Carlos Lecueder: ‘Hoy Argentina es el paraíso del comprador mundial’

En una entrevista exclusiva con Bloomberg Línea, el administrador de shoppings y zonas francas en Uruguay se pronunció a favor de la inmigración argentina.

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Buenos Aires — Carlos Lecueder administra once centros comerciales en Uruguay, además del World Trade Center Montevideo, una zona franca de servicios compuesta por seis torres de oficinas en la capital del país, entre varios emprendimientos más.

Es uno de los empresarios más importantes y experimentados del Uruguay, siendo el principal responsable de la llegada a ese país de marcas como Starbucks, H&M, Forever 21, Mango. Por eso, entre otros motivos, fue incluido en la primera edición de la lista de Los 500 de Bloomberg Línea.

El director del Estudio Luis E. Lecueder, fundado por su padre en 1971, alienta la llegada a Uruguay de argentinos con la capacidad para invertir, mientras halaga la gestión del presidente Luis Lacalle Pou por haber logrado “enfrentar la pandemia sin que el déficit se haya disparado”.

Con el dólar blue rozando los $200, sostiene que “Argentina es el paraíso del comprador mundial”.

Advierte, sin embargo, por la volatilidad de los diversos tipos de cambio en Argentina y la falta de confianza de los argentinos en su propia moneda, factores que repercuten en la competitividad del peso uruguayo. En ese sentido, Uruguay debe seguir buscando acuerdos de libre comercio con los principales compradores de sus productos.

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La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad.

Bloomberg Línea: Muchos argentinos se mudaron a Uruguay durante la pandemia: ¿A qué le adjudica esa inmigración y cuánta incidencia está teniendo en dinamizar la economía uruguaya?

Carlos Lecueder: Lo que sucedió en la pandemia es la gota que derrama el vaso, la suma de un montón de factores, casi desde los períodos militares que vivimos ambos países entre la década del ‘70 y el ‘80. A partir de ese momento, cuando vuelve la democracia, tenemos un Uruguay donde rotan los tres partidos principales en el poder: el Partido Colorado, El Partido Nacional y el Frente Amplio. A pesar de eso se mantienen determinadas políticas de Estado que no cambian en función de un gobernante que viene y que se va, sino que es un poco casi la forma de ser de Uruguay, es decir de respetar las normas. Eso le ha permitido a Uruguay a lo largo de estos últimos 30 o 40 años tener un crecimiento del producto bruto per cápita bastante superior al de Argentina. Eso hace que Uruguay sea un país más tentador para trabajar, porque los números estables atraen a cualquier empresario, si a eso le agregamos que en el momento de pandemia la política del gobierno uruguayo ha sido para mí de excelencia en la forma que enfrentó la crisis, eso puede dar la sensación de algunos que digan: “la verdad me voy para allá, voy a estar mejor, voy a estar más cómodo, voy a tener menos riesgo, voy a saber cómo son las cosas a corto, mediano y largo plazo”.

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Hay ejecutivos de muy alto perfil como Marcos Galperin, Gustavo Grobocopatel. ¿En qué están invirtiendo los argentinos que se mudan y se radican en Uruguay?

Hoy estamos viendo básicamente dos situaciones. Los nombres recién mencionados claramente están viniendo y trabajando en su sector, uno con Mercado Libre, el otro con el agro. Encuentran en Uruguay un lugar cómodo para desarrollarlo. También tenemos argentinos que han venido que de pronto están mayores, quieren vivir más tranquilos y se han venido, entonces no necesariamente generen una inversión, en todo caso sí pueden generar un volumen de gasto. Los uruguayos necesitamos agrandar los mercados, yo administro shopping center, a mí me gustaría que Uruguay tuviera 6 millones de habitantes y no 3, venderíamos más, o sea cuánto más gente venga, más dinamizamos la económica, y después hay también inversores que han venido, o planifican venir, que están invirtiendo en el sector inmobiliario. En Uruguay se ha dado una serie de franquicias para la construcción de inmuebles importantes y uno ve hoy entrando a argentinos que vienen a desarrollar negocios, o a comprar apartamentos con inversión de mediano y largo plazo.

