Opinión - Bloomberg

Tres razones por las que la inflación no ha llegado para quedarse a EE.UU.

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Por Tyler Cowen
30 de octubre, 2021 | 10:59 AM
Tiempo de lectura: 4 minutos

Bloomberg Opinión — Con informes de inflación tan elevados, cada vez es más difícil defender mi pertenencia al “Equipo Transitorio” (es decir, que el fenómeno será transitorio). Sin embargo, sigo creyendo que el aumento de la inflación es, de hecho, transitorio: Después de unos años de inflación de precios por encima de la media, los precios volverán a un nivel estable de alrededor del 2% anual, como ha sucedido en la mayoría de los lugares desde principios de la década de 1990.

Los argumentos del Equipo Transitorio no se refieren a si las próximas cifras de inflación serán altas o bajas. En su lugar, consiste en las dos premisas siguientes:

  • La Reserva Federal puede controlar la tasa de inflación de los precios.
  • La Reserva Federal no quiere que la inflación sea muy alta.

La primera afirmación parece obviamente cierta. Durante muchos años, los bancos centrales se propusieron alcanzar tasas de inflación del 2% o ligeramente inferiores. Los lograron con regularidad, aunque, tras la Gran Recesión, algunos académicos insistieron en que las economías occidentales estaban atrapadas en trampas de liquidez.

Pero los bancos centrales tienen muchos instrumentos de política monetaria a su disposición, incluida la gestión de expectativas, y suele ser un error apostar contra ellos. Y la implicancia de una trampa de liquidez es que la Reserva Federal no puede aumentar la tasa de inflación en tiempos de deflación, no que no pueda reducirla en tiempos de inflación.

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Si hay una razón para discutir con el Equipo Transitorio, es por la segunda afirmación. Que la Fed quiere reducir la inflación es cierto en abstracto, pero el precio político de hacerlo puede ser demasiado alto. Al fin y al cabo, reducir la inflación de los precios requiere que la Reserva Federal aplique una política monetaria contractiva, que corre el riesgo de provocar una recesión. La política monetaria contractiva reduce la demanda agregada y, en un mundo de salarios y precios rígidos, puede conducir a una reducción de la producción y el empleo, como ocurrió a principios de los años ochenta.

La pregunta clave, por tanto, es si la Fed, con los márgenes actuales, está más preocupada por luchar contra la inflación o por reducir la posibilidad de una recesión. Hay que admitir que hay incertidumbre sobre la respuesta a esta pregunta, como debe ser, pero aún así termino en el Equipo Transitorio.

Una forma de ver la Fed es como una institución independiente con un mandato (la mitad de un doble mandato) para mantener los precios estables. El presidente Jerome Powell ha flexibilizado este objetivo, instituyendo el “objetivo de inflación media”, y esta política da a la Fed cierto margen de maniobra para decidir cuándo debe bajar la tasa de inflación de los precios. Pero no concede a la Fed licencia para permitir una inflación anual del 5% durante los próximos cinco o diez años. Si la Fed incumpliera su mandato, perdería gran parte de su credibilidad. Así que, desde un punto de vista político e institucional, a la Fed le interesa controlar la inflación.

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Una forma alternativa de ver a la Fed es como una entidad política, motivada por la autopreservación o el deseo de ayudar al Partido Demócrata en el poder. Dejando de lado si esto es cierto, los votantes perciben correctamente que una mayor inflación reduce su nivel de vida. Un aumento marginal del desempleo puede afectar al 5% del electorado, y puede afectar de forma desproporcionada a las personas poco cualificadas, que además son menos propensas a votar. En cambio, la inflación afecta a todos los votantes, y la mayoría de ellos la odian. Así que incluso un cálculo cínico también sugiere que la Fed reducirá las tasas de inflación.

Y lo que es más importante, está la perspectiva del mercado, que espera que la Reserva Federal reduzca las tasas de inflación. Mientras escribo, el rendimiento del Tesoro a 10 años es del 1,64%. Ese rendimiento ha estado subiendo, pero no parece predecir una hiperinflación, ni siquiera un 5% de inflación para los próximos 10 años. La prueba más negativa hasta ahora es la del mercado de TIPS, que predice una inflación de alrededor del 3% en los próximos cinco años.

Quizá se pregunte si “el mercado” entiende la inflación y a la Fed. Pues bien, los inversores están obsesionados con la Fed y la estudian de cerca. Cuando me encuentro con escépticos del Equipo Transitorio, les pregunto: “¿Qué es lo que ustedes entienden de la Fed que el mercado en general no entiende?”. Todavía no he recibido una respuesta convincente.

En cambio, los argumentos del “Equipo Permanente” se basan en una serie de acontecimientos improbables: El Senado no puede o no quiere confirmar a los nuevos candidatos a la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal (actualmente hay dos puestos vacantes, además de la presidencia y la vicepresidencia). Mientras tanto, una crisis política golpea la Casa Blanca, digamos que el presidente Joe Biden cae enfermo, y no ofrece ningún nuevo candidato. Se produce entonces un vacío de poder en la Fed, que es menos capaz de tomar medidas decisivas.

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En un mundo así, todas las apuestas estarían canceladas. Pero, por ahora, teniendo en cuenta los incentivos institucionales y políticos de la Fed, así como las previsiones del mercado, me quedo con el Equipo Transitorio.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.