Bogotá — Anclada en el Caribe colombiano, la isla de San Andrés es uno de los destinos más demandados en Colombia y en agosto fue el territorio con la mayor ocupación hotelera del país con un nivel de 74,03 %, cifra cercana al 78,12 % registrado en el mismo periodo de 2019.
La isla de San Andrés avanza en su recuperación tras el impacto del huracán Iota del 16 de noviembre de 2020, a diferencia de su vecina Providencia en donde el prometido plan de reconstrucción de 100 días del Gobierno no se cumplió y aún tiene importantes afectaciones en su infraestructura.
La llegada del huracán Iota a la isla fue devastador en medio de la pandemia, que a su vez golpeó las finanzas del turismo y el comercio, las principales fuentes de ingreso de este territorio del país que resalta por el color de sus mares y su auténtica cultura raizal.
A nivel local los viajeros tienen varias opciones para dirigirse a San Andrés y se espera que internacionalmente se conecte en diciembre de este año con nuevas rutas desde Miami y Ciudad de Panamá con los vuelos de American Airlines y Copa, respectivamente.
Los viajeros deben comprar en el check in del aeropuerto de embarque una tarjeta de turismo (vale cerca de US$30,5) para ingresar a San Andrés. Este es un tipo de impuesto que se cobra a los visitantes y que se destina al desarrollo de la isla.
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Para viajar a San Andrés ya no hay que practicarse una prueba PCR, aunque se recomienda llevar el carnet de vacunación al aeropuerto y seguir las medidas de bioseguridad que rigen en Colombia como el uso constante de tapabocas, lavado de manos y distanciamiento físico.
La moneda oficial en todo el territorio colombiano es el peso, por lo que a pesar de que hay lugares en los que se aceptan dólares en San Andrés es recomendado hacer el cambio de divisas previamente ya que las transacciones menores en la isla lo van a requerir.
La isla tiene una invaluable riqueza cultural que se representa en la diversidad de idiomas que se escuchan, pues las comunidades raízales pasan constantemente de hablar español a inglés o creol, que es la lengua nativa. Esta se habla en San Andrés producto de la colonización y sus orígenes se remontan a la explotación europea en los cultivos de algodón, en donde los esclavos la adoptaron como una forma de comunicarse entre ellos.
San Andrés, que cuenta con una extensión de 27 kilómetros cuadrados, tiene varios destinos icónicos como Johnny Cay, un pequeño cayo de aguas cristalinas en donde los visitantes suelen hacer buceo, o Rocky Cay, desde donde se ve un barco de uso comercial que naufragó hace unos 50 años y que le da un aire de misterio al lugar.
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Entre enero y agosto de 2021 llegaron a San Andrés 701.254 pasajeros en vuelos nacionales, 96 % de reactivación respecto al mismo período de 2019 (730.786). Con relación a visitantes extranjeros se alcanzó una cifra de 8.209 pasajeros, es decir 11,3% de reactivación respecto al mismo periodo en 2019 (72.461).
Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato)
Entre otros destinos reconocidos está La Piscinita, una zona de esnórquel entre acantilados, así como la Cueva de Morgan, El acuario o el parque ecológico West View, la mayoría de los cuales cuenta con guías locales ya que estos son administrados por comunidades raízales.
La zona central, conocida como North End, concentra la actividad comercial, administrativa, bancaria y hotelera de la isla, por lo que eventualmente es muy concurrida por compradores que quieren visitar el llamado paseo peatonal Spratt, en donde también están varios de los restaurantes más conocidos de la zona.
La mayoría de las personas se movilizan en carros de golf, scooters o motocicletas que alquilan distintos comercios en la isla; no obstante, lo recomendado es hacerlo con las empresas que les recomiende el hotel, ya que esto garantizará que el vehículo cuente con su documentación y seguros al día, así como las revisiones técnicas pertinentes ya que se han presentado accidentes, incluso mortales, con el uso de estos modos de transporte.
El alquiler de estos vehículos, si bien puede variar, cuesta alrededor de unos $200.000 (unos US$52,1) el día (hasta las 5 pm), tiempo en el cual el usuario debe hacerse responsable del mismo, inclusive entregarlo abastecido de combustible. Una recomendación importante es tener en cuenta las zonas de parqueo, ya que dejarlo en cualquier lugar puede generar multas e incluso la inmovilización de los vehículos alquilados.
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Otra alternativa de movilidad son los buses o los taxis, varios de los cuales son vehículos muy espaciosos y por lo general tienen unas tarifas predefinidas para cada destino en la isla, por lo que no está demás garantizar en el check in del hotel cuánto deberían cobrarle.
De otra parte, el aeropuerto de San Andrés tiene muy pocos comercios y es muy simple, por lo que hay que tener en cuenta que las compras de última hora son limitadas y es mejor garantizar los productos que desea conseguir en su visita a la zona de North End.
Ayudas al turismo en el archipiélago
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo informó a inicios de este mes que unos 190 prestadores de servicios turísticos afectados por el huracán Iota en el Archipiélago San Andrés, Providencia y Santa Catalina “recibirán un apoyo temporal de $908.525 mensuales durante cinco meses para favorecer su recuperación económica y la reconstrucción de sus inmuebles”.
“Se trata de disponer de un mecanismo excepcional para atender coyunturas especiales. Si en un municipio, región o incluso en todo el país se presenta una situación como un desastre natural, que amerite la declaratoria de emergencia social, ecológica o económica, tenemos un instrumento para favorecer la recuperación de los servicios turísticos”, explicó la ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Ximena Lombana Villalba.
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El prestador de servicios turísticos deberá estar inscrito en el Registro Nacional de Turismo (RNT) para acceder al beneficio, aunque sino cumple con este requisito podrá inscribirse y luego optar por la ayuda.
“Habrá apoyos económicos para los prestadores que hayan sufrido daños en los inmuebles donde funcionaba el respectivo servicio, en niveles que van desde la destrucción completa, hasta las afectaciones de estructura, locativas, cubierta, redes hidrosanitarias y eléctricas”, según el Ministerio.
A estas ayudas se suman otros auxilios anunciados en julio por $1.253 millones para reconstruir establecimientos turísticos de hospedaje, restaurantes, agencias de viajes y touroperadores, centros de buceo y alquileres de vehículos.