Vuelvo a ese punto de la población del Uruguay. Le ha costado crecer durante las últimas décadas. ¿A qué le atribuye ese fenómeno y qué impacto podría tener la inmigración en los próximos años?

El Uruguay tiene un comportamiento muy europeo, donde el índice de reproducción es muy bajo. El matrimonio tipo uruguayo tiene menos de dos hijos, y si decimos eso estamos diciendo que Uruguay se va a despoblar. Hoy Uruguay los problemas que tiene justamente es que el lugar donde nacen más chicos es en los sectores más carenciados, que tienen más chicos, y eso es un tema que genera más problemas de educación, de desarrollo, de cuidados, etc. Yo creo que el Uruguay tendría que impulsar algún tipo de medidas para lograr una tasa de natalidad mayor. Durante la década del ‘70, ‘80 y parte de los ‘90 los uruguayos se iban y hoy se están yendo menos, y está viniendo gente. Los que han venido de Venezuela, de Cuba, de República Dominicana, más los de Argentina ahora, hacen que el flujo inmigratorio de Uruguay sea cómodamente positivo a favor del ingreso de gente, pero eso no era así antes. El Uruguay debería, como está haciendo, tratar de que la gente venga a radicarse aquí, que viva aquí, que genere un nivel de actividad de economía mayor, y esos puestos de trabajo son la forma digna de hacer políticas sociales, no regalar dinero, sino pagar sueldos, y dar trabajo y ocupación a la gente.

¿La inmigración de argentinos puede llegar a ser relevante, significativo, para mover la aguja de la población de Uruguay en los próximos años?

El tema es así. Somos 3 millones, si vienen 100.000 mueven la aguja ¿no? Ahí puede ser algo importante. A mí me dicen “yo no quiero que vengan argentinos”. Sí, que vengan muchos, pero también que vengan y que inviertan y que muevan la economía.

¿Cómo evalúa en general al gobierno de Lacalle Pou desde los resultados económicos? Representó un giro en la política uruguaya de la última década y media.

Sin duda el gobierno de Lacalle Pou tiene una línea muy diferente a la que tuvimos durante los últimos 15 años, cuando Uruguay creció muy bien y tuvimos algunas estrategias no distributivas muy buenas. Pero lamentablemente en los últimos años pasaron dos cosas: la mitad del periodo se gastó demasiado e hizo crecer mucho el déficit fiscal. Hoy el gobierno del doctor Lacalle nos dice que quiere ser un gobierno que siga manteniendo las políticas sociales. Lo que sí hay es un mejor manejo de los fondos. De golpe con menos dinero se hacen mejor las cosas. Hemos puesto mucho dinero en la educación en las últimas décadas y sin embargo la educación no mejoró lo que debería haber mejorado. El gobierno de Lacalle hizo su tarea en materia de atacar el déficit fiscal. Se logró enfrentar la pandemia sin que el déficit se haya disparado y hoy con valores casi a los que teníamos en la prepandemia. Uruguay tiene que reformar su seguridad social. Hay que hacerla más justa y con menor desequilibrio financiero. Tiene que abrirse más al mundo. El Mercosur en su momento fue útil para hacerlo, luego dejó de serlo, hoy estamos conversando un posible tratado de libre comercio con China. Tenemos un apoyo del gobierno de Brasil, tenemos una mirada de reojo, no muy simpática, del gobierno de Argentina, vamos a ver cómo hace el gobierno uruguayo para avanzar en este camino. En Uruguay hay una política de Estado que es “somos pocos, tenemos un mercado chico, tenemos que ir a mercados grandes”, entonces para poder crecer necesitamos poder exportarle al mundo, ¿no? Cuando el Uruguay produce carne ¿le va a exportar a Argentina? Argentina no compra carne, la carne va a la China y cuando la carne uruguaya llega a la China nos cobran aranceles, porque no tenemos un tratado de libre comercio. Uruguay necesita liberar eso para que el dinero que venga de exportaciones sea mayor. Argentina lo necesita también, y eso es algo que creemos que el gobierno de Lacalle está encarando bien. Esto no es un gobierno liberal que deja a la gente por el camino, sino liberal en lo económico y progresista y en lo social, en muchos aspectos.

