Los vientos en contra de la economía global aumentan al cierre de 2021

La variante delta sigue perturbando escuelas y lugares de trabajo. Legisladores en EE.UU. discuten sobre el techo de deuda y los planes de gasto. China sufre una escasez de energía y endurece sus normativas, mientras el grupo chino Evergrande lucha por sobrevivir.

Los cuellos de botella en los puertos señalan nuevos retos para la economía global.
Por Enda Curran
02 de octubre, 2021 | 08:57 PM

Bloomberg — La economía mundial entra en el último trimestre de 2021 con un número creciente de vientos en contra que amenazan con frenar la recuperación de la crisis pandémica y a la vez demostrar que las opiniones optimistas de los responsables de las políticas públicas sobre la inflación son erróneas.

La variante delta que se extiende sigue perturbando las escuelas y los lugares de trabajo. Legisladores en EE.UU. discuten sobre el techo de deuda y los planes de gasto. China sufre una escasez de energía y endurece sus normativas, mientras los mercados siguen en vilo mientras el grupo chino Evergrande lucha por sobrevivir.

Los costes de los combustibles y los alimentos se disparan en todo el mundo y se combinan con la congestión de los puertos y las tensiones en las cadenas de suministro para elevar las presiones sobre los precios. La escasez de mano de obra sigue siendo un problema para algunos empresarios.

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Aunque la expansión parece intacta, este trasfondo aviva los temores de que se produzca una combinación de crecimiento más débil e inflación más rápida, lo que amenaza con complicar los incipientes esfuerzos de los bancos centrales por reducir estímulos sin agitar los mercados.

“Las expectativas de una salida rápida de la pandemia fueron siempre erróneas”, dijo Frederic Neumann, codirector de investigación económica asiática de HSBC Holdings Plc en Hong Kong. “La recuperación total se medirá en años, no en trimestres”.

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Algunos bancos centrales comienzan a considerar el fin de los estímulos.

He aquí un desglose de los principales riesgos:

China se desmorona

Los problemas energéticos de China han obligado a los fabricantes a frenar la producción y han llevado a los economistas a recortar sus previsiones de crecimiento. Bloomberg Economics prevé que la escasez de energía suponga el mayor golpe a la expansión desde el confinamiento nacional que se produjo cuando estalló la pandemia.

Las regiones afectadas por los cierres representan alrededor de dos tercios de la economía e incluyen las cinco principales provincias en términos de producto interior bruto: Guangdong, Jiangsu, Shandong, Zhejiang y Henan. Como señal de lo que está por venir, la actividad de las fábricas se contrajo en septiembre por primera vez desde que comenzó la pandemia.

Esto se suma a la crisis en la que está inmerso Evergrande, el promotor inmobiliario más endeudado del mundo, y a una desaceleración más amplia en el importante sector de la vivienda. La presión del Presidente Xi Jinping para endurecer las regulaciones de las industrias, incluidas las tecnológicas, también está inquietando a los inversores.

Los servicios rebotaron en septiembre, pero se generó una nueva contracción en las manufacturas.

Alimentos y energía más costosos

Los problemas energéticos de China también corren el riesgo de desencadenar un nuevo aumento de los precios mundiales de la agricultura y los alimentos, ya que el país se enfrenta a una difícil temporada de cosechas, desde el maíz hasta la soja, pasando por los cacahuates y el algodón. El año pasado, Beijing importó una cantidad récord de productos agrícolas debido a la escasez interna, lo que llevó los precios y el coste mundial de los alimentos a máximos de varios años.

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Un índice de las Naciones Unidas ha subido 33% en los últimos 12 meses. Al mismo tiempo, algunos índices de referencia del gas, el carbón, el carbono y la electricidad están batiendo récords.

El precio del petróleo ha superado los US$80 por barril por primera vez en tres años y el del gas natural es el más caro de los últimos siete, lo que ha contribuido a que el Bloomberg Commodity Spot Index alcance su nivel más alto en un año. El Director General de TotalEnergies SE, Patrick Pouyanne, dijo que la crisis del gas que afecta a Europa probablemente durará todo el invierno.

