Bogotá — Un informe de la organización Espacios Laborales sin Acoso Sexual (Elsa) desvela de qué forma ese fenómeno no solo afecta la productividad en las organizaciones en los países de Latinoamérica sino también el impacto en el bienestar personal de los empleados.
El 28 % de las personas que pasaron por acoso consideran que su rendimiento laboral fue afectado negativamente por esa situación, de acuerdo a la encuesta aplicada por Elsa en Colombia, Chile, Panamá, Perú y Bolivia en empresas de sectores como banca y seguros (32 %), público (13 %), servicios (12 %), comercio (11 %), Industria (8 %), entre otros.
El hostigamiento o acoso sexual laboral afecta la productividad del 23 % de las víctimas de esa situación en Colombia, el 27 % en Bolivia y el 31 % en Perú.
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Esta situación también se ve reflejada en el ausentismo laboral, dado que el 17 % de las víctimas en los países consultados comenzó a faltar al trabajo o a las reuniones. En Colombia este indicador se ubicó en 21 %, en Bolivia en el 12 % y en Perú en el 17 %.
Asimismo, esta encuesta mostró que el hostigamiento o acoso sexual laboral afecta el bienestar personal, pues el 72 % de los consultados en estos países sintió estrés, 52 % ansiedad, 47 % dificultades para concentrarse y 30 % tuvo problemas para dormir.
En el caso colombiano, 78 % sintió estrés, 52 % ansiedad, 37 % experimentó dificultades para concentrarse y 51 % comenzó a tener problemas para dormir, de acuerdo al informe, en el que participaron principalmente personas de entre 30 y 49 años de estos países latinoamericanos (56 %).
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En estos países, el 6 % de las mujeres y el 3 % de los hombres reconocieron que han estado expuestos a situaciones de hostigamiento o acoso sexual laboral en los últimos 24 meses, “pero si se pregunta por manifestaciones concretas el resultado es bastante mayor (32 % en el caso de los hombres y 37 % de las mujeres)”, indicó.
A un 22 % de los consultados les hicieron comentarios sobre su apariencia física no bienvenidos, mientras que igual porcentaje recibió miradas persistentes que resultaron incómodas y un 16 % recibió comentarios o bromas de contenido sexual o sexista.
El reporte da cuenta de que el acoso u hostigamiento proviene principalmente de compañeros de trabajo (37 %), superiores (29 %), personal de terceros (10 %), clientes (6 %) u otros (18 %).
Este tipo de comportamientos se sufren en silencio y muestra de ello es que tres de cuatro optan por evitar a la persona que lo hace, dos de cada cuatro no comentan con nadie lo sucedido y una de cada cuatro pide que la cambien de lugar de trabajo con cualquier otra excusa.
Elsa además identificó que la denuncia es la última opción de las personas que pasan por una situación de acoso, ya que “se desconfía de la estructura empresarial para proteger a las personas” en esos casos.
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La entidad también consultó a las empresas sobre qué entienden por acoso sexual, a lo que el 35 % respondió que debe suceder más de una vez, 18 % considera que debe existir una relación jefe-subordinado, 71 % que la persona debe mostrar rechazo y 63 % que el acto debe ser con la intención de acosar.
En este sentido, queda en evidencia que al interior de las empresas hay “sistemas de prevención sin impacto, de implementación débil y escasa llegada al personal”, a lo que se suman “capacitaciones de corta duración que solo se dan una vez cada varios años” y “no tienen impacto”.
Por ello se invita a los líderes a que se tomen en serio la prevención del acoso sexual, ya que así el resto del personal lo hace también. “No es verdad que no veamos el acoso, pasa frente a nuestros ojos todos los días y ya es tiempo de hacer algo al respecto”.
