David Card: ‘Si el mínimo es como el salario medio, subirlo sería negativo para el empleo’

El Nobel de Economía del 2021 habló con Bloomberg Línea tras ganarse el premio. Desde experiencias personales a asuntos de economía laboral, entre los temas abordados.

David Card, economista y Nobel de Economía 2021.
21 de octubre, 2021 | 07:00 AM

Bogotá — “Pensé que era un viejo amigo mío jugándome una broma”, empieza contándole David Card a Bloomberg Línea sobre cómo fue esa primera impresión al momento de enterarse de que era uno de los ganadores del Premio Nobel de Economía 2021.

“Llegué tarde a casa y me estaba duchando cuando mi esposa dijo ¡oh! hay un mensaje raro en el contestador automático y decía, alguien de Suecia, pero pensamos que era un amigo en Canadá. Así que sí, no pensé que hubiera muchas posibilidades de ganarme un Premio Nobel”, continúa contando Card aún con algo de escepticismo en sus expresiones como si aún le costara asimilar que sí, que ahora a su trayectoria profesional y personal deberá sumar tan ostentoso reconocimiento.

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Lo anterior no es para menos si se tiene en cuenta que el 11 de octubre la historia del economista canadiense y docente de la Universidad de California en Berkeley, David Card, se dividió en dos: pasando de brillar en la academia al reconocimiento mundial que merece un Nobel.

Aquel lunes se conoció que Card compartiría el Nobel de Economía con el estadounidense Joshua Angrist y el holandés Guido Imbens por sus trabajos que utilizan experimentos basados en situaciones de la vida real para revolucionar la investigación empírica. Card fue merecedor del galardón por su contribución a la economía del trabajo, mientras que los otros colegas por “sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales”.

Hay que mencionar que Card analizó el impacto de los aumentos del salario mínimo en el empleo en el estado de Nueva Jersey, en Estados Unidos. Sus hallazgos indican que tales aumentos no tenían impactos significativos en las caídas en el empleo, contrastando con lo que muchos expertos han considerado durante muchos años. Sin embargo, esto podría variar según el caso y el contexto.

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Con 65 años, en medio de las facilidades que la virtualidad ofrece hoy en día, Card cuenta a este medio desde California cómo terminó interesándose por estudiar la economía laboral y no otras ramas de esta ciencia. Su interés surgió tras enfrentarse a difíciles condiciones laborales en sus primeros empleos de joven.

“Me interesé en la economía del trabajo porque crecí en una granja, una pequeña granja, y trabajé en un montón de puestos de trabajo de baja calidad cuando era un niño. Trabajé en una fábrica de acero y trabajé en otras granjas”,

David Card.

A la historia Card le añade que “tratando de mejorar las oportunidades para las personas con salarios más bajos, como básicamente los de mi familia, me pareció interesante el tema y pensé que era algo que me gustaría estudiar”.

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Pero eso no fue todo, el Nobel se sinceró y dijo que “hoy en día no entiendo los impuestos y no estoy muy interesado en las finanzas. Así que la parte de la economía que me interesa es más relacionada con la gente no con la política monetaria abstracta o algo así. Es que no entiendo mucho esas cosas”.

Las preguntas al Nobel

En países como Colombia, el salario mínimo es alrededor del 90% del salario medio, ¿cree usted que en estos casos aumentar el salario mínimo puede repercutir en el empleo? ¿O qué variables hay que tener en cuenta antes de aumentar el salario mínimo en estos casos?

Si hay un gran número de trabajadores que ganan exactamente el mínimo y los empleadores simplemente salen y contratan a los trabajadores con el salario mínimo entonces es una situación económica algo diferente y se esperaría que esos ajustes, que ese aumento del salario mínimo, si tendrían algunos efectos negativos sobre el empleo.

Ese no es el escenario que prevalece en la mayor parte de los Estados Unidos donde casi todo el mundo gana bastante más que el salario mínimo. Hay algunos estudios interesantes en Brasil a los que me remito, donde el salario mínimo no llega al 90% de la media, es más bien un 70%. Esos estudios no han encontrado grandes efectos de empleo del salario mínimo en Brasil. Pero parece que el mínimo de Colombia es incluso más alto que el de Brasil. Así que no sé, creo que es una cuestión realmente importante cuando el mínimo es tan alto.

