Bogotá — Aunque toda acción genera sus impactos ambientales, el carbón es uno de los combustibles fósiles que ha estado en el ojo del huracán por los altos niveles de contaminación que genera. Pese a que hoy en día es uno de los ‘patitos feos’ del mundo, sigue jugando un papel importante para la economía colombiana.
Para poner en contexto lo anterior, según datos de la Agencia Nacional de Minería (ANM), Colombia produce el 90% del carbón de América Latina y es el quinto país exportador de carbón más grande del mundo con bajo contenido en cenizas y bajas emisiones de dióxido de azufre y con una de las mayores reservas probadas de carbón de antracita y carbón bituminoso en la región con una participación del 52,9% (4.554 millones de toneladas).
En 2020 la producción de carbón fue de 48 millones de toneladas, mientras que en un año normal son alrededor de 80-90 millones. De acuerdo con cifras del Dane, el año pasado las exportaciones de carbón representaron US$4.165 millones para Colombia, este año van US$3.532 millones en exportaciones en el acumulado de año hasta septiembre.
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“Para Colombia no será fácil si se desplaza por completo el carbón. Somos un país top 10 en exportaciones de carbón a nivel global y, en cierta medida, nuestras rentas nacionales dependen de esta industria, también el desarrollo local”,
Nicolás Arboleda, asociado de Energía, Minas e Infraestructura de Baker McKenzie.
Pese a que el mercado y las tendencias globales están direccionadas hacia energías más limpias, el proceso tomará tiempo ofreciéndole a Colombia la oportunidad de seguir aprovechando la explotación del carbón, destaca la ANM.
Nicolás Arboleda, asociado de Energía, Minas e Infraestructura de Baker McKenzie, dice que es una realidad que el mundo va a tender a desplazar ciertos productos de la canasta energética como el carbón para remplazarlo con recursos energéticos “más limpios”, por lo menos ese pareciera ser el panorama del carbón térmico.
Para el caso del carbón metalúrgico, explicó, dado que este se utiliza principalmente en la industria del acero, su demanda posiblemente no decrecerá tan rápido como la del carbón térmico dado que su uso es muy diferente.
Yendo a otros temas relacionados, aunque es más común que se hable de cómo el precio alto del petróleo ayuda las finanzas públicas, lo cierto es que si el del carbón incrementa también es bueno para el país al menos en dos vías: mayores impuestos y repunte en el recaudo de las regalías.
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¿Qué está pasando con los precios del carbón?
Antes de entrar en detalles vale entender mejor qué está pasando con los precios del carbón. Según explicó Carlos Cante, presidente ejecutivo de Fenalcarbón, los precios han aumentado globalmente en todas las materias primas, y en especial para carbón térmico, carbón metalúrgico y coque.
El directivo agregó que lo anterior se debe a dos factores particularmente: uno, geopolítico, a raíz de las restricciones de China a los carbones de Australia; y dos, a la recuperación económica, impulsada por una mayor producción de la industria manufacturera, que a la vez demanda mayor energía, presionando al uso del carbón como respaldo.
Cante añadió que los gobiernos desestimaron las inversiones en termoeléctricas y en este momento es el recurso clave de la generación eléctrica: 70% de la matriz energética mundial.
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En resumen, aseguró, la recuperación de la demanda no ha tenido la misma respuesta de la oferta, por lo tanto, se espera un leve ajuste en los precios, por una ligera desaceleración de la economía a nivel global y por tanto, para final de año seguramente los precios podrían cerrar un poco más bajos respecto a los repuntes de la primera mitad de este 2021.
Para Arboleda, de Baker McKenzie, el precio de carbón ha venido subiendo como causa de varias coyunturas globales, como la falta de gas natural, la entrada del invierno en el norte del globo y la poca oferta de China tras la pandemia. “Esto ha favorecido a los productores existentes y ha demostrado que el carbón seguirá siendo un sustituto en materia de generación de energía cuando hay momentos de escasez de otras fuentes”.
El experto agregó que el panorama del sector a futuro se ve bien. Posiblemente los precios se normalizarán nuevamente cuando vuelva a reactivarse más producción por parte de China e Indonesia, “pero esta industria seguirá siendo importante hasta que se logre masificar otras fuentes de energía alternativas (renovables y otras) para que se desplace por completo la demanda del carbón”.
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De otro lado Arboleda comentó que “el país tiene que comenzar a pensar en un rato de mediano y largo plazo para reemplazar los ingresos provenientes del carbón con otros ingresos, sin olvidar a las comunidades y regiones que durante décadas se han beneficiado de este sector”.
¿Qué tanto ayudará el carbón a las cuentas públicas?
De acuerdo con un análisis de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, una mayor producción de carbón sumada al aumento de su precio contribuirían a una recuperación de los ingresos fiscales en 2022.
Los expertos expusieron que la producción de carbón se espera aumente a 60 millones de toneladas (MT) en 2021, que si bien repunta frente al año anterior, seguiría por debajo de los niveles prepandemia (85 MT en 2019). Además, mencionaron que la cotización del carbón Rotterdam se ubica año corrido en US$111 por tonelada, marcando máximo histórico.
En línea con lo anterior y “en caso de que estos dos escenarios se cumplan para este año, el ingreso por regalías podría ubicarse entre $1 y $2,2 billones, que se verían en 2022, aumentando notablemente frente a lo visto en 2021 ($0,2 billones)”, expusieron.
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“Para el caso de los ingresos por impuestos, el rango estaría entre $0,5 y $1 billón, subiendo respecto a este año ($0,4 billones)”,
Investigaciones económicas del Banco de Bogotá.
Por su parte, el director de Fenalcarbón, resaltó que este año esperan que los aportes del sector carbón a la nación por concepto de impuestos y regalías sumen por lo menos los $2,7 billones. “En el caso del carbón, los aportes en regalías para el año 2020 (ANM, cifras preliminares) fueron de $1 billón, aproximadamente 45% menos que en el 2019″.
¿Cómo pinta el 2022?
En palabras del director de Fenalcarbón, el 2022 se depara como promisorio para el mercado del carbón, pues de acuerdo con las tendencias mundiales, las mismas con las que se está finalizando este 2021 y que dependen fundamentalmente del comportamiento de China, de continuarse la reactivación económica, se producirá mayor demanda de materias primas y con ello, un aumento en el consumo de energía.
Adicionalmente, dijo el directivo, si se suman los eventos climáticos (intenso invierno/verano), muchos gobiernos a pesar de haber declarado abstenerse del uso del carbón en sus matrices eléctricas, volverían a usar este combustible como respaldo en la producción de energía.
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“Es importante tener en cuenta que, en los últimos días, se empieza a ver una disminución en el precio del carbón térmico, y un poco también en el carbón metalúrgico, como respuesta a los cierres programados de algunas acerías en China, pues los altos precios de la energía (insumo crítico en la producción de acero) reducen los márgenes de utilidad de esta industria”, explicó Cante.
Por lo tanto, bajo esta perspectiva, los precios pueden registrar cierta desaceleración, no tanto para volver a los precios del año pasado, pero sí para que se mantengan constantes las demandas de acero y ferroaleaciones en el mundo, y consecuentemente sus demandas por carbón metalúrgico, coque y coque bajo en fósforo (especialmente demandado para las ferroaleaciones) a nivel global, concluyó el directivo de Fenalcarbón.