Si Elon Musk quiere erradicar el hambre deberá aportar más de lo que propuso

Erradicar el hambre hoy vale más que a comienzos de año y los costos del transporte están ejerciendo presión sobre los precios de los alimentos, llevando a más personas a sufrir este flagelo.

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Bogotá — El empresario sudafricano Elon Musk desafió a finales de octubre al director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley, a que le probara que US$6.000 millones pueden resolver el hambre en el mundo, luego de un tuit del segundo en el que afirmaba que con esa cantidad se podría evitar que 42 millones de personas murieran.

El director ejecutivo de Tesla llegó a comentar que si llegaban a probarle cómo se podría resolver el hambre mundial con ese dinero, vendería acciones del fabricante de autos eléctricos e incluso hizo una encuesta en Twitter sobre si debería hacerlo.

Pero si los grandes millonarios del planeta quieren contribuir hoy a erradicar el hambre mundial deberán aportar más de esta cifra pues el Programa Mundial de Alimentos acaba de actualizar ese monto y calcula ahora que se necesitarán US$7.000 millones.

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“Las necesidades superan ampliamente los recursos disponibles en un momento en el que las fuentes de financiación tradicionales están sobrecargadas. El coste de evitar la hambruna en el mundo asciende ahora a US$7.000 millones, frente a los US$6.600 millones estimados a principios de año”.

David Beasley indicó que “a medida que el coste de la ayuda humanitaria aumenta exponencialmente, se necesitan más fondos para llegar a las familias de todo el mundo que ya han agotado su capacidad para hacer frente al hambre extrema”.

“Decenas de millones de personas se asoman a un abismo. Los conflictos, el cambio climático y el Covid-19 están aumentando el número de personas que padecen hambre aguda, y los últimos datos muestran que ahora hay más de 45 millones de personas que están al borde de la inanición”.

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A medida que el coste de la ayuda humanitaria aumenta exponencialmente, necesitamos más fondos para llegar a las familias de todo el mundo que ya han agotado su capacidad para hacer frente al hambre extrema.

Director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley

Según cifras del Programa Mundial de Alimentos, el número de personas que sufren hambre de forma aguda aumentó desde los 27 millones de 2019 hasta los 45 millones actuales en 43 países.

A esta situación se suma hoy el aumento del costo del transporte, lo que genera presión sobre las cadenas de suministro mundiales. Es así que el costo de envío de un contenedor pasó de US$1.000 a US$4.000 o incluso más.

A propósito, un informe realizado en 43 países por esa agencia de la ONU indicó que debido a este flagelo hoy “las familias se ven obligadas a comer menos o a saltarse las comidas por completo”.

Asimismo, se han visto obligadas a “alimentar a los niños en lugar de a los adultos y, en algunos casos extremos, a comer langostas, hojas silvestres o cactus para sobrevivir, como en Madagascar”.

“En otras zonas, las familias se ven obligadas a casar a los niños a una edad temprana o a sacarlos de la escuela, a vender sus bienes como el ganado o lo poco que les queda. Un caso extremo es el reportado por los medios de comunicación de Afganistán que señalan que las familias se ven obligadas a vender a sus hijos en un intento desesperado por sobrevivir”, advierte.