Bogotá — La Oficina de Política Nacional de Control de Drogas estadounidense (ONDCP, por sus siglas en inglés) presentó su estrategia contra el narcotráfico entre Estados Unidos y Colombia, que tiene como ejes consolidar el acuerdo de paz con la exguerrilla de las Farc, reducir la oferta de drogas y la protección ambiental.
La directora interina de Política Nacional de Control de Drogas, Regina LaBelle, manifestó que esta estrategia fue desarrollada por los Gobiernos de Estados Unidos y Colombia “luego de meses de discusiones bilaterales”.
Ver más: Narcotráfico extiende su millonario negocio a las reservas naturales de Colombia
Esta estrategia tiene un “enfoque holístico que reconoce la importancia de la seguridad, la justicia, el desarrollo económico y la protección ambiental”, indicó la funcionaria, quien considera que esta es una parte importante de “los esfuerzos más amplios” de la Administración de Joe Biden “para abordar la adicción y la epidemia de sobredosis”.
La estrategia estadounidense tiene entre sus pilares la reducción de la oferta de drogas por medio de la erradicación de cultivos ilícitos y la destrucción de laboratorios, a la vez que se realizarán “esfuerzos contra el lavado de dinero” y hacer efectivo “el enjuiciamiento de los narcotraficantes”.
Ver más: Los empresarios adeudan a la verdad tras 5 años del acuerdo de paz colombiano
Además, pone foco en “la implementación integral del acuerdo de paz y una sólida inversión en desarrollo rural, seguridad ciudadana y acceso a la justicia”.
“Esto incluye proteger a los líderes comunitarios que promueven los esfuerzos del estado de derecho; reducir la dependencia de la coca; ampliar la formalización de la tierra; y cambiar la forma en que Estados Unidos y Colombia miden la progresión”.
Ver más: Colombia penalizará la deforestación con nueva ley de delitos ambientales
Un tercer eje tiene que ver con la protección ambiental, por lo que “Estados Unidos ayudará al Gobierno colombiano en sus esfuerzos por monitorear y contrarrestar estos delitos ambientales que sostienen y alimentan a los grupos narcotraficantes que tienen un impacto profundamente negativo en el medioambiente de Colombia”.
“Ambos países se han comprometido a explorar intervenciones adicionales que puedan generar múltiples beneficios, como la restauración de las selvas tropicales, la eliminación de los campos de cultivo de coca y los refugios para los laboratorios de cocaína”, indica ONDCP.
Los esfuerzos, agrega, “incluirán la reforestación y la creación de resiliencia a través de un sólido elemento de vigilancia y patrulla de seguridad”.