Y podría empeorar. Los analistas de Bank of America dicen a sus clientes que existe la posibilidad de que el petróleo alcance los US$100, lo que provocaría una crisis económica.

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Los precios del gas natural, el carbón y el petróleo han aumentado mucho este año.

Escucha nuestro podcast ‘La estrategia del día’, sobre el alza en el costo del gas natural

La oferta se reduce

Con la llegada del invierno en el hemisferio norte, la variante delta sigue siendo otra preocupación.

Eso ayuda a explicar por qué los cuellos de botella aumentan en los cruces clave para el comercio internacional, desde los puertos de Shanghai y Los Ángeles, hasta los patios de ferrocarril en Chicago y los almacenes en el Reino Unido.

El cuello de botella en Los Ángeles.

Los minoristas, como Costco Wholesale Corp. en Estados Unidos, piden todo lo posible para asegurarse de que las estanterías estén abastecidas, sobre todo para el impulso de las compras navideñas a finales de año.

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Los fabricantes, por su parte, tienen problemas para abastecerse de piezas clave como semiconductores, productos químicos y vidrio.

DP World, de Dubai, uno de los mayores operadores portuarios del mundo, prevé que los cuellos de botella que han afectado a los flujos comerciales mundiales continuarán al menos durante otros dos años.

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También hay escasez de mano de obra en algunos sectores, y el informe sobre las nóminas de EE.UU. de la próxima semana permitirá saber hasta qué punto fue un problema para las empresas en septiembre.

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Problemas de políticas

La política económica estadounidense también está perdiendo brillo como la locomotora de la recuperación mundial. Aunque el presidente Joe Biden ha evitado por ahora el cierre del gobierno federal mediante un proyecto de ley de financiación provisional, las conversaciones sobre su programa económico de US$4 billones continúan con profundas divisiones entre los demócratas sobre el camino a seguir.

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El compromiso sobre el cierre se produjo después de que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtiera de que su departamento se quedará sin efectivo en torno al 18 de octubre, a menos que el Congreso suspenda o aumente el límite de la deuda federal. De no hacerlo, se desencadenaría una recesión y una crisis financiera, dijo Yellen.

A nivel mundial, el apoyo a la política fiscal se ralentizará hasta 2022, después de que los gobiernos hayan acumulado las mayores deudas desde la década de 1970.

Los bonos del tesoro muestran preocupaciones por los techos de deuda hacia el 15 de octubre.

Política monetaria

Biden y Yellen también deben decidir si otorgan un segundo mandato al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, una decisión que también podría agitar los mercados.

Para Powell y sus homólogos internacionales, la combinación de la desaceleración del crecimiento y la obstinada inflación es un reto.

Sólo el viernes se conoció la noticia de la inflación más rápida de la zona euro en 13 años y un indicador de Estados Unidos subió lo máximo en términos anuales desde 1991.

Por el momento, Powell y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, se muestran cautelosamente optimistas respecto a la reducción de la inflación. Pero los economistas se preguntan en qué momento lo transitorio se vuelve más persistente.

Y eso hace que los planes de reducir las compras de bonos o subir los tipos de interés sean una propuesta arriesgada. Muchos bancos centrales latinoamericanos y algunos de Europa del Este ya han subido el costo de los préstamos, Noruega acaba de convertirse en el primer país desarrollado en hacerlo y la Reserva Federal está indicando que reducirá su programa de compra de bonos tan pronto como en noviembre.

El estratega de Deutsche Bank AG, Jim Reid, considera que la economía mundial puede estar enfrentándose al periodo más duro de la política monetaria en una década.

“Los bancos centrales están jugando con fuego al reducir el programa para evitar las presiones inflacionistas sin estar completamente seguros de dónde estamos en el ciclo”, dijo Alicia García Herrero, economista en jefe para Asia Pacífico de Natixis.