar ese aval para contrarrestar las críticas de que su régimen impide la democracia, lo que podría ayudarle a restablecer las relaciones con los gobiernos extranjeros que cortaron sus vínculos, en parte, porque las anteriores votaciones se consideraron fraudulentas.
Los colegios electorales estarán abiertos desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, hora local, y los primeros resultados se esperan para el domingo. La participación, especialmente en las competiciones, será un punto de atención, ya que puede dar señales sobre la futura composición de la oposición antes de las elecciones presidenciales previstas para 2024.
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¿Se consideran justas estas elecciones?
Pocos esperan un fraude flagrante o una manipulación generalizada de las papeletas. Pero las figuras de la oposición afirman que el sistema sigue adoleciendo de muchos de los mismos problemas que les llevaron a no participar en votaciones anteriores. Maduro ha despojado a las instituciones, incluido el poder judicial, de su independencia. Los medios de comunicación tradicionales están controlados por el gobierno. A cientos de figuras de la oposición se les ha prohibido presentarse. Y más de 250 disidentes políticos están encarcelados, según el grupo local de derechos humanos Foro Penal.
En su búsqueda de legitimidad, Maduro ha permitido algunos cambios. Dos de los cinco miembros del consejo electoral nacional proceden de la oposición por primera vez en 17 años. La misión de observación electoral de la UE, compuesta por 100 personas, es la primera que despliega en Venezuela desde 2006. Y muchos candidatos que huyeron del país volvieron a presentarse a las elecciones. Eso parece haber servido de poco para motivar al electorado. Se espera que entre el 40% y el 45% de los aproximadamente 21 millones de votantes habilitados emitan su voto, según la encuestadora venezolana Datanálisis, en comparación con alrededor del 61% en las elecciones regionales de 2017. Además, casi 6 millones de residentes han emigrado desde 2015. Los que se quedan son cada vez más apáticos, y solo la mitad de los jóvenes venezolanos están a favor de la democracia, frente al 68% de 2013, según una encuesta de la Universidad Católica de Caracas.
¿Cuál es el estado de la oposición y de Juan Guaido?
La cuestión de si participar o no dividió a las docenas de partidos que componen la coalición informal conocida como Plataforma Unitaria. La mayoría de los principales partidos se sumaron al proceso, pero Juan Guaido, reconocido como líder interino por Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros, dijo que no existen condiciones para unas elecciones libres y justas, e instó a quienes voten a rechazar a los candidatos de Maduro. La falta de unidad es evidente en contiendas clave, como en Táchira, un estado del oeste de Venezuela, donde dos candidatos amenazan con dividir el voto opositor. “La dispersión del voto es mortal”, advirtió el mes pasado el ex candidato presidencial opositor Henrique Capriles.
Independientemente del resultado del domingo, es probable que las grietas entre los partidos sigan creciendo. El papel de Guaido está en peligro. Una vez que su mandato expire en enero, es posible que se quede con el respaldo de una lista reducida de gobiernos extranjeros, incluido el de Estados Unidos, y de pequeños partidos políticos venezolanos. Aun así, sigue siendo el líder de la oposición con mayor apoyo, aunque con un índice de aprobación de alrededor del 16%, según una encuesta realizada en octubre por Datanalisis.
¿Por qué envía la Unión Europea una misión?
La decisión de enviar observadores fue un “posible paso importante hacia la búsqueda de una solución pacífica y democrática a la crisis en Venezuela”, dijo Josep Borrell, jefe de la política exterior de la UE. La misión subraya cómo los representantes europeos se han ido alejando poco a poco de la línea más dura adoptada por sus homólogos estadounidenses, que han mantenido las estrictas sanciones con la esperanza de debilitar a Maduro. Aun así, el gobierno de Biden ha apoyado la misión de la UE antes de la votación. “Las deficiencias que identifican en el proceso actual pueden servir quizás como un borrador de una hoja de ruta para las reformas reales para reconstruir el sistema electoral antes de que los venezolanos vayan a las urnas la próxima vez”, dijo Kevin O’Reilly, subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en un evento del Consejo Atlántico.