Bloomberg — El candidato presidencial de derecha José Antonio Kast dijo que no dudará en usar los poderes de veto para bloquear las leyes a las que se opone si gana las elecciones en Chile, preparando a su administración para una serie de enfrentamientos con un posible Congreso de tendencia izquierdista.
El presidenciable indicó, a periodistas este viernes, que si hay una ley mala y tiene la capacidad de vetarla, la vetará.
Kast, admirador del exdictador Augusto Pinochet, lleva la delantera frente a otros candidatos y ahora compite en las encuestas con el exfavorito Gabriel Boric, un izquierdista respaldado por el Partido Comunista, antes de la votación del 21 de noviembre.
La elección se perfila como una batalla de extremos políticos, con algunas encuestas que muestran que Kast lo superará en la segunda ronda el 19 de diciembre.
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La voluntad del conservador de utilizar el veto no está en tela de juicio. El Congreso de Chile ha desafiado repetidamente al Gobierno en el último año, aprobando una serie de proyectos de ley que permiten a las personas retirar fondos anticipadamente de sus ahorros de pensiones, algo a lo que Kast se opone.
El presidente, Sebastián Piñera, ha dado un paso atrás en el uso de su poder de veto para bloquear los proyectos de ley, mientras que Kast insinuó hoy que puede que no sea tan escrupuloso.
Hijo de inmigrantes alemanes después de la Segunda Guerra Mundial, Kast también dijo que no dudaría en oponerse a la nueva Constitución que actualmente está redactando una Asamblea Constituyente. Si bien respaldaría la nueva, incluso si no fuera de “todo su gusto”, Kast dijo que sería el “primero en oponerse a ella”, en caso de que representara un peligro para la estabilidad de Chile.
La Constitución será sometida a plebiscito durante el primer semestre del próximo año, probablemente después de que el nuevo presidente asuma el cargo el 11 de marzo.
Kast comentó que es necesario cerrar este capítulo de constante incertidumbre sobre las reglas del juego en Chile, y agregó que tratará con la Constituyente en el marco de la ley. “Merece todo mi respeto”, dijo.
El candidato presidencial rechazó repetidamente definirse en el espectro político de izquierda a derecha, diciendo que era un defensor de políticas de “sentido común”. Continuó diciendo que expulsaría al embajador venezolano en Chile, sigue opuesto al matrimonio homosexual y al aborto, tomaría medidas drásticas contra la inmigración ilegal y acabaría con el “terrorismo” de los grupos indígenas en el sur de Chile.
Todas son políticas que podrían ponerlo en un rumbo de colisión con el Congreso.
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