Asesor de Kast: “Los chilenos no estarán mejor porque empeoremos a los que están arriba”

El jefe del programa económico del candidato republicano plantea una drástica reducción de impuestos a las empresas para retomar la expansión de los años 90 en Chile.

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Santiago — Casi en la recta final de las presidenciales el candidato José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, comenzó a escalar en las preferencias de los chilenos. Y de ser uno de los menos apoyados pasó a disputarle el primer lugar al diputado de izquierda Gabriel Boric, según encuestas. Hoy, a 19 días de la primera vuelta, las mediciones apuntan a un balotaje entre estos dos extremos de la política chilena.

Se espera que sea una elección reñida y, aunque sondeos proyectan una victoria de Boric, varios analistas no descartan que el panorama pueda cambiar de aquí a la segunda vuelta, el 19 de diciembre. El analista político Mauricio Morales estima que las posibilidades de triunfo de Kast son altas, en un contexto de máxima incertidumbre: “Los apoyos que está recibiendo no corresponde única y exclusivamente a votantes de ultraderecha -como suele decirse-, sino también a electores desafectos en el eje izquierda-derecha que buscan de manera desesperada una opción que les dé orden y seguridad”.

El republicano ha cimentado su discurso en el orden, el control de la migración y el crecimiento económico. Sus propuestas son diametralmente opuestas a las de su contrincante.

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Kast apunta a una reducción de los impuestos de primera categoría de las empresas desde 27 hasta 17% y de cero para las Pymes, lo que estima haría crecer las finanzas chilenas. “Su plan económico es música para los oídos de los empresarios”, señala Felipe Hernández, economista para Latinoamérica de Bloomberg Economics, que advierte que la mayor preocupación radica en que esto implicaría una fuerte caída en el corto plazo de los ingresos fiscales: “Eso es preocupante, teniendo en cuenta el tamaño del déficit fiscal este año, casi 7% del PIB”.

Para el abogado tributario Claudio Bustos, socio fundador de Bustos Tax&Legal, la propuesta de Kast, de bajar en 10 puntos el impuesto de primera categoría a las empresas, puede resultar una iniciativa “drástica y agresiva”, pero esto se matizaría con su idea de achicar el Estado y hacerlo “más eficiente” mediante la reducción del gasto fiscal, compensaría y posiblemente daría holgura de recursos para el fisco. “Es una propuesta que parece muy razonable en relación con las circunstancias que actualmente vive Chile”.

Detrás del programa económico del conservador está Eduardo Guerrero, un ingeniero comercial, de 38 años, quien conversó vía Zoom con Bloomberg Línea y Bloomberg News. “No está de más recordar que en los últimos 30 años la recaudación fiscal ha crecido en más de seis veces. De eso, más del 80 ha venido del crecimiento económico y solo un 20% por reformas tributarias. Necesitamos crecer para recaudar más”, sostiene el asesor, quien consolidó vínculos políticos con el candidato mediante el centro de estudios Ideas Republicanas.

Por motivos de claridad y extensión esta entrevista, realizada vía Zoom, fue editada por este medio.

¿Cuáles son sus planes para atraer inversión extranjera?

La piedra angular de nuestro programa es el crecimiento económico sostenible, y eso tiene que venir acompañado de mayor inversión.

Nuestro sistema tributario es muy engorroso y, además, las certezas jurídicas se han ido perdiendo en nuestro país. Por otro lado, está la excesiva burocracia y “permisología”, que termina asfixiando a quienes quieren desarrollar los proyectos de inversión. Generaremos un marco regulatorio más simple.

En materia de transformación digital, promoveremos desde el Estado la incorporación del blockchain a la administración pública, con todas las ganancias en eficiencias, transparencias, combate a la corrupción.

Ustedes apuestan a una reducción de los impuestos, en un contexto de mucha presión social para aumentar el gasto social y de los servicios sociales. ¿No cree que generaría malestar en un sector social?

No queremos recortar el gasto social, sino el político y el burocrático. Un estudio del BID calcula un 1,8% de gasto ineficiente, estamos hablando de 5.500 millones de dólares, aproximadamente. Nosotros tenemos estudios respecto a que tan eficientes son las compras que hace el Estado, donde si uno es más riguroso podría ahorrar cerca de 500 millones de dólares.

