Bloomberg — Miles de chilenos marcharon en el centro de Santiago y otras ciudades importantes para conmemorar el segundo aniversario del inicio de los disturbios sociales que conmocionaron a los inversores y las élites políticas en la nación sudamericana.
La mayoría de la gente protestó pacíficamente el lunes, mientras que algunos incendiaron barricadas, rompieron semáforos y obligaron a cerrar las estaciones de metro, según imágenes de televisión. Un restaurante de comida rápida fue saqueado en el centro de Santiago.
El 18 de octubre de 2019, las protestas contra un aumento en las tarifas del metro se convirtieron en un movimiento más amplio. Durante las semanas siguientes, millones de personas salieron a las calles para exigir mejores servicios públicos como la salud y la educación, así como la destitución del multimillonario presidente Sebastián Piñera.
Las tensiones sociales vuelven a aumentar a medida que una de las naciones más ricas de América Latina se acerca a la primera ronda de las elecciones presidenciales del 21 de noviembre. Los principales contendientes son un ex líder de protesta estudiantil que ha prometido atender las demandas de más igualdad y, por otro lado, un conservador que ha prometido la ley y el orden. En juego están las reglas que han convertido a Chile en un favorito de los inversionistas.
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Nueva Carta
En 2019, Piñera respondió inicialmente llamando a las tropas para restaurar el orden a medida que las protestas se volvieron violentas, dejando tiendas saqueadas, estaciones de metro incendiadas y más de 30 muertes. Más tarde aceptó un referéndum que rechazó la constitución que data de la dictadura de Augusto Pinochet y allanó el camino para una nueva carta.
El principal candidato presidencial izquierdista Gabriel Boric dijo que han pasado dos años desde que los chilenos “se hartaron de los abusos y se abrieron a un proceso de cambio”, según un mensaje en Twitter el lunes.
José Antonio Kast, el contendiente presidencial de derecha que ha subido bruscamente en las encuestas, dio un tono diferente, diciendo en su Twitter que no hay nada que celebrar. “Dos años después del levantamiento criminal, nos atrevemos a decir ‘basta’ a la violencia que infunde terror, y a decir que queremos vivir en paz”.
El lunes la Asamblea Constituyente, elegida en mayo, inició el proceso de debate sobre el contenido de la nueva carta del país.
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