Caracas — Si en algo ha habido consenso, en los últimos días, entre los venezolanos, independientemente de su color político, ha sido en repudiar las más recientes agresiones a sus migrantes y refugiados en países de la región.
Dejaron constancia de ello las delegaciones del Gobierno y la oposición en el comunicado conjunto que emitieron, tras la segunda ronda de reuniones, en el marco del proceso de negociación que adelantan en México.
El fin de semana pasado, en la norteña ciudad chilena de Iquique, manifestantes incendiaron campamentos de venezolanos, en el marco de una multitudinaria protesta contra la “inmigración irregular”, que dejó, además de los daños a las pocas pertenencias de los inmigrantes, al menos un herido y cinco detenidos. Antes, el viernes, un centenar de ellos -incluidos 20 niños- fue desalojado de una de las plazas de la ciudad, en un operativo policial que condenó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por considerarlo “violento”.
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El gobierno venezolano reaccionó ordenando activar el denominado “Plan Vuelta a la Patria”, el mismo operativo que, días antes, había anunciado para 42.000 venezolanos en Perú, tras alcanzar un acuerdo con el presidente de ese país, Pedro Castillo.
El embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez, fue personalmente a Iquique para explicar el plan a un grupo de migrantes: “Les ofrecemos retorno a Venezuela (...) esta misma semana. Si reunimos por lo menos 50 acá, en Iquique, el avión pasaría a recogerlos (…) ese es el ofrecimiento”, les dijo, según recogió el Canal 13 de Chile.
“No queremos regresar para Venezuela”, aclaró una venezolana al mencionado medio. Otro la secundó: “Que agarre ese avión y se vaya él solo, con su familia”,
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“La abrumadora mayoría de los que se han tenido que ir del país no han tomado ese plan (de la patria) como una opción, y están muy claros de que la opción para ellos volver es cuando en Venezuela haya un cambio, restablecimiento de la democracia, recuperación de las libertades, estado de derecho, seguridad, servicios básicos, etc.”, dice a Bloomberg Línea el coordinador del grupo de trabajo de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky, al referir uno de los hallazhos que han tenido tras sistematizar más de 630 entrevistas realizadas a migrantes y refugiados venezolanos, en los últimos dos años, en todo el continente.
En la más reciente edición de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por la academia venezolana, los investigadores encontraron que menos de 5% de los más de casi cinco millones de migrantes venezolanos que han salido del país en los últimos cinco años ha regresado. Un dato que, sin embargo, manifestaron seguían revisando.
La única cifra de “retornados” que maneja la oficina de Smolansky es la de los 150.000 que regresaron en 2020, a inicios de la pandemia.
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“Ahora, varios, ya se devolvieron al país donde estaban e incluso se llevaron a sus familias. Acá las proyecciones siguen dando a que, lamentablemente, mientras el régimen ilegítimo de Maduro siga, es más gente la que se va a ir que la que va a volver”, explicó Smolansky.
El Plan Vuelta a la Patria, por tanto, y a su juicio, dista de ser una solución, como sí lo sería integrar a los migrantes a los países de acogida, regularizarlos, proveerles documentación que los proteja de manera temporal o, en el caso ideal, según Smolansky, que los proteja de manera permanente. “Eso les disminuye la barrera para acceder a la salud o a la educación, y les permite integrarse a los mercados laborales”, dijo.
Smolansky reocnoce avances en este sentido. Según las cifras que maneja, de 6 millones de migrantes venezolanos, unos 2.700.000 están regularizados, gracias a iniciativas de países como Colombia -una política que Smolansky considera “ejemplar”-, Perú, Brasil y República Dominicana.
“Sí está habiendo avances en la región significativos de reguilarizar a los venezolanos, pero esta es una crisis tan aguda, es una crisis de una dimensión que solamente es comparable a la de Siria, que evidentemente tienes todos los días a venezolanos yéndose y obviamente todavía faltan muchos por regularizarse”, dijo, Smolansky al tiempo que reconoció que el reto era conseguir que la otra mitad de los migrantes pueda hacerlo.
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Según Encovi, serían menos, pues encontraron que dos tercios de los migrantes venezolanos ya tendrían un estatus regular en los países de acogida, aunque la mayoría de ellos con permisos de permanencia temporales. Lo que llevó a la demógrafa Anitza Freitez a advertir: “Es posible que una parte de ellos devenga en situación de irregularidad por falta de renoviación de documentación o pasaporte para renovar visados”. Los más vulnerables, a su juicio, son los que se desempeñan en ocupaciones elementales o trabajadores de servicio.
La Encovi, sin embargo, encontró que son “muy altas” las probabilidades de que los migrantes venezolanos se integren económicamente en los lugares de destino, sobre todo de aquellos con capital educativo, y, según sus datos, dos tercios de la población migrante tiene algún grado de enseñanza universitaria o título a ese nivel. “Están aumentando las posibilidades, aún en pandemia, de integración”, dijo Freitez.
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