Bloomberg — Brasil no intentará subsidiar los combustibles para motores, incluso en medio de un rápido aumento de precios que está impulsando la inflación y provocando fuertes reacciones políticas en la economía más grande de América Latina.
Brasil podría evaluar una reducción de impuestos y la creación de programas de compensación para aliviar el impacto del aumento de los precios de la gasolina y el diésel, dijo el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, en una entrevista con Bloomberg TV.
“Tenemos que gestionar esto utilizando nuestros impuestos. No podemos reducir el precio del producto básico. Es imposible”, señaló. “No queremos subsidiar los combustibles fósiles”.
El aumento de los precios del petróleo es a menudo una bendición mixta para petroleras nacionales como Petróleo Brasileiro SA, porque se sienten presionadas para mantener a raya los costos de los combustibles para los consumidores con el objetivo de evitar el descontento civil y contener la inflación. Se estima que el productor con sede en Río de Janeiro perdió US$40.000 millones durante el auge de los precios del petróleo de 2012-2014 debido a políticas para abaratar la gasolina y el diésel; y los inversionistas están preocupados de que pueda volver a suceder. La caída de la moneda brasileña este año ha hecho que el combustible sea aún más caro en las estaciones de servicio.
Albuquerque también dijo que Brasil está logrando avances en cuanto a la deforestación ilegal y que planea erradicar la práctica para 2028.
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