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En América Latina hay altos niveles de informalidad laboral y baja productividad, ¿cómo pueden estos países hacer que el mercado laboral sea más productivo y formal?

Uno de los problemas es que cuando se introdujo la formalidad en los Estados Unidos o Canadá en los años 30, que fue cuando tuvimos por primera vez el sistema de impuestos para la Seguridad Social y demás, los impuestos eran muy bajos, así que el coste de la formalidad era bastante pequeño. Hoy en día algunos países están tratando de conseguir la formalidad, pero el aumento de esta con el tipo impositivo alto se hace complejo.

Es difícil imponer la formalidad, especialmente en los sectores de menor productividad, como la agricultura o algunas de las industrias artesanales más pequeñas. Sé que por ejemplo Brasil tenía un programa para tratar de incentivar la formalidad ofreciendo a la empresa que si se formaliza no tiene una carga fiscal tan grande. Creo que ese tipo de programas sería el tipo de camino a seguir.

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¿El cambio tecnológico es una fuerza impulsora de la divergencia del mercado laboral entre los distintos países? En caso de que lo haga, ¿a través de qué canales les afecta? ¿Cómo reducir el impacto de esta fuerza en un mercado laboral?

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El cambio tecnológico siempre está en marcha y la forma en la que afecta a los mercados laborales cambia de vez en cuando. Los efectos de la tecnología no son siempre sobre los trabajos de baja calificación como se cree, lo que está pasando es que la tecnología puede adoptarse si hay escasez de un tipo de trabajador.

Se ve claramente en Japón con pocos trabajadores jóvenes, hay un montón de trabajadores muy mayores. Así que hay muchas innovaciones realmente interesantes para sustituir a los trabajadores sanitarios a domicilio, todo tipo de cosas que las personas mayores pueden utilizar y llevar a su casa para ayudarles, mientras que, en un país latinoamericano como Colombia, simplemente se contrata a alguien para que venga a vivir a la casa y cuide de uno. ¿Qué tipo de tecnología se obtiene? Las innovaciones vienen determinadas por los incentivos, los incentivos económicos, como todo lo demás y si hay grandes incentivos para reducir el uso de mano de obra poco cualificada, entonces tendremos innovaciones en esa dirección.

Pero en este momento, creo que los grandes incentivos son para reducir los trabajadores de oficina, las personas que cuidan o solían cuidar de la planificación. Eso es lo que hace la inteligencia artificial, un conjunto de procesos algorítmicos de toma de decisiones que dicen, OK, no tienes que pedir cosas para tu almacén, tenemos un programa informático que lo hará por ti y que sustituye a las personas que solían ganar en la mitad de la distribución de los ingresos.

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En América Latina, las mujeres y los jóvenes fueron los más impactados por la crisis, pero realmente es un problema estructural, ¿cuáles pueden ser las mejores formas para aumentar la tasa de empleo en este segmento de la población?

Bueno, creo que hay una combinación de cosas que se necesitan para conseguir un entorno empresarial muy estable para que los empleadores estén dispuestos a invertir, además, hay que tener trabajadores que sean capaces de trabajar de forma consistente para que sus empleadores quieran contratarlos. Y si los tienen, entonces se necesita que sean capaces de hacer algo que sea valioso, como una exportación, por ejemplo, en el caso de Colombia eso es muy importante.

Se necesita una combinación de cosas que hagan que una economía, una economía local, sea una inversión atractiva y un lugar donde la gente pueda utilizar con éxito a los trabajadores y con la esperanza de utilizarlos de manera muy eficaz para crear algo que sea competitivo en la economía mundial. Pero hay muchos obstáculos, como en el caso de Colombia que tuvo todas las dificultades de la guerra durante muchos años, que básicamente desbarató la mitad de la economía.

Además, está la agitación política, a veces la gente no está segura de si el sistema político va a persistir o si va a haber algún tipo de problema para ciertos grupos de inversores, muchas veces también hay incertidumbre de si van a tener una moneda estable, alta inflación o no como el caso de Argentina en la región.