¿Qué impacto está teniendo el impulso devaluatorio del peso argentino en la competitividad del Uruguay?

Ese es el gran tema que tenemos por delante los uruguayos y toda la zona. La competitividad tiene tres partes: una, es que el país logré ser eficiente, porque competitividad a costa de sueldos bajos no quiero. Quiero competitividad a costa de eficiencia y un salario digno que permita exportar. En segundo lugar, un Estado que no sea pesado y encarezca la economía. Tercero un tipo de cambio de equilibrio. Hoy tenemos un Estado que sigue siendo pesado en impuestos, en demora, en burocracia, en costos. Lo más urgente es el tipo de cambio. Si uno quiere ser competitivo de acá a una semana hay que devaluar. Tenemos una moneda uruguaya que el uruguayo confía. El problema es que tenemos vecinos, especialmente, y pido disculpas, como Argentina, que no confían en su moneda. Es muy difícil competir contra un país que tiene diversos tipos de cambio. ¿Quién ahorra en pesos argentinos? En Uruguay hay gente que ahorra en pesos uruguayos, y las empresas colocan obligaciones en el Estado en moneda uruguaya. Cuando la moneda está sujeta a la inflación de varias decenas de puntos porcentuales, y cuando no hay confianza en que el dólar salte o no salte, esas cosas son más difíciles. Obviamente para nosotros ser competitivo con Argentina en un entorno de desconfianza es muy difícil, muy difícil. Estuve con una argentina hace un tiempo que se iba a pasar unos días a Punta del Este. Antes de volver para Buenos Aires y me dice “¡qué caro que está!”, y yo le digo, “no, ¡qué barato que están ustedes!”, porque hoy Argentina es el paraíso del comprador mundial, si tomamos un ciudadano europeo o americano lo llevamos a Buenos Aires y le digo “che, mira lo que son los precios” y compra lo que sea porque está todo barato ¿no?

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Pasando a las operaciones del estudio Lecueder ¿Cuáles son los principales proyectos que administran y de los cuales también son accionistas?

Nosotros lo que hacemos es desarrollar proyectos y como demostración ante los inversores invertimos el 5%-11%, y el resto se coloca con inversores. El principal rol del estudio hoy es el desarrollo de shopping centers, algunos con terminales de ómnibus. Estamos construyendo nuestro número diez. Administramos cinco en Montevideo, y el quinto abrió en la pandemia, fue el proyecto más difícil de todos, lo dividimos en tres etapas para poder llegar a inaugurarlo, como tenía tres pisos inauguramos primero la planta baja con un supermercado, farmacia y servicios, luego un subsuelo con un Sodimac inmenso y luego el nivel de arriba que es el primer shopping outlet de Montevideo, y eso fue desde noviembre del año pasado hasta hace dos semanas. La segunda actividad es el complejo World Trade Center. Construimos cuatro torres de oficinas para operar en plaza, luego hicimos torres de oficinas que son zonas francas de servicios, en Montevideo. Hemos montado un lugar de trabajo para las empresas del mundo que vienen a instalarse y trabajar desde Uruguay hacia el mundo. Estamos iniciando la construcción de una World Trade Center en Punta del Este, para darle la oportunidad a la gente que quiera vivir allí. ¿Qué es trabajar hacia el mundo? Es realizar todo tipo de actividades que se podrían realizar en los países a los cuales se les prestan los servicios, pero se hacen desde acá con una estabilidad buena, con buena mano de obra, y con una exención fiscal. Tenemos la esperanza de que este edificio genere un movimiento diferente al que Punta del Este tiene, con más gente trabajando y por lo tanto con más gente durante todo el año. Eso genera obviamente más proyectos. Estamos trabajando en un nuevo shopping center en Punta del Este.

