Bloomberg — Renault SA se perderá este año de producir una cantidad de automóviles mucho mayor de lo previsto debido al empeoramiento de la escasez mundial de chips, otro obstáculo para los planes de recuperación del fabricante de automóviles.
La empresa francesa fabricará alrededor de 500.000 vehículos menos (lo que equivale a casi una quinta parte de la producción del año pasado) debido a la falta de componentes, según informó el viernes. Renault había previsto un déficit de unos 200.000 vehículos.
A pesar de las interrupciones, la compañía se mantuvo fiel a su objetivo de margen para todo el año y ve un flujo de caja libre operativo automotriz positivo gracias a mejores precios y dirección de la producción hacia sus modelos más rentables.
La escasez de semiconductores y otros componentes necesarios para fabricar nuevos vehículos ha afectado a los fabricantes de todo el mundo, obligando a cerrar fábricas y retrasar los nuevos modelos. Las ventas de automóviles en Europa están en camino de caer incluso por debajo de los deprimidos niveles de 2020, cuando las restricciones de la pandemia ahogaron las entregas.
“Renault se enfrenta a otro año financiero catastrófico después de que el grupo estuviera en números rojos en 2019 y 2020″, dijo el analista de Nord/LB Frank Schwope en una nota. La compañía está “en medio de una reestructuración y amenaza con quedarse atrás”.
El CEO de Renault, Luca de Meo, expresó optimismo en julio de que la crisis de los chips se aliviaría en el segundo semestre. En ese momento, declaró que Renault estaba firme en la senda de la recuperación. Sin embargo, ese escenario no se materializó y la empresa perdió una producción de alrededor de 170.000 vehículos en el tercer trimestre y los ingresos se cayeron un 13%, hasta los 9.000 millones de euros (US$10.500 millones). El viernes, Renault advirtió de una “visibilidad reducida” para el resto del año.
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La disponibilidad de semiconductores “ha sido peor de lo previsto”, dijo la CEO adjunta, Clotilde Delbos, durante una conferencia con analistas. “La información que recibimos de los proveedores es, como mínimo, muy poco fiable”.
Las fábricas de Batilly, Sandouville y Palencia han estado cerradas toda la semana y la de Maubeuge estuvo parada durante tres días. Si bien el costo de las materias primas está aumentando, la compañía aún no experimenta escasez de esos componentes, dijo Delbos, y agregó que Renault está aumentando los precios de los vehículos siempre que sea posible.
El cambio de rumbo de Renault pasa por rejuvenecer una gama de productos envejecida y aumentar la eficiencia de su red de producción. Delbos dijo que se dará prioridad a los nuevos modelos, como el Megane, y que no se retrasarán los lanzamientos previstos para el próximo año. La empresa espera cumplir su objetivo de reducir los costes en 2.000 millones de euros este año.
Las ventas de la Zoe eléctrica cayeron a alrededor de 47,000 en el año hasta septiembre de más de 64,000 en 2020 a medida que el modelo envejecido se ve sometido a la presión de sus rivales.