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Pasando a otros temas, ¿cómo cree que se adapta el mercado laboral a los flujos de inmigración?

El primer punto es que más gente no es necesariamente un problema en una economía, solo que si se necesita tener más inversión, más negocios, más carreteras, más escuelas, más hospitales, por mencionar algunos ejemplos. Y eso tiene un coste. Además, si se aceptan a los inmigrantes, se quiere tenerlos y adaptarlos debe haber flexibilidad en el mercado laboral, que en la mayoría de casos no la hay y ese es un gran obstáculo al que se enfrenta la gente. Sospecho que muchos de los venezolanos que están viniendo a Colombia están relativamente bien educados y podrían encontrar trabajo, pero va a llevar un tiempo.

En América Latina hay altas tasas de desempleo, ¿cuáles son las claves para reducirlo en una región como esta?

Hay varios tipos de desempleo, el que los economistas llaman estructural es en el que hay mucha gente que no puede encontrar ningún tipo de trabajo de forma consistente. Y las causas de eso son muchas y diferentes. Una de ellas es que no hay suficientes empresas dispuestas a invertir en la zona y crear puestos de trabajo. Así que la pregunta es por qué, por qué las empresas no están invirtiendo aquí, están invirtiendo en algunos lugares, pero no aquí. ¿Por qué? ¿Hay algún tipo de obstáculo?

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¿Qué tan importante es la formación para el trabajo, para el mercado laboral y para hacerlo más dinámico?

Fundamental, eso es casi siempre la cosa número uno que las economías pueden impulsar para mejorar a largo plazo. Mi viejo colega Alan Krueger escribió un estudio bastante importante sobre esto hace muchos años, mostrando que parece que si se juntan los datos, hay un gran beneficio de aumentar la educación.

Cada economía compite en parte consigo misma y en parte con otras economías. Y así, la mano de obra mejor educada es siempre un beneficio, más adaptable a la utilización de nuevas tecnologías más sencillas para, por ejemplo, el turismo. Para el turismo se necesita una mano de obra con cierta formación, porque básicamente hay que tener conocimientos de idiomas y luego está toda la logística que conlleva el turismo. Así que incluso una industria sencilla como el turismo depende hasta cierto punto de la capacidad educativa de sus trabajadores.

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¿Cómo se puede reducir la brecha entre los ingresos de hombres y mujeres?

Creo que hay varios obstáculos. Uno es que las mujeres tienden a tener preferencias de querer trabajar en la enseñanza y la atención de la salud y cosas así, trabajos importantes y socialmente relevantes, pero que suelen ser trabajos que a mucha gente le gustaría hacer, y como resultado, los salarios son un poco más bajos. De por sí, ahí ya entran con desventaja al mercado laboral.

Un segundo problema es que se ven disuadidas de seguir más hacia campos de la ciencia y la ingeniería donde hay oportunidades de crecer y tener mejores beneficios. Otro problema es que hay algunos empleadores que no sé exactamente por qué, pero parecen ser reacios a contratar mujeres, así que derribar esas barreras supondría alguna diferencia.

Y luego hay un gran problema con lo que sucede cuando se tiene un hijo. En muchas economías las mujeres tienen que tomarse un tiempo libre, además, tal vez tengan dificultades para encontrar una guardería, o tal vez quieran pasar un tiempo en casa durante unos años mientras su hijo es pequeño y eso las saca de la carrera y luego es difícil retomarla.

Hay ciertos trabajos que son mucho más amigables para las mujeres, como ser médica a tiempo parcial ganando más o menos lo mismo que los médicos a tiempo completo. Muchas profesiones se adaptan mejor al trabajo a tiempo parcial, la enseñanza y la enfermería, y todas las profesiones sanitarias son así. Y una buena pregunta es, ¿podríamos hacer que otros trabajos sean así, como mi profesión académica? En la mayoría de casos no se permite el trabajo a tiempo parcial perjudicando a las mujeres. Probablemente podríamos cambiarlo y decir, vale, vamos a ser como los médicos donde puedes trabajar a media jornada y seguirás siendo valiosa. Pero hay mucha reticencia a hacerlo. Hay muchas tareas pendientes.