¿Cómo viene reaccionando el consumo en términos generales en Uruguay en la pospandemia?

En julio reabrió el país y empezamos a vivir de vuelta, en un encierro voluntario, porque el gobierno uruguayo dijo “libertad responsable, el que quiere cierra y el que no quiere no cierra”. Las ventas de automóviles disparadas, los negocios inmobiliarios se dispararon en lo suburbano. Los proyectos nuevos que están en zonas más céntricas hoy están dudando si no hacer el esfuerzo en zonas más suburbanas porque la gente quiere estar en espacios más abiertos, y los edificios que se hacen en esa zona exigiéndole amenities. El consumo de los uruguayos hoy está alto y muy bien en materia de inversión inmobiliaria. Consumos duraderos, todo lo que es vestimenta, que es el principal rubro de consumo para los shoppings centers viene creciendo lentamente, y si seguimos así ya dentro del primer semestre de 2022 vamos a estar en los valores de 2019. Los esfuerzos que el gobierno está haciendo para fomentar la construcción de inmuebles y dando puestos de trabajos está generando una caída de la desocupación, que seguramente va a traer un consumo asociado a eso, por lo cual somos optimistas de que el consumo se va a recuperar rápidamente para el 2022.

¿Cuál fue la facturación del estudio en el 2019 y 2020?

Los shoppings que el estudio maneja tuvieron en 2019 contra el 2020 una caída del orden del 23-24%. Del 2020 al 2021 vamos a tener una recuperación del orden del 15%, o sea todavía vamos a estar en un 10% abajo del 2019. Para el 2023 vamos a estar ya habiendo recuperado esa caída, y estamos preparados para volver a crecer.

¿Qué tipo de transformación están pensando para seguir atrayendo gente a los shoppings, con el avance del e-commerce?

El futuro va a ser híbrido. Yo creo que el ser humano cuando compra, vive una experiencia, toca, prueba, siente, se contacta y se comunica, y son cosas que van a costar mucho que desaparezcan. Hay rubros en los que va a crecer más el e-commerce, y otros donde va a crecer menos. En los tres meses que los shopping estuvieron cerrados una cadena de tiendas uruguayas importante que a febrero del año 2020 tenía, en el total de sus ventas, 9% por e-commerce y 91% físico e-commerce pasó a tener cerca del 90-95% de su volumen. Cuando abrieron los shoppings ese porcentaje fue bajando. Los shopping tienen que trabajar en la experiencia de visita, la experiencia de compra, en ese sentido social de poder ir a un lugar, estacionar, bajar, comer algo, tomar algo, ver una novedad, las cosas que están de moda, todo en un mismo lugar. Agregarle entretenimiento, gastronomía. Hay que cuidar los precios, porque el e-commerce tiene el gran factor que tiende a ser más barato, además de la comodidad de comprar desde mi casa. Yo le tengo que hablar a la persona que compra en total comodidad. En Estados Unidos también hay empresas virtuales que están instalando locales físicos, porque se dan cuenta que les falta algunos aspectos. Yo estuve en la ciudad de Seattle, en Amazon books, y el shopping me decía: es espectacular porque toda la inteligencia artificial que usan para sus compradores la aplican para acá.

¿Si la gente demanda y quiere usar bitcoin en locales de un centro comercial, implementarían esa forma de pago?

Justamente es el tema que estamos trabajando. Hoy en Uruguay eso todavía no existe, y estamos viendo la posibilidad de que pueda suceder, porque evidentemente es una forma de eludir rigideces, de lograr fomentar el consumo que nos interesa en una adaptación de una forma de pago diferente, igual que están cambiando todos los días las formas de pago. Son todas cosas innovadoras que hace que cada vez sea más fácil pagar y eso va a fomentar el consumo. Queremos todas esas cosas incorporar a nuestra operativa, en el caso de bitcoin todavía no puedo opinar porque no lo tenemos en claro todavía. De pronto, a nivel de cada local o que el shopping sea una especie de intermediario de transacción.