Buenos Aires — Más de US$2.417 millones ingresaron a la Argentina durante el mes de octubre de la mano del sector agroexportador, la principal fuente de dólares del país. El monto liquidado por el sector resulta récord para ese mes en toda la serie histórica, según detallaron la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC).
La cifra alcanzada en estos primeros diez meses de 2021 se ubica en US$28.087 millones, también récord absoluto para el período desde comienzos de este siglo. Sin embargo, debido a la caída del precio internacional de la soja a partir de junio, y a una creciente expectativa devaluatoria, surgen interrogantes a la evolución del ritmo de las liquidaciones en 2022.
- Ya hay récord anual: La marca alcanzada entre enero y octubre ya supera el máximo registro previo para un año entero. Ese récord se había dado en 2011, cuando, en gran parte gracias al precio internacional de la soja, se alcanzaron los US$25.033 millones.
- La dimensión: En 2020, la agroindustria representó 47,9% de las exportaciones totales de Argentina. Solo el complejo sojero representó el 27% de las exportaciones totales del país el año pasado.
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Los drivers
El precio internacional de la soja volvió este año a ubicarse en los niveles de hace una década, permitiendo una liquidación por parte de los exportadores que superó por 66,6% a lo acumulado entre enero y octubre de 2020, según el monitor que mensualmente publican CIARA-CEC.
Según el CIARA-CEC, estos números récord responden al “sostenido crecimiento de los precios internacionales, lo que compensa la menor cantidad en toneladas”, y agrega que este desempeño se alcanzó “a pesar de los notables trastornos que produce la bajante del río Paraná”.
- Pérdidas: Según la Bolsa de Comercio de Rosario en un informe publicado el 24 de septiembre de este año, la sequía en el Paraná, Argentina perdió US$ 620 millones en exportaciones de harina y aceite de soja
El informe explica que la mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce “con bastante antelación a la exportación”, y detalla que la anticipación “ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas”.
- Líder: Según datos publicados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se prevé que la Argentina mantenga el primer puesto en exportaciones 2020/21 de aceite y harina de soja.
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Precio a la baja
El sector agroexportador se vio beneficiado en 2021 por cifras récord en el valor internacional de la soja, que llegó a cotizar a US$620 el 12 de mayo de este año. No obstante, en octubre se depreció y tocó los US$439, precio que no se alcanzaba desde diciembre del 2020.
La semilla oleaginosa, en todos sus formatos, finalizó en octubre con su sexta pérdida mensual consecutiva, la peor racha desde mayo de 1998, según Bloomberg.
“El precio de la soja en Chicago tuvo su techo en mayo del 2021 y de ahí los demás países acompañaron la baja hasta estos días, tocando piso importante tanto en soja como en maíz”, explicó a Bloomberg Línea el analista agropecuario Marcelo Busquets, y adelantó que “de ahora en más vamos a una mejora de precios hasta bien entrado 2022″. “La baja ya fue asumida y no creo que afecte mucho por ese lado”, resume.
A la fecha, estos números no desincentivaron la liquidación de los granos en Argentina. Agustín Tejeda Rodriguez, economista jefe Bolsa de Cereales, explica que la cifra récord para el mes de octubre se debió entre otras cosas a “los elevados precios internacionales, el sostenido ritmo de venta de los productores y una cosecha que fue mayor a la que se esperaba dado el escenario climático adverso que atravesaron los cultivos”.
- Comparación: En enero de 2011 la tonelada de soja cotizó a US$567,62 en Chicago, en octubre ya estaba a US$491,42 y cerró el año a US$483.
Proyecciones
Según las estimaciones de la Bolsa de Cereales, “en el acumulado anual se ubicaría en torno a USD 32.500 millones, un récord histórico para Argentina”. Tejeda agrega que “de continuar con esta dinámica, para los próximos meses proyectamos una liquidación que sostenga el elevado nivel registrado hasta el momento”.
Emilce Terré, jefa de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, detalló a Bloomberg Línea que hay un buen volumen de negocios y que aún continúan las compras y ventas de la buena campaña 2021, y adelanta que “el trigo se empieza a cosechar en breve en la zona noroeste y en el nordeste argentino, y luego se irá trasladando hacia el centro”, evento que “revive el volumen comercializado en el mercado”.
La economista señala que hay “precaución” por la aparición del fenómeno climático la niña que impactará en el verano y que puede generar lluvias por debajo de lo normal, pero agrega que “no siempre es así y no siempre es grave porque existen otros fenómenos meteorológicos regionales pueden compensar”. Atendiendo que el grueso es soja y maíz y se empezó a sembrar ahora, los factores mencionados pueden “ser un factor de posible inestabilidad”, según Terré.
Respecto a la incertidumbre electoral, la volatilidad en los tipos de cambio y la expectativa de devaluación, Terré señala que “no necesariamente” impactarán en los volúmenes de venta. “El productor siempre produce, mientras que las condiciones y la estabilidad estén mínimamente dadas hay un deseo de seguir invirtiendo y seguir produciendo, sin grandes irrupciones las condiciones están dadas para una producción récord de granos en Argentina”, resumió la jefa de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
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¿Qué pasará en 2022?
Busquets también es muy optimista respecto a los próximos tres y seis meses, al afirmar que vamos hacia “una mejora de precios bien entrado el 2022, siempre en serrucho, pero con tendencia al alza”.
Este contexto “va a impactar bien en el área de finanzas de Argentina”, agrega el analista y también señala que noviembre y diciembre de este año van a ser “buenos en bolsas, y lo que es bueno en bolsas termina siendo bueno para los granos”.
Según un broker de granos basado en Reino Unido consultado por este medio, si la cosecha de Brasil y Estados Unidos se mantienen en las estimaciones anuales, los fundementals de la oferta y de la demanda globales serán más sueltos generando que la tendencia sea a la baja en cuanto al precio.
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