Santiago — Los Papeles de Pandora resucitaron una vieja polémica en Chile. Se trata del proyecto minero y portuario Dominga, al cual se involucra a la familia presidencial Piñera Morel por vender su participación al empresario Carlos Alberto Délano en tres cuotas en las Islas Vírgenes Británica en 2010, de las cuales uno de los pagos estaba condicionado a que no se modificara las regulaciones sobre el territorio donde se pretende realizar la construcción.
Esa cláusula es la que ha traído las mayores complicaciones al mandatario chileno, pues la decisión de decretar zonas protegidas dependía de su primera administración. El jefe de Estado dice que no conocía los términos del contrato porque ya se había desligado de la empresa, pero la oposición y activista piensan cuestionan que no se detenga el avance de Dominga.
Con una inversión total de US$2.500 millones, la minera quiere operar durante 22 años en dos rajos a cielo abierto en La Higuera para extraer 150 mil toneladas anuales de concentrado de cobre y unas 12 mil de hierro, estableciendo la construcción de un puerto en la bahía de Totoralillo y una desalinizadora.
Su historia se remonta al descubrimiento del yacimiento de oro, hierro y cobre en la comuna de La Higuera hace 15 años, y sigue con una serie de negociaciones que concluye con la compra completa del megaproyecto por la empresa Minera Andes Iron en 2010 y posteriormente una duradera disputa por su impacto ambiental en la Reserva Pingüino de Humboldt, donde habitan una gran variedad de especies protegidas.
El senador Guido Girardi, junto a otros legisladores, pidió al presidente Piñera declarar al sitio donde se quiere construir el puerto, Punta de Choros, como Área Marina Protegida por el “bien de la transparencia” tras conocerse los Papeles de Pandora. “Estamos viviendo uno de los mayores fraudes ambientales de los últimos tiempos. Dominga sólo ha avanzado por el lobby y las presiones políticas”, dijo.
En agosto, la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo aprobó casi por unanimidad el megaproyecto, pese a la existencia de recursos pendientes en la Corte Suprema para frenar su trámite. La situación produjo conflictos en La Higuera, donde la compañía Andes Iron promete 10 mil empleos directos y 25 mil indirectos a la comunidad, mientras que activistas y científicos advierten de irreversibles daños al ecosistema. “En ese lugar hay colonias únicas de delfines, el 26% de las aves son endémicas, y por lo mismo supone una triple razón para conservar porque permite garantizar la salud del océano, servir de sostén a especies migrantes como ballenas jorobadas y azules, que usan esa costa para recargarse de fuerzas y alimentarse”, explicó Matías Asun, director de Greenpeace Chile, a este medio.
Gestiones por una zona reservada
Hace cuatro años, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad del segundo mandato de Michelle Bachelet se pronunció favorablemente sobre la creación de la zona protegida, pero quedó pendiente acordar el polígono y su superficie definitiva. Girardi cuestiona los estudios de impacto ambiental que avalarían a Dominga. “¿Qué es lo sospechoso? Que nunca se puede establecer un área marina protegida ahí (Punta de Choros)”, explicó a Bloomberg Línea.
En plena tempestad política desencadenada por los Papeles de Pandora, el Ministerio del Medio Ambiente indicó a través de un comunicado este martes que desde hace tres años trabaja en una propuesta de creación del Área Marina Protegida Archipiélago de Humboldt, con un polígono ampliado que supera las 223 mil hectáreas, que será presentada dentro del gabinete antes de concluir 2021.
Asun dice que, de aprobarse un decreto de zona protegida, debería contener, de modo explícito, una prohibición de actividades de alto impacto como la minería, operaciones portuarias, pesca de arrastre, entre otras. “Ese proceso debe ir en paralelo a la invalidación de Dominga y de otras amenazas como Cruz Grande, pues puede tomar años”.
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