Alex Saab, empresario aliado de Nicolás Maduro, se enfrentará a una audiencia por cargos de lavado de dinero el próximo 15 de noviembre y no este lunes, como estaba pactado originalmente.
Uno de los abogados de Saab, Henry Bell, le pidió al juez estadounidense Edwin G. Torres que la audiencia se pospusiera dos semanas, según consignó la agencia Reuters.
El abogado alegó que no había podido ver personalmente a Saab en el centro de detención en el que se encuentra debido a que está en cuarentena. “Esperamos verlo esta semana porque creemos que dejará de estar en cuarentena”, indicó el letrado.
La misma agencia reportó la semana pasada (también en base a declaraciones de Bell), que Saab se declarará inocente de los cargos de lavado de activos.
Ver más: Alex Saab se declararía no culpable en corte de Estados Unidos
El pasado 16 de octubre, el empresario colombiano, aliado del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue extraditado a los Estados Unidos desde Cabo Verde, donde estaba detenido.
Según el Departamento de Justicia, el empresario de 47 años enfrenta siete cargos de lavado de dinero y uno más por conspirar para cometer este tipo de delito.
El documento, presentado ante el juez John J. O’Sullivan en el Distrito Sur de Florida, asegura que desde noviembre de 2011 y al menos hasta septiembre de 2015 Saab conspiró para blanquear el dinero obtenido de una “trama de sobornos ilegales” que venían desde cuentas bancarias situadas en Venezuela y enviadas a cuentas en Estados Unidos.
Saab fue detenido en Cabo Verde cuando iba rumbo a Irán en una misión diplomática para adquirir medicinas y alimentos para Venezuela. El funcionario hizo una parada técnica en la isla africana para recargar combustible pero las autoridades lo detuvieron pese a su condición diplomática.
En 2011, Saab recibió su primer contrato del Estado venezolano para la construcción de viviendas, hecho que quedó documentado en vídeo, pues se dio en un acto oficial enmarcado en un convenio intergubernamental entre Colombia y Venezuela. Pero fue a partir de 2013, cuando Maduro asumió el poder en Venezuela, que sus negocios comenzaron a diversificarse aún más: a la construcción de gimnasios verticales e, incluso, en 2015 a una de sus empresas, Trenaco, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) le asignó un contrato por US$4.500 millones.