El malestar de las personas en Chile, en buena parte, está justificado por el sentimiento de abuso e injusticia, que han visto en los últimos años. Queremos sancionar duramente, le caerán las penas del infierno, a todo aquel que haga trampas, independientemente de si se trata de un empresario poderoso o un político de larga trayectoria. Tenemos que recuperar la confianza pública, y preocuparnos por mantener mercados competitivos.

Hay ajustes que uno puede hacer en materia de finanzas públicas sin recortar gasto social. Nuestros anuncios de ser muy pro-inversión inmediatamente generarán mayor actividad. El presupuesto ya está jugado en nuestro eventual primer año de gobierno, pero la señal de lo que implementaremos, incluso en materia de política tributaria, traerá un efecto de mayor recaudación. Por eso, no me sorprendería que la recaudación proyectada hasta ahora sea mayor en 2022.

¿Crees que hay desigualdad económica en Chile?

La desigualdad, como concepto, vale la pena desarrollarlo más. Para los chilenos la desigualdad del ingreso no es un tema. Nuestra hipótesis es que a los chilenos no les importa si un Arturo Vidal, un Alexis Sánchez, tiene una casa fantástica y maneja un Porsche o un Ferrari o si los dueños de NotCo, Cornershop o Betterfly, y tantas otras, son los nuevos multimillonarios en Chile. Hay entre comillas una desigualdad muy grande entre la realidad económica de ellos y del resto los chilenos. Los chilenos quieren mejorar su nivel y calidad de vida, y no estarán mejor porque empeoremos a los que están arriba.

Al hablar de desigualdad de ingresos, el crecimiento económico es el principal movilizador social. Cuando hemos crecido como país hemos podido reducir las tasas de pobreza.

Ustedes dicen que eliminarán los programas estatales ineficientes: ¿Cuáles?

Hay algunos que están mal evaluados. Si hay programas ineficientes se tienen que cortar, y seguiremos las evaluaciones que ya existen. No tenemos dogmas, pero si algo no funciona, hay que reemplazarlo y cambiar.

Es posible que ustedes no tengan mayoría en el Legislativo. ¿Cómo imagina llevar esta serie de planes y reformas con un Congreso en contra?

Si algo ha quedado demostrado en el último tiempo es que cada vez es más difícil gobernar, y hay que estar preparado para eso. Pretendemos demostrar con mucha sinceridad cuál es el objetivo de las políticas que queremos desarrollar, contárselas a la ciudadanía, tratar de persuadir en el Congreso. Aspiramos a que quienes estén en el futuro en el Parlamento tengan una actitud de buscar lo mejor para el país y no lo de sacar el aplauso fácil.

Esto no pasa porque haya una representación importante de parlamentarios de izquierda, está bien que haya, lo importante es que tengan una mirada país.

¿Ustedes continuarían con la entrega de ayudas sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia?

Dependerá de la evolución de la pandemia. Es difícil tener una aproximación muy certera de qué es lo que pasará. Nuestro escenario central apunta a que no volveremos a cuarentenas. En la medida que superemos la situación sanitaria, lo que corresponde es cortar esos beneficios e incentivar el empleo.

Uno de nuestros principales objetivos de gobierno es aumentar la tasa de participación, sobre todo mujeres y jóvenes, y eso pasa por estimular la inversión, y también hacer las reformas en legislación laboral que viabilicen que quienes quieran trabajar, puedan hacerlo. Nuestra legislación laboral está mirando más hacia los años 60 que al mundo actual, y nosotros nos haremos cargo de eso.

En un eventual gobierno de Kast, ¿Cuánto podría crecer la economía? Eso, considerando la reducción de impuestos, certezas jurídicas.

Queremos retomar el ritmo crecimiento que teníamos durante los 90 en Chile. Es posible que esté entre 5 y 7%, obviamente no todo depende de lo que hagamos internamente. Hay un contexto mundial y siempre pueden pasar cosas, pero lo que sí queremos es que eventos que dependen de políticas públicas, sean muy pro-inversión.

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